Desde el
túnel de Las Carboneras bajamos a La
Villa, con la parada de rigor para echar una visual hacia Los
Chejelipes. Tras el volteo capitalino, a subir hacia la Degollada de Peraza (qué
grande Hautacuperche) para otra sesión en el Mirador de Tajaqué (los sitúo: un
fisco más arriba de Los Roques). Un alto a La Laguna Grande y retorno por
Pajarito y bajar por El Rejo, hasta el cruce de entrada a El Cedro. Aquí se apea
un servidor (mi mujer se va con el fotingo para la casa provisional en Los
Telares) y echa a caminar, que le quedan por delante unos cuantos kilómetros,
primero hasta el caserío y luego descenso hasta el valle hermigüense barranco
abajo. Si disfrutan tanto como yo, cada vez somos más. Estén muy atentos a la
próxima entrega. Ya se está calentando.
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