Me
reprocharon ayer que no mentara en el post a Paco Afonso ni a Salvador Allende.
Estimados míos, los susodichos son nombres propios. Y lo acontecido aquellos 11
de septiembre respectivos no fueron meros eventos. De otra parte, plumas mejor
cortadas que la de un servidor se han encargado de las glosas respectivas. Y
eso merece un respetito.
Se estrenó
Pedro Sánchez y ya le colgaron el sambenito de la herencia. Y uno se alegra de
que menos mal que no iban a hablar de ella sino a intentar arreglar el desaguisado,
supuesto o no. Eso mismo, menos mal, que si no.
El
editorialista –ignoro cuál de los dos orondos amanuenses púsose ante el
teclado– más dicharachero de Barrio Sésamo ya no quiere a Brito. Y prefiere a
Brito. O se decanta por Brito. Desde La Ranilla a El Penitente se escucharon los lamentos
de El Viejito: ¡Hasta cuándo, Virgen del Carmen!
Luis Miguel
Rodríguez –Luismi–, abogado él y defensor acérrimo de las nuevas tecnologías,
no estuvo muy afortunado con su magistral defensa (“yo no sabía”) y la jueza
entiende que el juicio debe celebrarse porque hay indicios más que suficientes
de que el excesivo gasto telefónico constituya un delito. Su Señoría estima que
a altas horas de la madrugada solo están abiertos determinados establecimientos
en los que no se compra material alguno para el ayuntamiento. Y en la foto, sin
casco. En vez de tomar ejemplo de Brito (I).
Ya enterraron
a Botín. Pero hay otro Botín. U otra. Y uno podrá estar más o menos de acuerdo
con los tejemanejes bancarios, pero bastantes se pasaron dos o tres pueblos en
las redes sociales. Escriban un artículo de opinión en el que razonen
discrepancias, pero recurrir a chistes fáciles en los que se destila odio,
rencor y mala bilis, pues no.
Y pongo un
ejemplo de tintes irónicos, humorísticos, pero que todos van a entender como
parte del argot futbolista. Luis Suárez, uno de los jugadores estrella del
Barça, retornará a los campos, tras un largo periodo de inactividad por la
sanción impuesta, y jugará el clásico (25 de octubre). Y me imagino que con el
hambre (deportiva) que debe guardar en lo más profundo de su ser, saltará al
campo dispuesto a morder (competitivamente escribiendo).
Como me
adentré en terrenos que ni por asomo son mi fuerte, aprovecho para desear feliz
aterrizaje a los que ya habían derrotado al Dream Team (versión vigésima)
estadounidense. Me habían adelantado ciertos aficionados al baloncesto que
Orenga no era el hombre adecuado para dirigir la nave gasoliana. Y así debió ser. Le explotó la bomba en sus manos.
Los
secretarios de los colegios son, además, los tesoreros de dichos centros. En
una de las etapas en que lo fui en el colegio público de Toscal-Longuera, cada
vez que comprábamos globos para festivales y fiestas a celebrar en el curso, el
proveedor nos ponía en la factura: “Equis paquetes de bombas”. En la Consejería nunca
debieron revisarlas con detenimiento.
José Miguel
Pérez no se presentará a las primarias para elegir el candidato socialista.
Cada vez escucho más, y todos no podemos estar equivocados, que a costa de
apagar mucho fuego educativo olvidó que era –y es aún– secretario general
regional de una formación política. Y entretenido en una labor que ha defendido
mucho mejor que sus predecesores, dejó el partido al albur. Y el azar casi se
lo carga. Los que se postulan no me convencen. Los nombres que aparecen en los
medios de comunicación son perdedores natos en los últimos procesos electorales
(a comentarios anteriores me remito). Si esto es todo lo que hay, si ese es
todo el pescado a vender, ¿de qué regeneración estamos hablando? ¡Ah!, atiendan
a los medios de comunicación en horas que no coincidan con las del ‘trabajo’
por el que cobran. Porque todos los argumentos esgrimidos quedan en agua de
borrajas. ¿Qué hace Javier Abreu en todos los fregados radiofónicos y televisivos,
habidos y por haber, si todos sus planteamientos se derrumban por sí solos
porque a media mañana debes estar resolviendo otros asuntos? Que entraste de
chiripa, de rebote, y ahora te has erigido en salvador de mil patrias. Y no
sigo, que me conozco e inicio otra tesis doctoral.
Treinta años
ya del nefasto incendio de La Gomera. Y
uno más del habido en el Norte de Tenerife. Todavía se me ponen los pelos de
punta. Noveleros llevando comida y mantas a los que combatían en los diferentes
frentes con una rama de brezo. Periodistas que hacían entrevistas en primera
línea. Un gobernador civil que circulaba con coche oficial por pistas en las
que el fuego cruzaba barrancos como Perico por su casa. Sí, sacudo la cabeza e
intento alejar los malos pensamientos. Afortunadamente, cuánto hemos avanzado
en las técnicas de lucha contra el fuego en tres décadas. Aunque intrépidos
reporteros siguen cometiendo idénticos pecados. Ayer mismo escuché a unas
sobradamente preparadas cronistas arrimando culpas a supuestos pirómanos contra
los que iniciaban procesos de búsqueda y captura. Zapatero a tus zapatos.
Cállate, coño, que estás más guapa. Siento utilizar en femenino, que no va en
sentido peyorativo alguno, sino porque eran dos chicas. Y no sigo, que me
conozco e inicio otra tesis doctoral. Claro, hay para dar y tomar.
Feliz fin de
semana.
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