¿Consulta? ¿No
vinculante? ¿Referéndum? ¿Vinculante? ¿Tomadura de pelo? ¿Subida al carro del
populismo? ¿Maniobra de distracción? ¿Méritos para futuras candidaturas? ¿Vía
Constitución? ¿Vía Estatuto? ¿Pulsos sin ton ni son?
Qué fotos,
amigos míos, circularon ayer por los medios de comunicación. Dignas de la
apertura de la Catedral
lagunera. Allí, todos, en pose de sentida meditación y profundas convicciones
filosóficas, religiosas, éticas y morales. O estómagos pesados. Incluidos los
del PSOE. El aditamento, el sostén, el estacón. Chiquito estampido te vas a
llevar, José Miguel. Si te autorizan las primarias, procura tomar el mismo
camino que Rubalcaba. No hundan el partido aún más en la miseria.
Ya era hora
de que hable nuestra gente. Una vez reducido el paro a niveles bajo cero, una
vez finiquitados los problemas sanitarios y educativos, toca que el pueblo se
defina. Qué bien, qué chachi, démosle la voz a los paisanos. Y recemos todos
juntos para que quien ostenta el poder decisorio nos dé calabazas, no sea que
se nos vire la tortilla. No nos defraudes, Mariano, sigue en tu línea, en la
buena dirección. Y tú, José Manuel, ponte bravo, que nos interesa más que
nunca. Y que salga al menos un chorrito para poder seguir manteniendo nuestros
argumentos.
Hemos logrado
nuestros objetivos: me ha entrevistado Francino, estamos en boca de los
tertulianos televisivos (incluso de la que soltó en Los Desayunos de la 1 que
las prospecciones se harán a 60 kilómetros de cualquier isla, lo que
demuestra el altísimo conocimiento del asunto y de la situación geográfica),
todos nos apoyan, hemos tocado la fibra sensible de una población adormecida…
Que hablen,
que se definan, que con un simple adverbio nos devuelvan la credibilidad. Qué
listos somos, los hemos trincado con el pie cambiado.
Creo que es
la hora de dar la palabra al pueblo. ¿Creo?
¿Deduzco, en lógica consecuencia, que hasta ahora nos habían tenido
amordazados, sin posibilidad de alzar la voz para que nuestra opinión contase?
Hombre, esto dicho por un socialista son palabras mayores. Te felicito,
Paulino, porque los tienes hechos a tu mano, a tu imagen y semejanza. ¡Uy! (uf,
ay o sucedáneos), perdón, que tú lo eres igualmente.
Dar la
palabra al pueblo. Sublime sentencia. Claro que sí. Una y mil veces sí. Pero
ahora, antes y después, aquí, allí y en todo lugar, en la verdes y en las
maduras. Pero jugar por el interés te quiero Andrés, va a ser que no. Y el tufo
de posicionamientos interesados que despide esta iniciativa tumba al más
escéptico. Ese pueblo al que ahora invocan se halla harto de que lo pretendan
utilizar de manera tan burda.
Llegado este
momento, y ante la posibilidad de sacar tajada, todas las formaciones
políticas, presentes o no en el parlamento, se han sumado a la novelería. Y es
más, todos lo habían demandado desde varios años atrás. Qué morros. Y yo
desgañitado porque sobran políticos, asesores, enchufados, liberados,
designados, ungidos. Y ni uno se ha puesto de mi lado. Ni en mi pueblo. Desgraciado
que soy. Otros que comulgan con ruedas de molino tienen la tremenda suerte de
salir, fotografía incluida, en las redes sociales con medallas, placas y ramos
de flores.
El acuerdo
adoptado en el Consejo de Gobierno deberá pasar el trámite parlamentario
autonómico. Luego enviaremos la carta a Madrid. Y se iniciará el recorrido,
estilo antorcha olímpica, que la llevará a San Jerónimo. Ve sumando semanas y
meses. Calcula también que 90 días antes y otros tantos después de una cita
electoral no se puede llevar a cabo un proceso de estas características.
Recuerda que el 25 de mayo son las elecciones europeas (¿ya se te pasó el
cabreo, Juan Fernando?). En el verano no se trabaja. Mejor, los parlamentarios
están de vacaciones, porque cuando no lo hacen es durante el resto del año. Ya
estamos, entre pitos y flautas, en 2015. Y en este, agüita con la que nos
espera: locales, autonómicas, generales.
Se les ha
visto demasiado el plumero, estimados gobernantes canarios. No se coman el
coco. Si lo que pretenden es seguir aupados, no tienen el mayor problema.
Quince y quince son treinta, que es la mitad de sesenta. Y si no va José
Miguel, lo mismo te salvas por un más amplio margen, Rivero. Puede que sean
quince y dieciséis. También valdría recurrir a Román, que le encantaría llevar la Consejería de Sanidad. Y
concluiría la carretera de La Aldea. Para
que pase la ambulancia, por supuesto.
No vayan a
creer que estoy en contra de que nos pidan asesoramiento. Todo lo contrario.
Pero como no les gusta el sistema asambleario, no nos molesten cuando a sus
señorías les convenga. Eso es de caradura. Y de baja calificación en el
apartado de la catadura moral. Amén.
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