Esta noche a
las doce entraremos en una etapa de tranquilidad. No habrá fuegos artificiales ni
fingidos combates de boxeo durante una temporada. Y ayer por la tarde,
cumpliendo con el castigo impuesto –ya alcanzó su fin para descontento de mi
amiga Esther– repasaba carpetas en mi ordenador. Hay una que bajo la
denominación Coplas recoge varias boberías rimadas. Entre ellas, las décimas. Y
en estas, las pendientes de publicar que suman bastantes decenas. No voy a
echar mano de las diarias de 2015 (hoy corresponde la 142), sino de otras que han
surgido, por ejemplo, de alguno de los viajes (del Imserso o no).
He
seleccionado las siguientes:
Cosas de viejitos
En pleno otoño ya
inmerso,
para no perder las
mañas,
me largué a
Matalascañas
en un viaje del
Imserso.
Les juro que fui bien
terso,
con prestancia y
cierto empaque,
pero sufrí vil ataque
del traicionero
mosquito,
que me dejó hecho un
asquito
y puso mi estancia en
jaque.
El pateo vespertino
se convirtió en
odisea,
pues el bicho se
menea
como si fuera un vespino.
Salía detrás de un
pino
o de cualquier
recoveco,
y él siempre hallaba
el hueco
donde picarte gozoso,
después zumbarte
orgulloso
y al final dejarte
seco.
Mas si obviamos al
alado
y a la roncha
inoportuna,
no olvidemos la
fortuna
que nos oferta otro aliado.
Mundo Senior ha
brindado
a infinidad de
pasivos,
que sepan estar
activos
con viajes y
excursiones:
ya vendrán las
ocasiones
de los
antidepresivos.
Nos vamos al comedor,
pues de yantar
presumimos:
de todo un poco
cogimos.
Aunque siempre está
el señor
que muestra con
estupor
una protesta sonada,
alegando que no hay
nada
y que de hambre se
muere.
¡Ay!, aunque mil
platos hubiere,
hay gente mal
encarada.
Si el vuelo es a
mediodía:
“una comida se
ahorran”,
“con nuestros euros
se forran”.
Cuando nada se tenía,
el discrepar no
existía.
Mas cuando hubo de
todo,
cambiamos no solo el
modo,
sino también la
elegancia,
se cae en la
repugnancia
y se pierde el
acomodo.
Para salir del lugar
paciencia debes
tener,
pues precisas
recorrer
gran distancia hasta
alcanzar
la ruta que ha de
llevar
al viajero a su
destino;
y es que Doñana y el
pino
solo dejan al Rocío
que disfrute algún
desvío
con su romero camino.
No obstante, siendo
sinceros,
habremos de convenir
que no es fácil
conseguir,
con tan escasos
dineros,
conceder a los
viajeros
estancia, vuelo y
comida.
Carajo, si esto no es
vida
apaga la luz,
Mariano.
Agradece estar bien
sano
y
que nada te lo impida.
Décimas del Meridiano
Hasta El Hierro me
marché
para cura de
descanso,
anduve por Charco
Manso
y hasta un fisco pateé.
Allá en Tamaduste
hablé
con una joven villera
que en la música se
esmera,
y pasajes recordamos;
atrás la mirada
echamos
cada cual a su
manera.
Un sendero en La Maceta,
que por la lava se
expande,
nos lleva hasta Punta
Grande
siendo el hotel
nuestra meta.
La caminata completa
también incluye el
retorno,
así verás el entorno
en su total panorama,
y es que el paisaje
reclama
no ser siempre mero
adorno.
Y no percibí, no
obstante,
los temblores
cotidianos
que sufren nuestros
hermanos
al parecer cada instante.
Pero el sismo que no
espante,
recomienda el
entendido,
porque estando
precavido
es asunto bien
frecuente,
pues debe saber la
gente
cómo esta tierra ha
surgido.
Sí me llamó la
atención
la cantidad de
pencones,
pues los higos a
montones
me causaron impresión.
Parecía una explosión
aquella muestra
frutera
que en toda la isla
entera
lucía con esplendor,
poniendo brillo y
color,
cual eterna
primavera.
Por Sabinosa pasé
y en su ambiente
percibí
que Valentina está
aquí,
pues ella jamás se
fue.
Su arrorró yo lo
escuché
y la brisa dibujaba
el terrón con que
endulzaba
el descanso del
pequeño,
que aquí en su rincón
herreño
con los ángeles
soñaba.
También estuve en
Orchilla
al pie del mítico
faro,
quizás buscando el
amparo
de quien fuera
avanzadilla,
y que asentado en la
orilla
de luz y guía valió,
pues a El Hierro
prestigio dio
con su mundial
referencia:
fue notable la
presencia
que
el Meridiano le dio.
Visita tijarafera
Esperando no ser gafe
me atrevo con la
espinela:
viento en popa a toda
vela
me vine hasta Tijarafe,
y ojalá no se me
chafe
esta vena literaria,
que en nuestra tierra
canaria,
y más aún en La Palma,
el verso sale del
alma
en costumbre
centenaria.
Improvisa el
repentista
con su verbo
distendido,
pero tiene el
entendido
do recrearse la
vista.
Tiempo ha te di una
pista
que hallarás en las
paradas,
allí se encuentran
signadas
composiciones modelo,
las que cantaba el
abuelo
en noches de
serenadas.
Es Tijarafe la cuna
del encuentro
decimista,
donde se luce el
artista
con una rima
oportuna.
Goza el punto la
fortuna
de tener buena salud,
pues es grande la
inquietud
de los que el verso
cultivan,
más ahora que se
archivan
con singular
prontitud.
Antes era diferente,
pues el leer y
escribir
lo podía conseguir
solo el llamado
pudiente;
la mayoría de gente,
desde niño a
trabajar,
y aunque no pudo
estudiar,
pegar palabras sí
supo
y en su memoria bien
cupo
lo que se quiso
guardar.
La marquesina palmera
rebosa de realismo
y adquiere
protagonismo
en tierra tijarafera.
Es esta buena manera
de practicar cortesía
y demostrar la valía
del respeto a nuestro
entorno,
pues es más que mero
adorno:
es orgullo e
hidalguía.
Paradigma, arquetipo,
da gusto esperar la
guagua:
protección de viento
y agua
y de cultura
anticipo.
En el blog te
participo
con varias
ilustraciones
que a modo de
borbotones
nos señalan oportunas
que las rimas son
fortunas
forjadas
con ilusiones.
Bueno, qué
les digo. Feliz fin de semana, reflexionen bien y a cumplir con el deber. Luego
no te quejes. Hasta el lunes.
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