Creo que me
vale el fenómeno costero adverso (que dicen los meteorólogos) para definir la
situación política actual. Desde el debate de no sé qué estado de la nación
(debe haber unas veintitantas, a tenor de lo que declara cada cual) hasta las
encuestas que siempre dan ganador al partido que las encarga. Escribir que es
de locos, ya no me cuadra.
Ayer por la
tarde escuché a un destacado militante popular, el senador (y mil cosas más, el
que vale, vale…) Antonio Alarcó, tirar de manual. Una vez más. Que lo hacen
divinamente. Y tras dar como vencedor absoluto a su jefe Mariano (faltaría
más), acusó a Pedro Sánchez de llevar escrita su intervención. Amén de
lamentarse profundamente de que España (se les llena la boca) no tenga un líder
fuerte en la oposición, porque Rajoy ya había establecido el guión unas horas
antes. Nada nuevo bajo el sol. No me queda más remedio que pensar que están
algo más que nerviosos. ¿Tú has visto al presidente de nuestro territorio
patrio decir cuatro frases sin un papel delante? ¿Cómo se atreve el doctor (y
por lo tanto le presupongo capacidad de raciocinio) a poner este ejemplo con el
que le da por las narices al superior jerárquico? Además, remata, hubo algún
diputado que no le aplaudió. Como si la conducta borreguil (de la que el PP
presume y alardea) fuera norma de obligado cumplimiento para cobrar al final de
mes. Qué tropa. Qué ganado. Y Celia jugando al Candy Crush.
Mi alcalde,
profundo perito de la obra de Arturo Maccanti, ha dejado por dos días las fotos
del piche y se ha dedicado a recitar las excelencias del poeta, del que ningún
político se acordó en la última etapa de su existencia y al que ahora, después
de muerto, ensalzamos en un ejercicio de cinismo y oportunismo que raya la
obscenidad más absoluta. Oír, asimismo, las palabras elogiosas de Inés Rojas
causa, haciendo honor a su apellido, el mayor de los sonrojos. Como cada
febrero, además, volvemos a las andadas con Viera y Clavijo, ya que se reúnen
todos los que manejan las perras, no se olviden que la casa natal del ilustre
polígrafo sigue en pie y que para el cine que lleva igualmente su nombre cada
vez son más los que reclaman una solución. Porque no está sobrado nuestro
pueblo de instalaciones donde tengan cabida las manifestaciones culturales. Que
siempre las habrá, independientemente de quien gobierne y de quien rija los
destinos municipales. Para adquirir conocimiento y saber no es menester pagar
un sueldo ni poner una etiqueta.
Continúan los
actos preelectorales a diestro y siniestro. Un mogollón de autoridades se trasladaron
hasta Icod para mostrar que se puede llegar al ‘Hospital’ del Norte sin
marearse en las curvas de la entrada. Y allí declararon solemnemente que ya
disponían de 50 camas para desahogar al Hospital Universitario. Como vemos
muchas fotos de la situación de las urgencias, he escuchado que este centro
icodense podrá ser denominado sociosanitario, pero jamás podrá considerarse un
hospital porque no es posible atender a una mujer de parto ni atajar una
apendicitis aguda. Lo manifestó un médico, no te vayas a pensar que un
cualquiera. Me fui al diccionario, mi confidente de cabecera y me señaló cuando
le pregunté para salir de la duda: “Establecimiento destinado al
diagnóstico y tratamiento de enfermos, donde se practican también la
investigación y la enseñanza”. Y quedeme estupefacto. O no hay operarios
de la medicina en la RAE
o tendremos que convenir que el edificio visitado ayer por Paulino, Alonso,
Brígida, Cheo y varias decenas más podría considerarse un hospital (y perdón
por tanta repetición). Te pongo un
ejemplo: Llega Yeyo medio mareado en una mañana que pensaba ir, como
siempre, al Cabildo. Lo diagnostican, lo meten en una ambulancia y para el HUC.
Lo operan y le extraen cuatro cálculos renales. O más. Y a los tres días, para
que esté más cerca de su casa, lo mandan a que cumpla el resto de tratamiento
en Buen Paso. Pues ya está: es un hospital.
Casimiro
encargó una encuesta (y eso que aún no ha presentado su ASG), de la que se
desconoce todo, salvo el resultado. Con tales antecedentes, y dada la
ignorancia de las preguntas (si es que las hubo) en las seiscientas llamadas
telefónicas (vete a saber cómo se eligieron; lo mismo agarraron la guía y
marcaron a todos los Curbelos), la validez científica de la misma es
directamente proporcional al número de estómagos agradecidos que pululan por la
isla de mis amores. Resultado: mayoría absoluta. Ipso facto lanzáronse los
concluyentes datos a los digitales. Se silbaron, al unísono, por lomas,
barrancos y degolladas. Y volviose a quebrar el gánigo. Cuando redacto estas
líneas, varias son las embarcaciones que se dirigen a Chinguarime. Lo mismo no
pueden atracar. El oleaje es de órdago. Ya que menté a los periódicos de la Internet, algunos hay con
menos credibilidad que Pepillo y Juanillo.
Bueno, hasta
mañana. Ahora hazme el favor de recrear la vista con estos paisajes de Arure.
Sean felices, abríguense y no se les ocurra ir de pesca o andar por los riscos.
Que la mar es traicionera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario