Este
comentario de hoy es una prolongación del de ayer. Así que si no lo leíste, ve
y hazlo antes de seguir con este. ¿Ya está? Ahora echa una visual a esta
captura de pantalla realizada en el muro del presidente del PP tinerfeño. ¿Ya
está? Te resumo:
El señor
Domínguez bajó al Puerto para presentar al candidato Lope Afonso. Al pobre
Ledesma le ha pasado lo mismo que en el Realejo. Empezó alto y con empuje y
siempre cede terreno. Utilizando un símil futbolístico, lo han hecho recular
hasta su propia área. A lo que íbamos. Sabemos que en el fragor de las
reuniones políticas las lenguas no se controlan y se disparan. El dirigente
insular, puede que influenciado por la maresía, se olvidó en su perorata
reivindicativa de una cuestión primordial. Que su partido gobierna, mediante un
pacto con Coalición Canaria, en la Ciudad Turística más importante de España.
Los
observadores neutrales (me considero como tal) entendimos el discurso como un
sonoro estampido a la gestión de sus propios compañeros. Porque mira que alguien
venir a tu propia casa a decirte que no se ha hecho nada en el parque marítimo,
en la estación de guaguas, en Martiánez (un poco más y publicita un descenso
notorio en el número de visitantes a Loro Parque), manda bemoles.
A todas
estas, Sandra Rodríguez, alcaldesa merced a los votos de su grupo (CC) y a los
de los concejales populares (Lope entre ellos), se ve en la obligación de sacar
un comunicado en el que defiende la gestión llevada a cabo. También, por
supuesto, la de los del colectivo de Manolo.
Ignoro si
fruto de la ignorancia, de la bisoñez o de no respirar hondo y contar antes
hasta diez, en lugar de reconocer la cachetada recibida ante el evidente error
cometido, se le da la vuelta a la tortilla y se toma como un acierto (vuelve a
leer bien el párrafo de Facebook) la metedura de pata.
Ante esta
indudable falta de ignorancia, que diría el gran Cantinflas, uno no hace cruces
por su acentuado ateísmo, pero se pregunta en manos de qué inutilidades
estamos. Es que ni saben comprender un texto. Y uno se ‘peleaba’ con los chicos
en la escuela por cuestiones menos trascendentes.
Voy a
intentar reproducir la situación en décimas. Espero que capten la
intencionalidad de las mismas. A lo mejor, con rimas hacemos la vida más
llevadera. Y es que ante tanta eminencia (recuerden que valen para un roto,
para un descosido y también suben vueltos, amén de colocar cremalleras en las
braguetas), no nos queda más solución que recurrir al humor con tintes irónicos
y hasta, si te apetece, sarcásticos.
La primera: piensa siempre antes
de actuar.
Una décima me pides
y a la labor me
encomiendo,
pues no me vale un
remiendo
si tanto en el tema
incides.
Espero que no te
olvides
comenzar con
redondilla,
el resto es cosa
sencilla
cuando coges el
tranquillo,
te lo comes como millo
y
con sabor a pastilla.
La segunda: no por mucho
madrugar…
Ya raya la paranoia
la obsesión del
arribista,
quien se muestra más
clasista
que el derecho de la
poya.
Desmantelen la
tramoya
y muestren la
alternativa,
porque con tanta
evasiva
y ataques desaforados,
naufragan por todos
lados:
vaya
actitud más altiva.
La tercera: el meollo.
Al Puerto bajó Manolo
a prometer lo
indecible,
y fue tan poco
creíble
que pareciera un
pipiolo.
Como no lo dijo solo,
sino que iba con
Lope,
olvidó que hasta en
El Tope
todos saben quien
gobierna;
mejor no metas la
‘pierna’
o
Sandra te espeta: ¡Miope!
La cuarta: examen de conciencia.
Es bueno, de vez en
cuando,
vacilar nuestra
ignorancia,
mas no hacerlo en
abundancia
pues te vas
fotografiando.
Aquellos que van
meando
por fuera la
bacinilla,
suelen coger
carrerilla
creyéndose
inteligentes,
ni siquiera son
conscientes
que
no es luz lo que les brilla.
Quinta, y última (por hoy):
parece mentira que en ese Puerto ilustrado…
Por la mar vienen y
van
los aires de la
cultura,
dando luz a la
espesura
que nieblas
disiparán.
Las olas
transportarán
historias de mil
lugares
con multitud de
avatares,
amplias dosis de
energía,
recargas del día a
día,
aditamentos
dispares.
Mis
estimados, hasta mañana. Si no me llaman para formar parte de alguna plancha o
para asesorar de cualquier cosa. ¿Qué pasa?
Apostilla: Redactada y programada esta entrada, se pudo escuchar por todo el pueblo esta sentencia: “No es un problema de tiempo, sino de capacidad”. Quien sostenía que para dedicarse al ayuntamiento debía abandonar el acta de diputado, mantiene ahora la posibilidad de simultanear cargos (tres). Me alegro de que su aptitud y talento hayan mejorado. A tenor de sus últimas intervenciones, bien a la vista está. Si es algo que se consigue con la edad, un servidor ya se sale. ¿Ven ustedes lo que un poco de falta de ignorancia puede hacer en esta vida? (Cantinflas dixit).
No hay comentarios:
Publicar un comentario