Alcanzamos la
1401. No son muchas pero sí unas cuantas. Si alguna característica hemos de
etiquetarle a este blog entiendo que debe ser la constancia. Y no es fácil, te
lo puedo asegurar. Por mucho que te adhieran el cartel de “a ti te gusta”. O el
no menos sugerente “a ti se te da”. Se pasan momentos complicados. Aunque los
suplimos con mucha voluntad. Y vámonos, sin más, a dar un paseo por las tierras
vecinas del pueblo ramblero.
No entiendo,
con carácter general, las vanas tentativas de los cargos públicos para
justificar la mayoría de sus actuaciones. Porque casi siempre consiguen el
efecto contrario. Y en vez de sacar la pata del hoyo, se sumergen hasta el
mismísimo cogote. Si no más arriba.
En SJR el
pacto entre Tomás y Marco Antonio permaneció inamovible (había mucho en juego)
después de que al primero lo pescara la policía con un volumen de alcohol en
sangre (¿se dice así o mejor una cogorza –en canario, tranca– de no te menees?)
muy superior a lo que la normalidad demanda. Eso, una exagerada anormalidad.
Tras las
reiteradas manifestaciones del primer teniente de alcalde acerca de que su
grupo no es CC sino AIS, se nos descuelga recientemente en una emisora de radio
(ver primera foto) con unas declaraciones que desvirtúan todo lo sostenido con
anterioridad: “Fernando Clavijo entendió mis argumentos y me dio su beneplácito
para seguir el pacto con Tomás”. En fin, Marco, ¿eres o no eres?, ¿estás o no
estás?, ¿te interesa o no te interesa? ¿Independiente o nacionalista? ¿Ramblero
o sagüero? ¿No alegaste que no lo hacías por un sueldo sino por el bienestar
del pueblo? Aclárate, hombre, que ya tienes edad para eso. Te asemejas
sobremanera a tu jefe superior. Sí, a Rivero, ¿a quién si no? Sabes que él no
apoya las prospecciones. Ahora. Como otros del PSOE (yo pensé en Casimiro, ¿y
tú?). Tampoco va a votar por la abdicación de Juan Carlos, se va a abstener,
pero ya está pidiendo amparo al sucesor. ¿Cómo? ¿Que mezclo los temas y no me
lo tomo en serio? Habré aprendido de vuestras ilustrísimas.
Es tanto el
amor que se profesan la Agrupación Independiente Sanjuanera y… y… Chacho,
estoy trabado. ¿Qué pongo, Partido Popubar o Vecinos por Tenerife? Porque ya,
eso leí hace un rato, se hizo efectiva la expulsión del señor Mesa. ¿Ya tienes
sustituto, Manolo? A lo que iba, tengan cuidado con los amoríos pues no es cuestión
baladí. Los efluvios pesan. Que se lo pregunten a la zona hundida del Pont des
Arts en París. Los candados que amarraban tanta felicidad se fueron…
Ahí tienen la
otra fotografía. Que salió de fábrica con el siguiente pie: “Comienzan las
obras de limpieza de los tomaderos de Tierras de Mesa”. Creo que a la hora de
‘tomar’ decisiones para visitar determinados lugares y espacios (por ejemplo,
la escuela Infantil ‘Trompita’), los asesores de imagen deberían cuidar ciertos
detalles. Como el jersey enrollado en el cuello de la primera autoridad, que se
dice (creámoslo o no). Claro, después del afer santacrucero en que tres coches
debidamente aparcados se opusieron al paso del alcalde norteño, hay que tener
sumo tacto para que no nos sirvan en bandeja la ocurrencia de turno. Ahí, a los
‘tomaderos’, debía haber asistido el concejal de obras y servicios, a quien no
tengo el gusto, pero debe ser menos sospechoso. Y es que, para más inri, los
susodichos son, precisamente, de las Tierras de ‘Mesa’. Donde aparece el
retratado en posición algo cambada, casi oculto bajo tierra y ‘alumbrado’ por
un operario. No sé, me da cierta grima.
Estos
acontecimientos solo vienen a demostrar el alto grado de inoperancia existente
en las instituciones públicas. Que se intenta suplir con el enchufismo nada
barato de asesores que aportan menos que una capochina sin mecha ni petróleo.
Pero como no sienten vergüenza alguna, ni es síntoma que hayan padecido nunca…
Échame una mano y saca tú las conclusiones.
Estoy
plenamente convencido de que se nos ocurre, como comentábamos ayer, presentar
una candidatura en la que ofrezcamos cero liberados, cero euros de sueldo,
supresión de dietas y demás prebendas, cero asesores y un suma y sigue muy
largo… Y no nos vota nadie. Nos llamarían mentirosos. Un partido elabora un
programa electoral magnífico, que luego es incumplido en su totalidad, y
arrasa. ¿Qué somos, entonces?
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