lunes, 23 de febrero de 2015

Recapitulo

Estuve toda la pasada semana en La Gomera. Esta vez me fui hasta Las Hayas. Frío, bruma, y viento por aquellos lares donde Efigenia viene mostrando su exquisita cocina desde hace algo más de cincuenta años. Excelente lugar para dar inicio a pateadas hacia Las Creces, La Cañada de Jorge, Raso de la Bruma… Y perderte entre naturaleza pura. Porque aquella isla es magia natural.
Escribir que coincidió mi estancia con tiempos políticos convulsos no sería del todo correcto. Porque allí lo de pueblo chico, infierno grande, se cumple a rajatabla. Diría que hasta las últimas consecuencias. Como si los cuchillos debiesen estar siempre bien afilados. Pasé por el Cabildo (el a qué no toca hoy) y capté miradas extrañas. No sé si es que atisbaron en este humilde servidor un posible enemigo. Pero el ambiente está tenso. Bastante. Y dado que no soy dado a esconder opiniones, todos aquellos desmemoriados deberían acudir al archivo de este blog para disipar dudas al respecto. Creo que desde ha bastante he sostenido que Casimiro debía haber dado un paso a un lado. Tengo la ventaja de escuchar comentarios desde todas las direcciones y bajo todas las ópticas. Porque desde que abandoné la militancia activa en el lejano 1987, ya no soy sospechoso de casi nada. Y ostento uno de los recórds más difíciles de alcanzar: el haber estado menos tiempo. La mayoría se empeña en lo contrario.
Ya en casa (la mía), leo (ya estoy recapitulando) que Gregorio Medina se alza como el primer candidatable. Al senador lo conozco de Facebook. Las referencias (gomeras) son excelentes. Pero lo mío, por ahora, es el lenguaje. Y la palabreja en cursiva me dejó en treinta y ocho. Por lo menos. La edad de Cristo se me quedó corta. No la encuentro en diccionario alguno. Mas doctores tiene la iglesia.
Y una rápida puesta al día:
La vicepresidenta Soraya, siguiendo los pasos de Mariano, se fue a tierras andaluzas a promocionar al desconocido. En su intervención manifestó: “Ayer me gasté dos millones de euros”. Este sentido abyecto de la propiedad me da patadas en la boca del estómago. Es idéntica expresión a la del concejal que espeta aquello de que te mando uno de mis operarios. Se acostumbran a dar por hecho el que todo es de ellos, que no se recatan en el uso espurio de los bienes comunes. Tan odioso puede ser el adelanto electoral de Susana como el atraso de las generales a la espera de que la economía (europea, que arrastra a la española) suba unos peldaños para poder disimular tanta promesa incumplida.
Ángel Gabilondo ya es el candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y te juro que no entiendo lo que pasa en el PSM. Le arman una bulla tremenda a la Ejecutiva Federal y luego votan por amplísima mayoría su propuesta. Y como más arriba comenté lo de La Gomera, bien les encanta a todos los lavaderos públicos. Cuando yo me presenté por ese partido a las elecciones municipales en 1983, antes de tomar posesión en el ayuntamiento los quince concejales firmamos, en blanco, nuestra disposición a abandonar el cargo por cualquier metedura de pata.
Vislumbro nueva foto de Manolo y Adolfo en los aledaños del campo de fútbol Antonio Yeoward. Se repiten las poses. Parecen enfrascados en regular las cantidades de piche a poner en las calzadas. Menos mal que ya otro amigo (también de esta red social) de la zona de Icod el Alto ha elevado la voz para coincidir con otros muchos (me incluyo) en que no todo consiste en extender un negro manto sin buscar una salida a las aguas que luego discurrirán por esa superficie bien lisa, sin obstáculos.
Y se inauguró la Casa del Emprendedor. Acto al que (lo dejé aclarado) no pude asistir. Me habría encantado, pues no se le brinda a uno la oportunidad de saludar a un señor ministro todos los días. Máxime si es canario de pura cepa. Aunque le encante el salmón. Me informan que don José Manuel cantó las excelencias del ayuntamiento de Los Realejos en lo que supone creación de puestos de trabajo. Y, además, el edificio se abre con promesas de mayor empleo. No saben cuánto me alegro. Hasta estoy pensando crear una fundación para echar una mano a todos lo que se embarquen en la aventura de publicar casos y cosas del pueblo. Lo malo es que no tengo un euro. Y si alguno me llega por un casual, me lo gasto en viajar. No hay remedio para esta enfermedad.
Después de la lectura, una recreación visual. Como ayer colgué en Facebook una foto de una antigua edificación que me tropecé el domingo 15, que subí a La Fortaleza de Chipude, por la zona de Pavón, nada mejor que una presentación de este tipo de construcciones y que pude retratar en los dos primeros días de estancia carnavalera en la isla que siempre me atrae y en la que me siento relajado, tranquilo y contento.
Sean ustedes también felices. Por imperativo legal. Hasta mañana.


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