–Hasta el
último minuto, en la pobreza y en la riqueza, en la salud y en la enfermedad,
en los momentos álgidos y en aquellos que vayamos con la proa pa´l marisco, con
las primeras luces del alba y cuando las tinieblas de la noche comiencen a
extender su negro manto por la faz de la tierra, en la alegría y en la
tristeza…
–¿Deliras,
amor mío?
–No, prefiero
libras esterlinas.
–Me refiero a
si desvarías, desatinas, sueñas, fantaseas.
–Una fanta o
lo que sea, va a ser que no.
–Estás
insoportable, insufrible, inaguantable, intolerable, imposible.
–In, in, in,
in, siempre in (con m antes de b y p).
–Dudas
existenciales en torno a la vida en pareja.
–Todo lo
vivido ha de repetirse eternamente.
–Nuestras vidas
están bombardeadas por casualidades…
–…que constituyen
coincidencias.
Nolipau
(nombre ficticio) comienza la redacción de un blog donde critica la posición de
los nacionales por componenda hórror vacui. Guelmisejo (más fingido que el
anterior) prefiere la expresión oral, pero tampoco sin pasarse.
–Allá, abajo
en el sur, donde hay una playa, entre la arena rubia y al embeleso de las olas,
allí te espero.
–La gloria de
mi tierra.
–Descansa en
paz, Néstor.
–Y ahora,
hasta Arguineguín.
–Adiós,
prenda de mi alma.
–Me voy como
pan sin sal.
–Vino
caliente de abajo.
–Que se le
vaya quitando.
–Mirando a la
luna sobre las espumas.
–Si a tu
sombra yo he nacido.
–Quiero vivir
a tu sombra.
–El eco de
tus palabras.
–Y la
rimbombancia de tu adiós.
Siera esboza
una sonrisa irónica. Lonoma la tiene permanentemente. Ipso facto convocan rueda
de prensa. Ambos dos, sin chaqueta pero con corbata. Del Santander. Qué
progresía, ay, Mería, se armó.
–Tenemos un
gobierno descabezado, desorientado, apocopado, ensimismado, al fin y a la
postre, deslegitimado.
–Me presento,
no me presento, me presento, no me presento… ¡Ah!, sí, ¿Cómo? Si hay que
hacerlo se hace: tri, tri, tri, tri, tri…plete, perdón, triple de Irving.
–(Cuchicheando)
Te están preguntando que cuándo damos a conocer nuestro candidatos.
–Nos sobran,
nos sobran. Vamos sobrados. Ni primarias ni hostias. Haremos un sorteo
(digital) interno…
–Y así pasan
los días, y yo desesperando, y tú, tú contestando: quizás, quizás, quizás. Con
diez cañones por banda, Bento en popa a toda vela…
Nuelmasejo
(sobradamente aparentado) marcó los nueve dígitos que lo conducirían al
teléfono inteligente (en inglés: smartphone)
de Nadocar. Al quinto tono (Arre, caballito, que ya falta poco), una melodiosa
voz (estilo Tenerife, moda cálida) le contestó desde El Confital (Confitá,
traducido al oriundo).
–Sí, aquí
estoy tirando la última chabola del pesado este que me dejaste tú como
herencia.
–No me toques
los bajos…
–¿También
pierdes aceite? Pues te los toco. Quedado.
Eso mismo,
hasta el último minuto trabajarán con denuedo, se esforzarán hasta el límite de
sus posibilidades, blandirán la tricolor de siete estrellas verdes (pongan otra
que a los gracioseros esta no les hace mucha ídem), cantarán a pecho
descubierto el lucha canario y el chico ganó (de ilusiones)…
–Ahora, por
fin, nos podremos dedicar a lo que tanto hemos añorado. Tú ficharás en Los
Gofiones y yo veré cumplido mi sueño de parrandear con Elfidio. Mira la que
tengo preparada para el Alhóndiga del año que viene: Las cuerdas del timple
suenan / con singular maestría, / acordes que al cielo vuelan / en malagueña o
folía. Ños, parece que me estoy viendo.
–Anda que la
mía: Siete notas musicales / en tan pequeño instrumento, / aromas de mar y
sales / que se esparcen con el viento. Pero lo mío es cantar. Y contar chistes.
Se cierra el
telón.
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