Me apetece
también, por qué no, relatar, a modo de crónica, los garbeos que uno se da por
las islas. No es que me cause desazón alguna el viajar por esos mundos
pa´fuera, pero entiendo que debemos conocer mejor lo nuestro. Cuánto iluminado
presume de haber recorrido medio mundo (algo hiperbólico) y no sabe en qué isla
se encuentra el lugar denominado Los Pejerreyes. Y si les apetece pensar que es
cuestión monetaria, no seré yo quien les cuestione el razonamiento. Ahí tienen
al mismísimo presidente autonómico, viajero impenitente, que no duda en coger
su helicóptero y plantarse en cualquier romería (puedes leer novelería) que se
celebre aun en los sitios más recónditos de esta nacionalidad ultraperiférica.
O lo puedes contemplar arando con un burro majorero, ordeñando una cabra
morisca o empujando un carro que se quedó atascado. Eso sí es un ejemplo a
seguir.
Me fui una
semana a La Palma
y me alojé en Los Cancajos, en el Apartotel Las Olas, recomendado por Rayco, el
de la Casa de la Cultura (bueno, el de
Celestino y Dulce, para ser más exactos), que es un fisco bien largo más
viajero que yo. Y cámara en ristre disparé contra mucho de lo que se movía y
contra todo lo que estaba en reposo. Por lo que, entre comentarios de otra
índole (bien me gusta la política aunque no me dejen dar charlas en los locales
de las asociaciones de vecinos), intercalaré presentaciones fotográficas de
aquello que estime pueda servirles a ustedes de mera curiosidad. Si fuera de
sana envidia por las ventajas de un jubilado, habla con Soria y lo mismo te
invita a ir con él a pescar salmones en la lejana Noruega. Más que sea para que le mantengas la caña.
Comenzaremos
el recorrido en Los Cristianos (más barato y puedes llevar el coche; te lo
resumo en billetes: 70 euros ida y vuelta, dos pasajeros y el fotingo). Con
escala en La Gomera
(hace un año que no la piso y eso es pecado mortal) y en una travesía que no
creo vuelva a encontrar jamás. El mar, como un plato de los llanos, ni un bache
en todo el camino.
Para tenerte
entretenido, van dos de un golpe. No las visiones conjuntamente no sea que te
marees. Tú mira tranquilito la primera, sin prisas, buscando todos los fallos
posibles y luego, después de echarte un leche y leche, pegas con la segunda. Yo
te las resumo en travesía Los Cristianos a San Sebastián, periodo de atraque y
desembarque, reanudación del trayecto (bordeando La Gomera hasta la altura de
Vallehermoso) y mar abierto hasta Santa Cruz de la Palma.
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