sábado, 21 de diciembre de 2013

Nos vamos a La Palma

Me apetece también, por qué no, relatar, a modo de crónica, los garbeos que uno se da por las islas. No es que me cause desazón alguna el viajar por esos mundos pa´fuera, pero entiendo que debemos conocer mejor lo nuestro. Cuánto iluminado presume de haber recorrido medio mundo (algo hiperbólico) y no sabe en qué isla se encuentra el lugar denominado Los Pejerreyes. Y si les apetece pensar que es cuestión monetaria, no seré yo quien les cuestione el razonamiento. Ahí tienen al mismísimo presidente autonómico, viajero impenitente, que no duda en coger su helicóptero y plantarse en cualquier romería (puedes leer novelería) que se celebre aun en los sitios más recónditos de esta nacionalidad ultraperiférica. O lo puedes contemplar arando con un burro majorero, ordeñando una cabra morisca o empujando un carro que se quedó atascado. Eso sí es un ejemplo a seguir.
Me fui una semana a La Palma y me alojé en Los Cancajos, en el Apartotel Las Olas, recomendado por Rayco, el de la Casa de la Cultura (bueno, el de Celestino y Dulce, para ser más exactos), que es un fisco bien largo más viajero que yo. Y cámara en ristre disparé contra mucho de lo que se movía y contra todo lo que estaba en reposo. Por lo que, entre comentarios de otra índole (bien me gusta la política aunque no me dejen dar charlas en los locales de las asociaciones de vecinos), intercalaré presentaciones fotográficas de aquello que estime pueda servirles a ustedes de mera curiosidad. Si fuera de sana envidia por las ventajas de un jubilado, habla con Soria y lo mismo te invita a ir con él a pescar salmones en la lejana Noruega. Más que sea para que le mantengas la caña.
Comenzaremos el recorrido en Los Cristianos (más barato y puedes llevar el coche; te lo resumo en billetes: 70 euros ida y vuelta, dos pasajeros y el fotingo). Con escala en La Gomera (hace un año que no la piso y eso es pecado mortal) y en una travesía que no creo vuelva a encontrar jamás. El mar, como un plato de los llanos, ni un bache en todo el camino.
Para tenerte entretenido, van dos de un golpe. No las visiones conjuntamente no sea que te marees. Tú mira tranquilito la primera, sin prisas, buscando todos los fallos posibles y luego, después de echarte un leche y leche, pegas con la segunda. Yo te las resumo en travesía Los Cristianos a San Sebastián, periodo de atraque y desembarque, reanudación del trayecto (bordeando La Gomera hasta la altura de Vallehermoso) y mar abierto hasta Santa Cruz de la Palma.






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