jueves, 12 de marzo de 2015

Codazos

Creo que hoy van a tener que felicitarme. Bien dejando un comentario en este mismo blog (algo complicado, según me han dicho unos amigos), o en Facebook (ya saben que Twitterfeed se encarga del enlace). Porque ser abuelo por tercera vez, bien merece la pena. Que sí, que ya nació. Despacito, no se vuelvan locos que no me da tiempo de contestar a todos. Y vamos al grano:
Hay artículos que pasan sin pena ni gloria y otros, de los que tú no esperas gran cosa, te sorprenden agradablemente a tenor de las visitas recibidas. Mis espías, por ejemplo, me han señalado que en La Gomera hubo mucho lector, no tan mayor como yo (esto es ironía, Paulino, y no lo que tú intentas en Teobaldo Power; hacerte el gracioso a estas alturas de la película…), del post del pasado lunes.
Dadme otros cuatro años porque quiero ver cumplidos los proyectos que ya están en marcha… ¿Te suena? Así, de brinquito en brinquito, son bastantes los que llevan décadas con el mismo espíritu que cuando empezaron. Eso dicen. Y como sus sueldos no están sujetos a primas de riesgo ni sobrinas en peligro, y dado que la primavera, a la vuelta de la esquina, ya va calentando la no disimulada campaña electoral, podríamos confeccionar una lista enorme de curiosidades. Sí, denominarlo incongruencias ya no tiene sentido alguno. Puedes restregarle por los bezos hemerotecas, fonotecas, videotecas y cuantas otras tecas creas conveniente, que ni se inmutan.
Desde Bravo de Laguna (senior), el londinense, hasta Fernando Ríos (el niño de papá), se podrían intercalar tantos ejemplos de saltos del pastor (me acordé del señor Reyes), que lo mismo habría temas para más tesis doctorales. Por ejemplo, ahí tenemos al que fuera comisionado gubernamental para el autogobierno (y pon otra cuarta) que, aconsejado por unos amigos, ya se quiere meter en cualquier círculo que le deje un huequito. Y los puros y castos que no iban a permitir la entrada de elementos contaminados van a terminar como la aspiradora del médico sin ejercer.
Siempre ha habido codazos, empujones y quita de ahí que ese es mi sitio. Desde que arrancó el invento de liberados y sueldos a capricho (el resto se deja mencionado de anteriores ocasiones). Porque en los dos primeros mandatos, que no legislaturas, éramos bobos. A decir de los de ahora. Honrados y rectos, al parecer de los que nos guiábamos por ideales. Menos mal que este blog no lo leen los políticos actuales. De lo contrario, ya me imagino su pensamiento. Y, a lo peor, no en voz baja: Qué gilipollas.
Lo mismo mañana comentaremos algo del accidente de los helicópteros en Argentina. E intentaremos relacionarlo con los medios de comunicación (PÚBLICOS) cercanos, muy dados al despilfarro de los dineros en locos realitys.
Noto a mi alcalde nervioso, Mejor, desagallado. Desde que ya supo que Soria lo había propuesto para encabezar la lista al cabildo tinerfeño, se elaboró un manual de campaña con un único punto: ataque sin tregua a Carlos Alonso y Yeyo Abreu. ¿Por dónde debemos darles? Por el piche, que de eso sabemos bastante. Como yo no tengo tiempo, escribe tú una carta, Adolfo. Hay que meter a los vecinos (si son viejitos, mejor) por el medio, que viste más. Se han reído de nosotros…
¿Y tú, Manolo, no te ríes de los realejeros con tu doblete? ¿No te ríes de nosotros que te pagamos espléndido sueldo para que no acudas a tu puesto de trabajo? ¿Por qué no le dices a los de la zona metropolitana y a los del Sur que te vas a entregar en cuerpo y alma a invertir en el Norte porque ellos ya tienen bastante? Y dejo al criterio de mis lectores todas las cuestiones que nos pueden estar pasando por la cabeza.
He leído que se pone en duda la titulación académica que alegaste poseer cuando formaste parte del Congreso de los Diputados. Y ya ves, a mí no me importa tanto el que seas o no licenciado, o diplomado, o graduado. Me es igual. La capacidad humana no se mide por títulos. Pero lo que sí me preocupa es que no lo hayas desmentido y puedas estar quedando ante la opinión pública como un mentiroso. Ya lo hizo Roldán mucho tiempo atrás. Y otros tantos, sospecho. Pero si soy capaz de decir que soy lo que no soy, mal asunto. Por extensión, imagínate lo que se podía presuponer de la gestión diaria en asuntos delicados como las compras (naves industriales, materiales de ferretería y hasta el agua para las sesiones plenarias).
Renuncia a los sueldos de marzo, abril y mayo (que te los pague el partido) y después de las elecciones, cuando sopeses el lugar de destino tras conocer los resultados (es decir, comiences a incumplir las promesas de la campaña: nihil novum sub sole), los realejeros nos examinaremos y concluiremos si somos tontos de remate o todavía nos quedan unos gramos de sustancia gris. Y no olvides que el Cabildo es el ayuntamiento de la isla. Como el nuestro lo es de Las Llanadas, Icod el Alto, San Vicente, La Cartaya, La Higuerita…
Estas rabietas o escozores de candidaturas me recuerdan a los alumnos que siempre llevan por delante el no hay derecho. Que siempre deriva del decreto que los reguló hasta la saciedad dejando casi marginados los deberes. Pero de qué nos vamos a quejar si es mera copia de lo que ocurre en la sociedad en general. Derechos, derechos, derechos, y obligaciones en el cubo de la basura. Claro que los realejeros tenemos derecho a que nuestros gobernantes reclamen actuaciones para el pueblo. Y a que se dediquen al ciento por ciento (y si me apuran, más) a las funciones por las que les pagamos. Es nuestro derecho el reclamarlo. Y el político tiene el deber de cumplirlo. Pues no, seamos sinceros. Ni reclamamos ni los aspirantes a seguir en las próximas están ya ejerciendo su cometido. Están, única y exclusivamente, a la caza del voto. Bien está para el que pretende acceder, pero al que quiere repetir, que renuncie al sueldo. De no ser así, que devuelva hasta el último céntimo. La apropiación indebida es un  delito.
Tranquilos, lo seguiremos debatiendo en el bar. Pueden continuar tomándonos el pelo. Hasta mañana. Y ya estamos llegando a mitad de mes.

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