Fueron objeto
de comentarios generalizados en estos días anteriores unas declaraciones de
nuestro estimado presidente autonómico (sigue en el empeño de ir acumulando
méritos y no quedar muy a la zaga del nacional). En una entrevista radiofónica
(la SER) se
despachó bien a gusto con las familias de al menos 400 pacientes que con alta
hospitalaria siguen ocupando cama en los centros públicos sanitarios de estas
ínsulas. Nada argumentó de la posible casuística que se halla detrás de cada
una de estas personas. Ni de las alternativas que deban ofrecerse a estos casos
(la mayoría, crónicos). No, él bastante trabajo tiene con dictar al negro del
blog, viajar y manifestar estupideces cada vez que abre la boca. Debería tomar
ejemplo de Mariano y contestar con divagaciones y frases hechas. Pero en su
afán de ser contundente y rotundo, torna la claridad en oscuros pasajes y velos
tenebrosos.
Se ha
instalado de tal manera la mediocridad en la política, que en todos los ámbitos
es cada vez más complicado encontrar las excepciones de rigor. O se están
luciendo los partidos políticos en la designación de sus candidatos o nos hemos
cegado los electores hasta el punto de votar por una caterva de energúmenos que
no saben hacer la o por un canuto. Y más lamentable aún la postura de aquellos
otros que intentan justificar alianzas y pactos. Porque los socialistas
canarios han elevado tímidamente la voz para indicar que no han sido
afortunadas las palabras del jefe. Búscame la diferencia entre el apego a unos
sueldos de estos ejemplares con los de SJR. Mero botón del amplio muestrario.
Se halla
preocupada la santa madre iglesia católica, apostólica y romana (lo pondré con
mayúscula cuando se retracte el impresentable cardenal Sebastián o el Papa lo
destituya) por el significativo descenso de alumnos que optan por matricularse
en religión. Pues ninguno debería haber. Para ser justos y equitativos con el
resto de confesiones. Tanto debate para acometer reformas constitucionales y
permanecen mudos derechosos e izquierdosos acerca de abolir este
privilegio. Parece más peligroso el que se eduque en valores a los escolares,
enseñándolos a ser buenos ciudadanos, que adoctrinarlos a la antigua usanza.
Como opción libre y voluntaria de cada cual y ceñida a facetas de la más
estricta intimidad, fuera de los planes de estudios. Vayamos a rezar, si nos
place, a las iglesias y dejemos a colegios e institutos para los menesteres que
fueron concebidos. Como Paulino Rivero se confiesa (escrito aposta) de
izquierdas, lo mismo toma cartas en el asunto.
Elpidio José
Silva, juez que mandó a Blesa a la cárcel, se enfrenta a la suspensión cautelar
indefinida. Lo acusan de prevaricar. Es una prueba más –y van…– de que la
justicia es igual para todos. Lo que me hace pensar que José Castro, el de la
infanta, habrá puesto sus barbas a remojar. Máxime cuando Rajoy ha sentenciado
que la susodicha se irá de rositas. Lleva tiempo la fiscalía trabajando en
ello. Porque de todos es sabido que estos (los fiscales) ya no son lo que eran.
Ni cumplen los cometidos y funciones que se les debería presuponer. No, ahora
te trincan robando una piña de plátanos porque el hambre te vienen produciendo
unos pinchazos raros en la boca del estómago, y si te denuncia el dueño de la
finca no te preocupes lo más mínimo. Ahí a tu lado estará uno de los de ese
ministerio para… acusarte formalmente y enviarte a chirona durante unos buenos
cuantos años. Por ladrón, por indecente, por inmoral. Viva Manolo Escobar, que
en la gloria esté.
El cochino
del alcalde de Málaga se ducha con once litros de agua. Hasta muchos me
parecen. Porque los militantes populares son capaces de hacerlo con un botellín
de Fonteide. Y les sobra para enjugarse, que no lavarse, los dientes tras una
buena ingesta de gusanos y yogures caducados. Si yo fuera uno de esos periodistas
que cubren ruedas de prensa… Qué va, para qué pensar boberías tales. No hubiese
pasado del primer asalto. No solo me habrían vetado la presencia sino que la
mordaza me cubriría un espacio mucho más dilatado que el orificio bucal. Se me
hubiese ocurrido, mero ejemplo, preguntarle con qué frecuencia gasta la
cantidad descrita del líquido elemento. Porque lo mismo me sorprende con una
vez a la semana, que es lo que se hacía por estos lares en épocas pretéritas de
hambruna y miseria. El resto de los días, si se podía, con lavarse las patas
era suficiente. En la “tajea” (hoy, atarjea), por la que no siempre pasaba el
chorro para el estanque de la finca. Y ropa limpia, de lunes a lunes. Para
contar tengo, estimado, y cochino, señor alcalde malagueño. No se convierta
usted en puerco por el mero hecho de intentar justificar recortes y sablazos.
Ya sé que al no trabajar, no se sudará mucho los cuatro puntos cardinales
(incluya los cataplines, please),
pero haga el favor de callarse. No nos insulte con sandeces de tal guisa. No se
ponga de ejemplo de nada porque los despachos de los actuales alcaldes, con
baño incluido (en el que usted, por lo escuchado, ni mea), vienen a demostrar
la esplendidez en la que se mueven. Así que no se las dé de listo y báñese con más
frecuencia, so cochino. Ni la va a pagar ni le aplicarán el incremento de
tarifa con el que ha deleitado a sus convecinos.
Pasen,
realejeros, feliz día de San Vicente. No sé si bajar y preguntarle a Manolo con
cuántos litros se remoja. Es lo que hay.
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