miércoles, 22 de enero de 2014

El cochino del alcalde

Fueron objeto de comentarios generalizados en estos días anteriores unas declaraciones de nuestro estimado presidente autonómico (sigue en el empeño de ir acumulando méritos y no quedar muy a la zaga del nacional). En una entrevista radiofónica (la SER) se despachó bien a gusto con las familias de al menos 400 pacientes que con alta hospitalaria siguen ocupando cama en los centros públicos sanitarios de estas ínsulas. Nada argumentó de la posible casuística que se halla detrás de cada una de estas personas. Ni de las alternativas que deban ofrecerse a estos casos (la mayoría, crónicos). No, él bastante trabajo tiene con dictar al negro del blog, viajar y manifestar estupideces cada vez que abre la boca. Debería tomar ejemplo de Mariano y contestar con divagaciones y frases hechas. Pero en su afán de ser contundente y rotundo, torna la claridad en oscuros pasajes y velos tenebrosos.
Se ha instalado de tal manera la mediocridad en la política, que en todos los ámbitos es cada vez más complicado encontrar las excepciones de rigor. O se están luciendo los partidos políticos en la designación de sus candidatos o nos hemos cegado los electores hasta el punto de votar por una caterva de energúmenos que no saben hacer la o por un canuto. Y más lamentable aún la postura de aquellos otros que intentan justificar alianzas y pactos. Porque los socialistas canarios han elevado tímidamente la voz para indicar que no han sido afortunadas las palabras del jefe. Búscame la diferencia entre el apego a unos sueldos de estos ejemplares con los de SJR. Mero botón del amplio muestrario.
Se halla preocupada la santa madre iglesia católica, apostólica y romana (lo pondré con mayúscula cuando se retracte el impresentable cardenal Sebastián o el Papa lo destituya) por el significativo descenso de alumnos que optan por matricularse en religión. Pues ninguno debería haber. Para ser justos y equitativos con el resto de confesiones. Tanto debate para acometer reformas constitucionales y permanecen mudos derechosos e izquierdosos acerca de abolir este privilegio. Parece más peligroso el que se eduque en valores a los escolares, enseñándolos a ser buenos ciudadanos, que adoctrinarlos a la antigua usanza. Como opción libre y voluntaria de cada cual y ceñida a facetas de la más estricta intimidad, fuera de los planes de estudios. Vayamos a rezar, si nos place, a las iglesias y dejemos a colegios e institutos para los menesteres que fueron concebidos. Como Paulino Rivero se confiesa (escrito aposta) de izquierdas, lo mismo toma cartas en el asunto.
Elpidio José Silva, juez que mandó a Blesa a la cárcel, se enfrenta a la suspensión cautelar indefinida. Lo acusan de prevaricar. Es una prueba más –y van…– de que la justicia es igual para todos. Lo que me hace pensar que José Castro, el de la infanta, habrá puesto sus barbas a remojar. Máxime cuando Rajoy ha sentenciado que la susodicha se irá de rositas. Lleva tiempo la fiscalía trabajando en ello. Porque de todos es sabido que estos (los fiscales) ya no son lo que eran. Ni cumplen los cometidos y funciones que se les debería presuponer. No, ahora te trincan robando una piña de plátanos porque el hambre te vienen produciendo unos pinchazos raros en la boca del estómago, y si te denuncia el dueño de la finca no te preocupes lo más mínimo. Ahí a tu lado estará uno de los de ese ministerio para… acusarte formalmente y enviarte a chirona durante unos buenos cuantos años. Por ladrón, por indecente, por inmoral. Viva Manolo Escobar, que en la gloria esté.
El cochino del alcalde de Málaga se ducha con once litros de agua. Hasta muchos me parecen. Porque los militantes populares son capaces de hacerlo con un botellín de Fonteide. Y les sobra para enjugarse, que no lavarse, los dientes tras una buena ingesta de gusanos y yogures caducados. Si yo fuera uno de esos periodistas que cubren ruedas de prensa… Qué va, para qué pensar boberías tales. No hubiese pasado del primer asalto. No solo me habrían vetado la presencia sino que la mordaza me cubriría un espacio mucho más dilatado que el orificio bucal. Se me hubiese ocurrido, mero ejemplo, preguntarle con qué frecuencia gasta la cantidad descrita del líquido elemento. Porque lo mismo me sorprende con una vez a la semana, que es lo que se hacía por estos lares en épocas pretéritas de hambruna y miseria. El resto de los días, si se podía, con lavarse las patas era suficiente. En la “tajea” (hoy, atarjea), por la que no siempre pasaba el chorro para el estanque de la finca. Y ropa limpia, de lunes a lunes. Para contar tengo, estimado, y cochino, señor alcalde malagueño. No se convierta usted en puerco por el mero hecho de intentar justificar recortes y sablazos. Ya sé que al no trabajar, no se sudará mucho los cuatro puntos cardinales (incluya los cataplines, please), pero haga el favor de callarse. No nos insulte con sandeces de tal guisa. No se ponga de ejemplo de nada porque los despachos de los actuales alcaldes, con baño incluido (en el que usted, por lo escuchado, ni mea), vienen a demostrar la esplendidez en la que se mueven. Así que no se las dé de listo y báñese con más frecuencia, so cochino. Ni la va a pagar ni le aplicarán el incremento de tarifa con el que ha deleitado a sus convecinos.
Pasen, realejeros, feliz día de San Vicente. No sé si bajar y preguntarle a Manolo con cuántos litros se remoja. Es lo que hay.

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