Muchas
iniciativas del ayuntamiento realejero no solo me parecen convenientes y
adecuadas sino que merecen plácemes y aplausos. Siempre he pensado que las
corporaciones deben cuidar mucho el día a día. Porque, a veces, se enfrascan en
discusiones bizantinas y en proyectos de muchos millones obviando un presente
que necesita remiendos, arreglos y lavados de cara.
Hoy me atrevo
a realizar una sugerencia. Y deben ir unas cuantas. Creo recordar que a todas
las anteriores ningún grupo de los que conforman la corporación le han prestado
el más mínimo caso. Visto el éxito alcanzado, lo lógico sería que recogiera
bártulos y me dedicara a criar pericos para luego vendérselos al amigo Paulino,
para que él, a su vez, los ofreciera a los clientes de su negocio (Paguher, el
mundo animal) ubicado frente a la
Shell de El Toscal (espero que me pague la publicidad).
Como no me ha
abandonado la manía de dar un pateo de vez en cuando, siempre que mis múltiples
ocupaciones me dejen un resquicio, a la par que voy escuchando La Ventana, me dedico a echar
una visual a cuanto acontece por los lugares que transito. Ayer tarde estuve
caminando por la carretera de San Benito, La Zamora y La Montañeta. Van,
pues, unos ejemplos concretos en los que la dificultad para ejercer tu derecho
ciudadano a ser un peatón normal y corriente, se ve dificultado por los
aparcamientos de vehículos de todo tipo sobre las aceras.
En la subida
hacia las instalaciones de la ITV
y en los exteriores de los establecimientos de ese polígono industrial, lo
normal es que tú debas transitar por la calzada porque los coches no te han
dejado espacio. Salvo que cometas la osadía de pasar por encima de capós,
techos y defensas. Y tal vez así aprovechen los talleres de los aledaños para
arreglar las abolladuras que puedas dejarle en sus carrocerías. Bien merecido
se lo tendrían, pero con una campaña, y de ahí la propuesta, al respecto y una
temporada de vigilancia policial podría ser buena medida para que se tomara la
debida conciencia.
En la urbanización
que se halla al pie de la
Montaña de los Frailes, allí donde se encuentra el busto
homenaje el poeta don Juan Marrero, a la vera del Camino de Los Afligidos, y en
las cercanías del Petudo (hay datos suficientes, ¿no?), cada propietario, para
no molestarse y abrir la puerta del garaje sino una vez por la noche cuando se
vaya a acostar, “enfoca” su auto hacia la entrada y deja el parachoques
(delantero o trasero, según su particular conveniencia) a escasos centímetros
de la vivienda, y Jesús, es decir, yo, comienza una carrera de obstáculos digna
del mejor cross, trail running o la madre… de los que no piensan en los demás
sino en el ande yo caliente… Y yo también, carajo. Que llegas a casa con un
enfado de no te menees y sin necesidad ninguna.
Así que,
señores munícipes, ya tienen el motivo de la próxima operación. Y como ahora se
estila, y mucho, la sesión fotográfica por todo y para todo (vaya complejo de
supositorio deberán tener los retratistas de turno), no demandaré derechos de
autor. Ni siquiera les voy a exigir que me dejen hueco para la pose. Los feos
estamos vacunados contra tales virus.
Ya que
mencioné el asunto fotográfico, ahí les dejo un brevísimo muestrario. Son como
chicos menudos. O sin son como. Viene Lupe, fotos con Lupe. Que nos
inmortalizamos con cerveza, cara de borracho. Que vamos al cabildo (¿visita
partidaria, de compis? Me lo expliquen), faltó algo de rojo (¿o ya no?). Se va
el último mohicano (José María), Enrique vuela más alto. Rambla de Castro hacia
Europa por varias vías. Otra de Francisco, la de cada año unos días antes de
concluir el curso. Se dan un tono que te cambas. Qué cansada vida. Y antes de
comenzar las reuniones, avalancha.
Finaliza la
semana y casi el mes. Me acabo de enterar: Zerolo se ha quejado amargamente al
Poder Judicial por el trato discriminatorio. Él también quiere un fiscal como
el de Cristina y no este pejiguera que sigue empeñado en inhabilitarlo por un
montón de años. No hay derecho. Ni justicia.
Se va
Rubalcaba. Algo tarde, pero me van haciendo caso. Ahora que vaya bajando, que
haya cadena. Eso, en cascada, como tanto les gusta.
Si necesitan
proponerme para un cargo de asesor o algo así, estaré disponible este domingo
por la tarde abajo en La Rambla. Sí,
en El Rosario. Hombre, mi campo de acción ya abarca varias comarcas. Y menos
mal que no se me da el selfie, que si
no.
Feliz fin de
semana.
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