Esta noche es Nochebuena y mañana
es Navidad. Y cada uno las felicita como mejor crea conveniente. Como te
adelantaba hace unos días, estaba redactando unas décimas surgidas como
consecuencia de un viaje cultural a Toledo. Concluida la tarea, ahí van. Y con
ellas el deseo de que todo nos vaya mejor. Dejo por hoy el mercadeo político y
me sumerjo en aspectos más poéticos. Pero una vez pase el 25, me temo que debo
volver a las andadas. En fin, sean felices.
En un viaje del
Imserso
a Toledo hemos
venido,
de todo lo acontecido
un resumen te hago en
verso.
Así de cronista
ejerzo,
y sin tener
cualidades
-son menester
facultades-
a la aventura me
lanzo,
si antes no es que me
canso
o surgen
adversidades.
Paseos de capital,
en cada rincón, El
Greco,
y por cada recoveco
fuerte ambiente
cultural.
La Historia, fundamental,
en cada piedra, un
legado;
que a todos nos ha
brindado
interesantes
lecciones,
que ofertaron
ocasiones
de revivir el pasado.
Se erige también El
Tajo
en genial
protagonista,
que representa a la
vista
fenomenal agasajo.
Es herradura allá
abajo
que le rinde
pleitesía
con honor, con
hidalguía,
a esta ciudad
imperial,
orgullo monumental…
en suma, yo volvería.
Para Madrid hubo un
día
y por su centro
anduvimos,
si por Sol no nos
perdimos
es que estábamos con
guía.
Todo el mundo
perseguía
a la doña Manolita,
aquella que nos
invita,
en periodo navideño,
a ver cumplido el
gran sueño
que el veintidós nos
concita.
Hubo asimismo otras
giras
y en el programa así
reza,
Lagartera y Oropesa
que con deleite tú
miras.
Bordados con que
deliras
y castillos bien
remotos,
talaveranos devotos
de cerámicas famosas:
mira que hay cosas
hermosas
en mil lugares
ignotos.
Campiñas, ríos y
montes
por Arenas de San
Pedro,
que si no viajo no
medro,
ni amplío mis
horizontes.
Inmuebles de bellos
frontes,
santos, héroes,
villanos,
recorrimos bien
ufanos
monasterios y
mezquitas,
catedrales y ermitas:
el ayer en nuestras
manos.
Con sensación de
riqueza
finiquita la
aventura,
tal vez con cierta
premura
pero de ingente
belleza.
Singular naturaleza,
amén de cuento y
leyenda,
se incrementa nuestra
agenda
en el poso del saber,
habremos, pues, de
volver,
que se nos caiga la
venda.
Sin vacilación
alguna,
hemos visto
monumentos,
maravillas y
portentos,
mojones, sapiencia y
cuna.
Pero sin duda ninguna
más interés siempre
tuvo
la visita que sostuvo
una mayor atención
y especial
dedicación:
¡la venta de lotería!
MUCHÍSIMAS GRACIAS, JESÚS MANUEL Y FAMILIA, POR COMPARTIR SUS VIVENCIAS DE SU VIAJE CULTURAL A TOLEDO, NO SÓLO EN IMÁGENES SINO EN DÉCIMAS.
ResponderEliminar