martes, 13 de mayo de 2014

Alumbrado público

Varios eran los asuntos que había en cartera. Lo mismo aplicaré la sentencia de mañana será otro día. Porque cuando tuve acceso a las declaraciones de mi alcalde acerca de lo mal que se halla el alumbrado público en nuestro municipio realejero, no me quedó más remedio que pararme buen rato a digerir los párrafos leídos. Y aunque haya osado plasmar estas líneas a las que tú, apreciado y amable seguidor de Pepillo y Juanillo, puedes echar una visual en estos momentos, te juro que sigo sin verlo claro. Debe ser, estimado Manolo, que la bombilla no me funciona bien y lo mismo ha de ser incluida en tu inminente privatización. Porque, como bien sabes, solo lo de tal guisa merece parabienes y aplausos. Por lo que, siguiendo la línea en la que el Partido Popular cree a pie juntillas y que tú has puesto en práctica en la gestión consistorial, debo pensar que en poco tiempo veré cumplidas mis aspiraciones: un ayuntamiento sin responsables públicos sino dirigido por un consejo de administración, que, según tus cálculos, nos saldrá mucho más económico que sostener esta pléyade de concejales liberados (con sus correspondientes adhesivos). Tanto es así que el concejal delegado de servicios, como ya no tendrá razón de ser, pasará a formar parte de la privilegiada empresa que nos iluminará de aquí en adelante. Cuya principal pretensión –y muy lógica, por otra parte– será la de ganar dinero. Y ahí surgen mis principales dudas.
El año pasado se contabilizaron 713 averías. Sin incluir la farola que está enfrente de mi casa y que se apaga y enciende como los semáforos de las monjitas. Pero como es inteligente –la farola–, mejor ha sido no arreglarla porque ilumina el cartel que da nombre a la calle –Benito Pérez Galdós–, y es preferible mantenerlo oculto, no sea que alguien se queje al contemplar aquella chatarra vieja. Tantas anomalías, según mi alcalde, pone de manifiesto el estado de deterioro de las infraestructuras. Y como se ha invertido demasiado hasta ahora sin que el enfermo mejore, a la sanidad privada. Lo siguiente deberá ser, me imagino y aplicando la misma regla de tres, que se entregue Rambla de Castro al propietario del Loro Parque a cambio de la entrada gratuita de todos los realejeros que hayan acreditado ser votantes del PP en el futuro parque zoológico a instalar. Porque han sido tantos los millones ‘sembrados’ en aquellos contornos (luego se han secado o han sido devorados por las cabras) que no “merita” la pena persistir con la absurda declaración de Paraje Natural.
Me pierdo –soy de letras– en las cantidades esgrimidas por Domínguez. Hay que invertir casi tres millones en modernizar para después telegestionar. Y cuando tengamos todo el tinglado dispuesto nos ahorraremos anualmente casi 800.000 euros. Aparte de que con un empleado delante del ordenador dirigirá la circulación de electrones. Reitero, como los semáforos, que son accionados por la madre superiora (o Sor Leonor) a la hora de entrada y salida del centro. Pero no habrá mermas en las condiciones laborales de la actual empresa municipal de servicios (Realserv). Claro, es más, ya no tendrá razón de ser. Qué significan para un total de seis mil unos pocos parados más. Además, los operarios de ahora mismo están tan contaminados con el vapor de mercurio que merecen una jubilación anticipada. Como los de la minería, por ejemplo.
La empresa concesionaria, que ya tendrán ‘retratada’, debe ser algo así como un hada madrina. No solo nos dibujará un pueblo tan clarito, tan clarito, sino que ya no nos caeremos en los baches de nuestras flamantes carreteras. Menos mal. Y por si fuera poco, deberá asumir el 50% del gasto del alumbrado navideño. La otra mitad, con la consabida colecta entre los establecimientos comerciales de las respectivas zonas abiertas. Con lo que el superávit del próximo ejercicio deberá alcanzar los 20 millones de euros.
Ños, Manolo, de verdad, me tienes asombrado. Este panorama que trazas ya lo quisiera tu jefe Rajoy. Cómo no has sido capaz de enviarle una fotocopia. Te tienen desperdiciado en esta presidencia insular.
Tú sueñas con los angelitos por la noche –o de día, como Marcos Brito en el reciente mitin de CC en La Orotava– y te levantas (con el pie derecho, faltaría mas) obnubilado en la creencia de que el panorama es tan fácil como soplar y hacer botellas (en plural, no vayas a pensar en envases singulares).
Cómo es posible que con estas varitas mágicas (¿no las tenías cuando gobernaste con Oswaldo durante cuatro años? Sí, recuérdaselo a Sandra por sus declaraciones con respecto a la vía de El Castillo. En la que, por cierto, el ayuntamiento aporta solo el 20%) no hayan sido capaces de hallar soluciones para el alumbrado de El Burgado, acondicionamiento de los edificios que se caen a trozos, mejora en zonas recreativas (estoy pensando en El Bosque, en La Fuente…), descenso en el número de parados, descongestión del tráfico rodado, parques, circuitos para bicicletas, celeridad en las obras (Realejo Bajo, La Cruz Santa…). Y más, más y más. Y lo peor es que, ustedes así lo publican y publicitan, hay dinero. Pero mira, a la porra con el mal estado de las infraestructuras si logras que esa fatídica lista negra, en la que se incluyen todos aquellos que las están pasando canutas (la de los desempleados, por si no fui lo suficientemente claro), desaparezca.
Relacionado con estos avances tecnológicos aplicados a lámparas, cables, cuadros, puede hallarse la nueva manera de gobernar a golpe de mensajes y comentarios en redes sociales y otros artilugios informáticos varios. Y no es que me pueda parecer mal el que los vecinos utilicen estos medios. Pero cuando ello se convierte en norma, y hay tiempo para tales menesteres –a pesar de que las 24 horas no dan, eterna canción–, más me ratifico en la escasa necesidad de concejales que pasean en vanos intentos de justificar sueldos. Y me temo que las privatizaciones aludidas no produzcan las mermas que demando, sino que se inventen o diversifiquen más chiringuitos aunque estén más vacíos de contenidos que las balsas de riego tras un periodo de pertinaz sequía.
¿Saben cuál fue la última que me espetaron?: Vas tú a comparar. No sé si con ánimo de silenciarme. Pues sí, también estuve. Y ello me da aún un plus de legitimidad.
Hasta mañana en que aprovecharé la aseveración del obispo tinerfeño acerca de que Anchieta sigue vivo.

1 comentario:

  1. Creí ver un adverbio de cantidad sin tilde. Debe ser que cuando lo escribí, la bombilla estaba apagada.

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