Es muy fuerte
o supercomplicado, que se diría en terminología moderna. Alguno se lo podrá
tomar a mal, pero como es la segunda o tercera vez que incido en el particular,
sugiero que se adopten medidas urgentes no vaya a ocurrir un cataclismo
paranoico de muy difícil reparación. Ojito al parche, el que avisa no es
traidor.
Dado que el
propio interesado persiste en no querer ver la cruda realidad, los realejeros
haríamos bien en adelantarnos a los acontecimientos. Es mucho lo que nos
jugamos en el envite y no están los bolsillos ni las economías para dispendios
tales.
Me dediqué a
husmear tratados y creí conveniente insertar en el presente comentario este
pequeño resumen:
“La doble
personalidad consiste en un trastorno disociativo de la identidad del yo por el
cual una persona posee dos personalidades distintas; es decir, tiene dos formas
de ser diferentes, con sus respectivas estructuras, pautas de conducta,
criterios y formas de reacción que condicionan su forma de actuar. Dependiendo
de diversas circunstancias, generalmente debido a situaciones de tensión
psíquica, se pasa de una personalidad a otra, por lo que también se le ha
denominado a este trastorno personalidad alternante.
En la mayoría
de los casos las diversas personalidades tienen características opuestas entre
sí, tal como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde de la famosa novela de Stevenson. El paso
de una personalidad a otra suele suceder de un modo brusco. Una vez producida
la transformación, lo más común es que se produzca una amnesia por la cual se
olvida, total o parcialmente, lo sucedido mientras dominaba la personalidad
anterior. También es habitual que cada personalidad no tenga conocimiento de
las otras. Se han descrito casos en los que personas con este trastorno
mantenían diálogos internos en los que participaban simultáneamente sus
diversas personalidades.
Las personas
con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de
lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en
su comportamiento que ellas tampoco recuerdan”.
Creo que es
suficiente. Y puede que no fuera necesario haberte ubicado la ilustración al
inicio de este artículo de opinión. Ya fuimos bastantes los que nos percatamos de
los triples saltos mortales con los que nos deleitaba nuestro alcalde cuando se
enfundaba el traje de faena popular, el de máximo responsable en Tenerife y
vocero mayor del cada vez más mentiroso Soria.
La enfermedad
se ha agravado con su doble candidatura institucional. Presenta la del pueblo y
nos vende como valor añadido primordial la experiencia de su equipo para
justificar el que sea un calco de la de 2011, con las excepciones icolalteras.
Se va a Santa
Cruz, acompañado de su jefe de seguridad, y se compromete a trabajar por el progreso,
el futuro y el empleo. Has leído perfectamente, no te hagas el loco. El empleo
es prioridad. Vaya novedad a no ser que en cuatro años de mandato municipal hay
más parados y un reguero de empresas han echado el cierre. Porque no toca ahora
escribir de promesas incumplidas, que si no.
Lo dicho, el
candidato de los populares al Gobierno insular, Manuel Domínguez, presenta su
lista electoral, a la que calificó de diferente al apostar por la renovación. A
saber, pasó de La Higuerita
(la nuestra, la de La
Carajita) y volvió a armarla. Ahora lo bueno, el no va más,
es la renovación. Idéntico lema, por cierto, al de Coalición Canaria. Basta con
echar una visual a sus candidaturas del Valle para estallarte de risa.
Que yo
chochee, a mis años, podría ser muestra inequívoca de unos cuantos años
cumplidos. Pero que lo haga alguien nacido en la década de los setenta (van por
la cuarentena, aunque llevan la mitad de su vida en la cosa pública) es asunto
a debatir. Y muy seriamente. Por su propia seguridad (consejo gratuito que doy
a sus compañeros de viaje antes de que explote) sería conveniente que lo viera
un especialista. Porque no es normal que en La Gorvorana estime que la
veteranía es un grado y en La
Vera trastoque su parecer hasta el punto de repudiar a Meca,
Oñate y otros basándose en idéntico criterio que le valió para sostener lo
contrario. Es de locos. Y a lo peor no viene a ser un simple desdoble de
personalidad, como pensamos por estos lares, sino algo mucho más grave que
demanda la intervención inmediata de un buen equipo psiquiátrico. Qué quieres
que te diga, a las enfermedades de tal rango les tengo el debido respeto. Hube
de visitar, por motivos familiares, el entorno del Febles Campos santacrucero y
es cosa que no le deseo a nadie.
Espero que
hoy me tomen más en serio. Tanto, al menos, como lo que he pretendido con mi
modesta opinión acerca de un tema que considero de especial trascendencia. No
entiendan como una broma o glosa jocosa el trasfondo del mensaje. Me preocupa
seriamente esta situación. No es normal que en gente tan joven ya aparezcan
estos síntomas. Puede que la política esté revertiendo la situación y
devolviendo con creces a sus administradores lo que los administrados hemos
venido sufriendo desde ha bastante. Lo malo es que no se trata de un simple
dolor de cabeza.
Cuídense y
tengan un muy feliz fin de semana. Nos volvemos a ver el lunes en Pepillo y
Juanillo. En las redes sociales, cuando se tercie.
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