Si los
hombres parieran y a una mujer, imaginemos que Ministra de Justicia, se le
ocurriera escribir un texto idéntico al que Gallardón pretende tramitar para
convertirlo en ley, muchos velos disciplinarios se irían a tomar viento fresco.
Y quiero imaginarme –con enorme esfuerzo– los piropos que le caerían a la
susodicha desde la misma bancada que ayer aplaudía con las orejas. Jolines,
debo sacudir cuatro veces el magín porque no acabo de ver embarazado a Pujalte,
verbigracia.
Cierto es que
la intención del PSOE para paralizar este anteproyecto era de recorrido similar
a las consultas petroleras, pues la disculpa de las populares que no ven con
buenos ojos esta reforma venía servida con la otra de que hay que debatir e
introducir cuantas correcciones sean necesarias. Qué optimistas. No conocen a
mi hijo, que diría Ruiz Gallardón (José María).
Si me atrevo
a darle fecha de caducidad a la
LOMCE, con más razón, y viendo la contestación existente, a
esta otra, un suspiro. Si es que se llega a aprobar, al menos con la redacción
actual. Parece que nos olvidamos de los asuntos con pasmosa facilidad, pero vayan
anotando en una libreta. Lo de El Gamonal, ese barrio burgalés paradigma de las
protestas ciudadanas, no fue hace diez años. Qué desmemoriados somos. Y las
mayorías absolutas, casi absolutistas, también tienen los pies de barro.
Pero vamos al
meollo, a la cuestión que dio origen al titular arriba señalado. El pasado
martes por la mañana entrevistaron al alcalde de Los Realejos en la Cadena SER. Y le preguntaron,
en su condición de presidente insular del PP, el porqué en otros ayuntamientos
compañeros suyos –y sujetos a su disciplina– habían apoyado la moción que viene
presentando el PSOE en las diferentes instituciones para rechazar el
anteproyecto de ley del aborto, mientras en su consistorio ni siquiera explican
el sentido negativo del voto. Bueno, mejor, siguiendo la tónica de sesiones
plenarias anteriores, en las cosas que son de Madrid, que quedan muy lejos,
mutis por el foro, porque los habitantes de este pueblo, suyo y mío, no nos
interesamos sino por lo más cercano, por los baches (de El Toscal), las obras
de La Cruz Santa
y el hipódromo de la Finca
de El Llano.
Y como no he
aprendido a pasar, como los años me han vuelto más contestatario y revolucionario
(para llevar la contraria a los que sostienen que se convierte uno en
acomodaticio, pasivo y conservador), colgué en FB el siguiente párrafo: “Esta
mañana dijo el alcalde (entrevista en la
SER) que no apoyaron la moción porque a los realejeros no les
importa el divorcio sino que arreglen las calles. Esto merece un comentario más
amplio, pero no nos tome por idiotas con planteamientos tan simplistas. De
verdad, Manolo, es que ni siquiera creo que este argumento haya sido suficiente
para convencer a tus concejalas. ¿O sí?”.
Aquí estoy,
porque lo que prometo lo cumplo y sin que me haga falta programa ni elecciones.
Señor Domínguez, va a acabar muy mal. Su doble cargo lo trae a mal vivir. Y
cuando, para salir de los trances difíciles, intenta unificar su doble
personalidad (piensa distinto, habla distinto, se comporta distinto…), se torna
de una simpleza tal que lo mismo cree que los demás somos tontos de remate.
Sostener que solo estamos capacitados para preocuparnos por los asuntos del
pueblo y que las cuestiones de mayor enjundia deben resolverse en las altas
esferas institucionales de este país, raya el ridículo más espantoso.
Como tanto le
gusta salir en la foto por cualquier bobería, utilizando todos los medios a su
alcance y valiéndose de prensas, protocolos y dinero del erario público (si lo
desea soy capaz de hacer una recopilación de instantáneas gráficas con alumnos,
deportistas, viejitos, grupos, asociaciones…), sin que ello suponga hacer
política, como pretendían aquellos malvados que iban a utilizar unos locales en
La Montaña,
lo invito a que se siente en medio de cualquier plaza del pueblo, previo aviso
por megafonía a que recibirá opiniones, sin coacciones ni condiciones previas,
de lo que piensan –pensamos– de este ataque a la libertad de las mujeres, a
cercenar un nuevo derecho y a decidir la manera en la que deben actuar. Puede
que se lleve una sorpresa. Porque la época del ordeno y mando, del cállese la
boca y aquí se hace lo que digo yo o del que se jodan, ha quedado, o al menos
así lo entendía, relegada al baúl de los recuerdos. Pues no, bobo tieso (me
refiero a mí, que vengo a ser yo), sigue vigente.
Me niego a especular
que a tus concejalas solo les preocupe la remodelación de la Calle Real. Que también. Porque
la que cobra por la delegación que debe denominarse precisamente de la Mujer, si supedita el sueldo
y el sí mi amo al cometido que se le presupone, flaco favor se hace y nulo
servicio presta al colectivo. ¿O es lo que yo mento como aprovecharse de las circunstancias,
o de la coyuntura, que se estila más?
Tu grupo de
gobierno, estimado alcalde, está cometiendo idéntico pecado al que rige los
destinos nacionales. El uso inadecuado del voto ciudadano es una falta de respeto
a los que te votaron y a los que no. Incluso los jóvenes, a través de su
colectivo Nenedam, eleva preguntas sin que obtengan las pertinentes respuestas.
Los silencios pueden ser tanto o más elocuentes que los discursos rimbombantes.
Esos modelos y calcos que proliferan por las Españas.
Como
dirigente insular que eres, soy consciente de que debes seguir a rajatabla el
manual. Y en tu caso, hasta la letra pequeña. Pero al igual que en otros
pueblos, y ahí está el ejemplo y las declaraciones de Teresa Barroso, surgen
voces disconformes con las imposiciones que van mucho más allá de lo meramente
político o partidario, me gustaría conocer la versión de las concejalas
realejeras del equipo de gobierno. No quisiera pensar que no tuvieran criterio
formado al respecto. Algo tendrían que alegar. Y dejaron pasar una magnífica
oportunidad para demostrarlo. Al menos anteayer en el Congreso fue una diputada
la que ‘defendió’ la posición de tu partido. Me hubiera gustado que fuera la
singular Celia Villalobos, pero no pudo ser. Aunque todo se andará.
¿Serán
capaces las concejalas del PP realejero de dar alguna versión, algún parecer,
algún dictamen o no saben, no contestan? ¿O, quizás, eso son cosas de Manolo
porque vienen de Madrid?
Hasta mañana.
Y voy a esperar sentado porque de pie me canso.
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