O titulares
que conducen a engaño. Porque la mayoría de estas manías escritas surgen tras
la visual de la prensa diaria. Menos El Marca, pues desde que me enteré de que
era el diario más leído en este país me agarré a lo de llevar la contraria. Y
ya estoy viejo para cambiar.
Comienzo con
algo que no sé bien cómo definir. “Dos goles que no debieron dar sellaron el
empate”. Y aunque se trate del reclamo de una crónica futbolística (o
futbolera), te juro que la hallé en un periódico de información general. Me quedé
patidifuso con lo de ‘que no debieron dar’. Tengo la impresión de que el autor
pretendió ubicar el pronombre se, pero se olvidó o pensaba transmitir otra idea
que me ignorancia deportiva me impide columbrar. No sé si guarda el susodicho
relación con los excelentes comentaristas (Pier incluido) de la televisión
autonómica. Que cada día es más de Paulino y Willy, porque ya no es ni de
populares ni de socialistas, aunque estos últimos soportan las tarascadas
(término balompédico por excelencia) con tal de que no los bajen. Y de
tratarse, como me imagino, que hubo los consabidos errores arbitrales, mejor
haría la federación, o al que le incumba, en que un artilugio mecánico dirija,
y dirima, las contiendas, porque para poner a dos invidentes en las cercanías
de las áreas mejor que las imágenes de los centenares de canales televisivos
hagan tal labor. Y seguro que con mucha mayor efectividad.
En un digital
herreño se indicaba que el aeropuerto perdió 285 pasajeros en febrero. Y los
que hemos viajado a esa isla en tal medio de transporte sabemos de las dimensiones
de la terminal de Los Cangrejos. Por lo que, si me apuras, se me antoja muy
complicado que se pierda una maleta. Nada te digo si son casi tres centenares
de personas las que se esfumaron vete tú a saber si para El Tamaduste o se
bajaron en La Caleta
antes de que el aparato pusiera el tren de aterrizaje en el conglomerado de la
pista. A este paso la compañía Binter se va a quedar sin clientela.
Ya que recalé
en la Isla del
Meridiano, me entero de que en tan reducida superficie hay 8045 vehículos para
una población de 10979 habitantes. Me gustaría tener el dato de los menores de
18 años (deben ser unos cuantos, pues de lo contrario estarían cerrados los
colegios e institutos), que son los que al no poseer permiso de conducción no
debieran, por pura lógica, disponer de auto propio. A los que añadiría los muy
mayores, los impedidos y los que voluntariamente eligieron la guagua como medio
de transporte. Tras estos descuentos, y no hace falta ser un lince matemático,
cada herreño que cumpla las condiciones exigidas debe poseer un coche y medio,
más o menos. Menos mal que tenemos al Istac (ese Instituto que se encarga de
las estadísticas y otras boberías) para arreglar este exceso y prevé un
incremento de 2299 habitantes en los próximos cinco años. Y también me llamó la
atención el número de marras. Ni uno más (2300) ni uno menos (2298). A eso lo
llamo yo tener puntería en la contabilidad de los embarazos. Ignoro si tuvieron
en cuenta la posibilidad de alguna erupción esporádica. Es que en tal
disyuntiva los calores aumentan y para esos menesteres no es lo mismo un cuerpo
ardiente que otro esmirriado por el frío de San Andrés, por ejemplo.
Si hay
alguien en estas islas que utilice cifras para ilustrar sus comentarios –y lo
que le escriben para el blog– es el presidente de esta calamidad, perdón, de
esta Comunidad. Y casi siempre para realizar promesas que ni por asomo se han
acercado jamás a la realidad. Una tesis doctoral sobre los puestos de trabajo
propuestos demostraría que de haber dado en la diana con tales apreciaciones,
ahora mismo nos podríamos permitir el lujo de elegir en qué lugar u oficio
currar. Tal vez por eso comprenda menos esta otra previsión: mejorar las
aptitudes de 3000 jóvenes para acceder al empleo. Porque tengo la ligera
impresión de que a nuestros jóvenes les sobra preparación (sí, que no todo es
fracaso escolar; lo fácil es mezclar el estrépito social con la manía de culpar
a los docentes de todos los males habidos). Y capacidad y disposición para
desempeñar una labor, también. Pero para qué demonios quiere el cursillo si no
lo va a poner en práctica jamás. Preocúpense, y mucho, de que el mercado
laboral adquiera otros tintes y déjense de monsergas. Cuando no de machangadas.
De qué nos valen tres mil jóvenes aptos si no van a poder ejercitarse. Esto me
recuerda los cursillos de educación sexual. Siempre son teóricos. Y estarán
conmigo que no es lo mismo. Y ya está.
Concluyo con
un aviso a navegantes. El turismo destruye empleo en Cataluña pese al récord de
visitantes. Leí el reportaje y las condiciones de precariedad de los empleados
de la hostelería rayan el escándalo. Porque el pasado año fueron borrados de un
plumazo 19400 puestos. Me temo, señor Rivero, que ir a Berlín para anunciar que
tendremos un millón más de turistas no va a ser suficiente. Porque tales
aumentos están recayendo sobre las espaldas de los de siempre. Con contratos de
miseria y cállate por si acaso. Gobierno y sindicatos tienen otras
preocupaciones más perentorias. ¿Privilegios? Qué va. Eso se deja para los que
dispongan de empleo fijo, los funcionarios, por ejemplo. ¿No te acuerdas quién
soltó la guinda? Yo sí. De ahí la foto que ilustra este post. Y aunque no le
votes va a seguir siendo presidente.
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