Me ronda el
magín desde hace un tiempo que la Agrupación Electoral
Independiente Obreros Ufanos (AEIOU), también conocida por Los Vocálicos, no
tardará demasiado en hacer su presentación oficial por todo lo alto: en La Corona, con una magna
exhibición de parapentes. Y es que pretendemos volar muy por arriba de la
mediocridad actual. No creo que el horizonte se nos muestre muy complicado.
Nuestro
primer paso: las elecciones municipales de 2015. Para que el último domingo de
mayo tengamos en el pueblo una romería digna del recuerdo. Estimamos –los
sondeos así nos lo indican– que superaremos con creces a partidos tradicionales
(apunten a CC, PSOE e IU), amén de los que dicen emerger y que aún no han dado
el paso y debaten internamente si “merita” la pena quemarse antes de encender
la hoguera (de las vanidades). El PP, como bien saben mis apreciados
fisgoneadores, dispone de mayoría absoluta en el Consistorio de la Avenida de Canarias
(remóntense a cuando se inició su construcción), pero no las tiene todas consigo
(con ellos) y casi con toda seguridad deberán recurrir al doblete de Manolo
porque los realejeros se han percatado de que existe demasiada fachada, mucha
mercadotecnia o fuegos de artificio, a base de fotos y comentarios laudatorios
en las redes sociales sin que el paro, verdadera lacra que azota este
maravilloso pueblo norteño, disminuya lo más mínimo. A pesar, muy a su pesar,
de las promesas en sentido contrario encaminadas a la limpieza de la costa
(desde La Grimona
hasta la playa de Los Roques), cuando el piche haga acto de presencia y remitan
–eso barruntan– el cien por cien de la lista del paro a baldear la mierda
soriana (sinónimo de repsoliana).
Pues sí, al
menos dos sondeos diferentes (lo saqué de esto otro:” Dos sondeos diferentes
apuntan a que Podemos conseguiría entre 28 y 58 escaños en el congreso si se
celebrasen generales hoy”) nos sitúan en una horquilla comprendida entre 0 y 21
concejales. Por lo que, parece evidente, no descartamos absolutamente nada.
Como mínimo seremos la llave de la gobernabilidad. Y ya saben lo que tal hecho
supone en el manejo de la caja de caudales, más conocida como la lata del gofio
(lo del cochinito ya no tiene gracia).
Nuestro
planteamiento es bastante simple. Será una plancha de jubilados (de ahí lo de
obreros ufanos), y disponemos de una generosa pensión (ya no nos la recortarán
nunca más –qué graciosos, si a estas alturas de la vida todo mengua solo, sin
ayudas externas–, salvo que sea necesario modificar la escala de retenciones),
por lo que no estaremos sujetos a dictados monetarios o capitalistas. Tampoco
requeriremos soportes exteriores. Te explico: no será necesario acudir al
mercado de fichajes. Como Podemos, que cada vez pueden menos –aunque yo me
apunté a los 650 euros–, pues no creo que Jorge Verstrynge sea modelo a imitar
(el franco-español nacido en Tánger coqueteó en La France con el neofascismo,
luego con el nacionalcomunismo, se vino a L´Espagne a estudiar y se matriculó
en la Falange,
sembró las semillas de Alianza Popular a través de la denominada Reforma
Democrática, perdió con Tierno Galván, fichó por el PSOE, fue asesor del PCE e
IU…).
Disfrutamos
de fundado pálpito en nuestro fuero interno. Y no van muy desencaminados los
presentimientos de una mayoría cualificada. Nos concentramos este pasado fin de
semana en el Hotel Maritim, al arrullo de la brisa y respirando aromas de yodo
y sal, y nos dijimos (nos lo prometimos): “Podemos”. ¿O “Sí se puede”? Ya no me
acuerdo.
Dada nuestra
condición de pensionistas, sin excepción, dedicaremos el 95% del tiempo al
ayuntamiento, salvo el ratito (5%) de bailoteo en el club. Más que nada para
mantenernos en forma. Cobraremos solo el importe de dos cortados (leche y
leche) diarios y otro par de galletas integrales. Sobran los coches oficiales y
nos trasladaremos en una guagüita, en compañía del secretario para que levante
acta. Estaremos siempre al pie del cañón. Decidiremos de manera asamblearia por
lo que no es necesario que el alcalde delegue competencia alguna. Cada semana
celebraremos una sesión plenaria en un barrio diferente, que para ello contamos
con locales sociales infrautilizados. Con tal de que haya un meadero cercano,
bastaría… No tendremos móviles ni acceso a Internet. Nos importa, y mucho, que
la gente vuelva a hablar. Y que se escuchen los unos a las otras y los otros a
las unas. No elaboraremos programa ni gastaremos un euro en campañas
mentirosas. Aquí nos conocemos todos. No asistiremos a las procesiones y
prohibiremos los fuegos después de las once de la noche (las diez en invierno)…
Baste este pequeño
adelanto para captar la idea: un ahorro significativo en el capítulo I. Lo que
equivaldrá a incrementar la plantilla de la Policía Local con al
menos diez o quince nuevos efectivos. Aunque nos cueste un marrón. O más.
Como los
viejos ya dormimos menos, de ocho a diez de cada mañana (lunes a viernes) cada
concejal estará en la puerta del colegio del barrio para atender las
solicitudes de las madres que llevan a sus hijos a clase. Haremos puestas en
común (dos semanales) y evitaremos tanto rato perdido en charlas televisivas
intrascendentes. ¡Ah!, claro que llevaremos mujeres en la plancha, faltaría plus. Sobradamente preparadas. Más de la
mitad, porque deseamos romper cremalleras. Pero aún no quieren salir en la
foto.
Por hoy, ya
está bien. Como adelanto no tiene desperdicio. Podemos apostar algo más de los
consabidos 50 céntimos a que nadie es capaz de superar nuestra oferta. Y si la
experiencia es un grado, entre todos casi alcanzamos el punto de ebullición.
Hasta mañana.
Uno de los posibles integrantes de la Agrupación (Asociación o Plataforma) nos hace llegar: "Espero que nos sirva de acicate (de incentivo y de estímulo, pero no de espuela). SALUD PARA TODOS". Comprobarán ustedes que dominamos, incluso, el uso adecuado de los sinónimos. Algo que se nos antoja fundamental en un mundo tan dado a la palabrería facilona.
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