Los millones
de refugiados sirios que desde hace más de cuatro años salen de su país, sumido
en conflicto permanente, escafidiendo, buscan con ahínco a quien les atraviese
el cango y se vayan de mandoble al suelo. Parece ser la única vía factible que
vislumbran para que se apiaden de sus desgracias.
El traspiés
(versión lucha canaria y que es defensa de la cogida de muslo) que le mandó la
periodista húngara Petra Laszlo a Osama Abdul Mohsen, con su hijo Zaid en
brazos, fue de lo más premonitorio. La caída perfecta del pobre infeliz, sin
soltar en ningún momento a su pequeño vástago, escena contemplada por medio
mundo (la otra mitad no tiene tele), constituyó el aldabonazo para despertar
conciencias… futbolísticas.
Ya se hallan
padre e hijo en Getafe. Se tramita el reencuentro con su mujer y resto de
hijos. El progenitor, ya lo hacía en Siria, entrenará un equipo de fútbol en la
localidad madrileña. Final feliz. Suerte, casualidad o destino han jugado a
favor de una familia que ha hallado la luz al final del túnel. Todos nos
alegramos y compartimos la buena nueva.
Los medios de
comunicación, como siempre, se han volcado con lo inmediato. Tanto que casi
olvidan el origen. Y que centenares de miles siguen jugando su peculiar partido.
Con un marcador bastante adverso. Y, a lo peor, entre ellos, varias figuras
balompédicas en ciernes. Pero entre saltar vallas, huir de los uniformados e
intentar cubrir sus necesidades más perentorias, no han tenido tiempo ni
espacio para demostrar sus habilidades.
Da la triste
impresión de que España ha cubierto el cupo con este gesto. Y, quizás, vaya
Rajoy a darle la bienvenida cuando pise por primera vez el césped. Y le
regalará una camiseta del Madrid al infante. ¿Qué esperabas, una del Barça? Qué
bueno que no valen los fuera de juego.
……………
Hace tiempo,
bastante, que no escribo nada del bello pueblo vecino de San Juan de la Rambla. Una muestra palpable de
que desde las pasadas elecciones de mayo el afer municipal se ha normalizado
hasta los extremos que se requiere en una sociedad madura. No obstante, parece
conveniente plasmar unas líneas acerca de lo acontecido en la última sesión
plenaria. En la que se llevó a la consideración de los miembros de la
corporación el Plan Económico Financiero 2015-2016. Asunto de suma
trascendencia para cumplir conseguir la estabilidad presupuestaria que exige el
Gobierno nacional. Y que el anterior pacto, más preocupado por sus generosas
asignaciones, había olvidado por completo.
Consiste,
grosso modo, en la aplicación de estas tres medidas: reducción del apartado de
remuneraciones a concejales del grupo de gobierno (76,23%), que supondrá un
ahorro de 212.450 euros anuales; control exhaustivo en los gastos de bienes y
servicios corrientes; y, por último, optimizar la recaudación mediante la
adecuación de padrones para un correcto cobro de tasas y revisión de ciertos
impuestos, alguno de ellos, como las plusvalías, que ni siquiera se abonaban a
las arcas públicas.
Se trata, en
suma, como sostiene el edil de Hacienda, Cayetano Silva, de ajustarse el cinturón
desde el propio ayuntamiento, antes que repercutir las acciones en los vecinos,
que ninguna culpa han tenido en el desajuste o desfase en el que se halla
sumido el consistorio por mor de unos. Eso, de unos, sin más.
A la hora de
las votaciones el grupo socialista se quedó solo. Los cinco concejales del
grupo que ahora lleva las riendas sanjuaneras, observaron cómo el resto de
grupos (AIS-CC, tres concejales, y Mixto, formado por dos concejales de AUP,
dos del PP y uno de VxT) no estimaron oportuno dar su conformidad al plan
esgrimido, pormenorizado y argumentado. Podría uno, dentro de una ingenuidad
sacada de contexto, que se dice, intentar comprender a los ediles que han
accedido al ayuntamiento en estas últimas elecciones. Puede que hayan pensado
aquello de esto no va conmigo. Craso error, pero allá cada cual. Ahora bien,
que los tres representantes de Coalición Canaria, partícipes bien directos del
desaguisado económico en que dejaron la conocida popularmente como la lata del
gofio, raya el despropósito, cuando no la desfachatez. Aunque el colmo del
esperpento, como casi siempre, vino de la mano del anterior alcalde. Seguro que
Tomás se despertó en el justo instante de la votación. O que, en el supuesto de
haber estado despierto y atento (y entender lo que se guisaba), lo mismo haya
pensado que su voto a favor podría suponerle una merma en la asignación mensual
y, en lógica consecuencia, plasmó su disconformidad con un rotundo voto
negativo. Quizás, como la concejalía de hacienda en el mandato anterior no era
responsabilidad suya directa, ni siquiera era sabedor de que Abreu no limpió
las telarañas antes de recoger. Genio y figura. ¿En fuera de juego? Ya te dije
antes que no valían.
Sean
moderadamente felices, tengan un estupendo fin de semana y nos encontramos el
próximo lunes en Pepillo y Juanillo. Para los pequeños detalles, si gusta, me
puedes localizar en Facebook y Twitter. Estoy de un moderno… Dicho queda.
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