Comienzan a
conocerse las diferentes candidaturas que concurrirán a las elecciones del
próximo mes de mayo y en ellas aparecen como cabezas bien visibles (el Partido
Popular se lleva la palma) políticos que han tenido sus más y sus menos en el
ámbito de los juzgados. Y como no hay manera, por lo que se observa, de que nos
pongamos de acuerdo en cuál es el límite que debe marcar la línea roja, lo
mejor sería que la inhabilitación (incapaz de obtener o ejercer
cargos públicos, o de ejercitar derechos civiles o políticos) mediante
resolución (sentencia) judicial firme (no susceptible a recurso alguno) sea la
que indique la pauta.
Ya las juntas
electorales pertinentes detectarían la incompatibilidad e, ipso facto, quedaría
eliminado el aspirante. Parece que me están señalando que voy demasiado lejos.
Pero díganme ustedes de qué demonios vale que se ponga el grito en el cielo por
aparecer con derecho al reenganche la alcaldesa de Telde (es un ejemplo entre
cientos), si la gente le sigue votando. Para qué presumimos de democracia si
luego somos analfabetos totales a la hora de agarrar la papeleta. Y eso que no
me he ido a Valencia, pues le ha cogido manía a los voladores y a la caloret.
Legislamos a
porrillo y después no somos capaces de cumplir lo allí estipulado. O séase, las
normas se inventan para no ponerse en práctica. Pues peguémonos un tiro de
leche en polvo y murámonos de blanco. Ahora mismos estamos inmersos en otro
cambio de denominación. El imputado pasará a ser investigado. Y un churro, eso
no vale un pimiento. Cada cual seguirá haciendo lo que le salga de allí.
¿Apertura de juicio oral? Tres cuartos de lo mismo. ¿Condenado? ¿Y qué, acaso
no tengo derecho a rehabilitarme mamando otro poco?
Bravo de
Laguna deja el PP para presentarse por otra formación, pero sigue agarrado al
cargo (presidente del Cabildo de Gran Canaria). Hombre, si te presentaste bajo
unas siglas y te marchas por la pataleta de que no te han escogido para las que
se avecinan, ten un fisco de vergüenza, renuncia a tu acta y mándate a mudar.
Ja, ja, tú sueñas y crees en pajaritos preñados. Y qué decir de Casimiro en La Gomera. Cinco (es que antes
puse tres) cuartos de lo mismo. No, ellos no abandonan porque quieren
garantizar la estabilidad. Por supuesto, la del sueldo, caraduras.
Así que digan
lo que digan, legislen lo que legislen y firmen lo que firmen, cada cual
seguirá haciendo lo que le venga en gana. Conclusión: que se presente el que
quiera. Los imbéciles, nosotros, los que supuestamente, en un estado de
derecho, tenemos la sartén por el mango. Aunque somos tan guanajos que nos dan
una sin rabo y bailamos sobre una pata sola friendo papas tempranas. Y la
cogemos sin guantes.
Muy fino
tendremos que hilar si pretendemos que los cuatro años venideros transcurran
sin tantos sobresaltos como los habidos hasta ahora. Me parece mentira que tanto
presumir de avances en los diferentes sectores de nuestra vida, no haya servido
para alcanzar mayor estabilidad política. Y de la dejadez en este tipo de
preparación nos hemos contagiado electores y elegidos. Da la impresión de que
no entra esta faceta en las importantes de la vida; en la de comer, que se ha
dicho desde siempre.
Y es que no
se entiende cómo es posible que permanezcamos impávidos ante los despropósitos.
Nos presentan un cartel de condenados por meter la mano en la lata del gofio y
le damos el visto bueno bajo la canción de que al menos a estos los conozco,
vete tú a saber qué harán los otros. Están tres años y medio sin mover una
piedra y en los cuatro meses últimos del mandato nos meten toneladas de piche
en nuestras calles. Como nuestra memoria flaquea en grado superlativo, les
aplaudimos con las orejas y nos olvidamos que nos recortaron hasta los
calzoncillos.
Haz un recorrido
por la institución pública que te parezca. Examina con detenimiento sus
actuaciones desde el pasado mes de enero y comprobarás: señalización viaria,
limpieza de calles, homenajes a tutiplén… Y ni te cuento la avalancha
audiovisual.
Hoy es 16 de
marzo. Aún no se ha publicado el Decreto de convocatoria de elecciones para el
24 de mayo. Y el ritmo que llevamos deberá incrementarse hasta el viernes
anterior (el sábado 23 será día de reflexión). ¿La que nos espera, no?
Debo
aprovechar el intervalo para hablar con algún trabajador (de los que se jubilen
con carácter inmediato, no sea que nos vean) de la empresa pública Realserv, de
los adscritos al servicio eléctrico, para que me explique en qué situación han
quedado después de la privatización del alumbrado público. Que el PP realejero
tuvo a bien adjudicarle a una empresa afín (me imagino que el material lo
comprarán en determinada ferretería). Porque ante las denuncias de supuestas
anomalías que se producen en las obras de última hora, impera el silencio del
equipo gobernante. Claro, están más ocupados en excursiones y actos del
bocadillo, que uno creía más propios del estilo de Coalición Canaria. Debe ser
que todo se pega. Si algún antepasado levantara la cabeza.
Hasta mañana,
que no toca hablar del gobierno.
Una nota
aclaratoria: Me han llamado un amigo canarión para decirme que en La Aldea se han acabado las
aspiradoras.
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