Tras dejar
unos comentarios programados para la pasada semana, por motivos personales que
no vienen al caso, tropiezo ahora con una exacerbada avalancha popular (o más
bien populachera) del partido político que rige tanto los destinos nacionales
como los de mi pueblo realejero, por la que, intuyo, pretenda disimular las
gravísimas carencias que seguimos arrastrando. Y que son las consecuencias de
las aplicaciones contrarias a las que argumentaron para ganar las elecciones.
En ambos casos, que conste.
Debería
explicarnos Manuel Domínguez cómo demonios casamos esa maravilla del Plan de
Barrios 2011-2015, que me dejó en el buzón y acabo de leer, con los seis mil
parados que la Villa
de Viera no puede seguir soportando ni un minuto más. Porque de la lectura del “nuevo
programa electoral” (verdadera intención navideña del muchísimo piche
reflejado, con el aderezo fotográfico de rigor) habremos de colegir que el
exceso publicitario (ahora con los viejos de Tigaiga) no se traduce en medidas
que fomenten la creación de empleo. Un consejo, Manolo, ya cansas con tanta
pose forzada. Déjanos tranquilos aunque sea hasta después de Reyes.
Y si le
añadimos la brillante idea de irnos en estas fiestas “cerca de Los Realejos”,
flaco favor a las empresas para que salgan adelante, contraten y desaparezcan
de una vez y para siempre esos odiosos se alquila, se vende y se traspasa. Tan
preocupado está nuestro alcalde con el previsible varapalo que la debacle madrileña
le puede causar, que no se recata lo más mínimo en desplegar carantoñas a
través de un álbum en el que el contenido gráfico es tal calibre que hasta sus
propios concejales le piden a gritos “déjame un fisquito”.
Los Realejos
adelante, ¿en qué? Porque no solo de asfalto vive el hombre. Es más, no creo
que sea de muy fácil digestión. Y por mucha cantidad que podamos llevar al
supermercado, el dueño no estará por la labor de hacernos el trueque con
productos alimenticios. Y dile a los tuyos en El Rosario que no se metan con
Macario a cuenta de los sueldos del equipo de gobierno, sino que vengan a ver a
El Guanche y de camino los invitas a un cortado mientras les explicas en
detalle ese capítulo.
Estas
campañas desaforadas que solo buscan rédito electoral me provocan náuseas. Tan
bien que va la economía y unos meses antes de las citas del 2015 nos percatamos
de que muchos españoles lo pasan tan mal que recurrimos a los procedimientos
del malvado Zapatero para echarle una mano a los que no tienen un euro ni para
pagar el décimo de la lotería. Eso, los cuatrocientos euros. Que bienvenidos
sean. Pero tarde, ¿no?
El
nerviosismo alcanza cotas tan alarmantes que todos las formaciones políticas, y
los aspirantes, que caen todos en los mismos errores. Los consolidados las reproducen y los
pretendientes los imitan. Te pongo ejemplos ilustrativos:
Vídeo del PP
tinerfeño que no se sabe si nos felicitan por Navidades o participan en una
carrera de velocidad. Deben ser las prisas postreras. En el mismo, el
presidente insular defiende esta máxima: “El turismo comprometido con la
defensa del entorno y el medio ambiente”. Se lo pudo haber dejado para que
fuera Soria el que lo manifestara. Se vuelven tan torpes que no se dan cuenta
de que puede existir en todo el mundo mundial alguien con un fisco de
alumbrado.
Por el otro
costado nos hallamos a un Pablo Iglesias que ya no es comunista. Como Raúl
Castro, ahora amigo de Obama. Un Sí se puede que se desgañita para no
identificarse con Podemos. Un colectivo comprometido como lo fue la coordinadora
Nenedam, a lo peor siguiendo directrices de sus mentores en la Casa de la Juventud, y que opta su
dirigencia por sumarse al carro de los buenos deseos políticos, incumpliendo
todo aquello que se defendió a capa y espada. Oportunismos, demagogias,
populismos. Y sobre todo, arribistas.
Los dejo. Me
voy a comprar algo. Hasta el momento la pensión no me ha fallado. Y si debo
seguir los sabios consejos de mis dirigentes, como debo quedarme cerca de Los
Realejos, lo más seguro es que recale en San Jerónimo. ¡Ay, lumbreras! Con los
superávits presupuestarios bien podrían incrementar las partidas neuronales.
Eso sí, la lotería en El Gato Negro. Que tengan suerte. Hasta mañana.
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