Cuando este artículo
salga a la luz, a buen seguro, los medios de comunicación –y, por supuesto,
éste– se habrán hecho eco del tema que nos trae a colación. Sin embargo no nos
parece oportuno, por nuestra parte, obviar una noticia de una trascendencia
para la Villa realejera, una de esas noticias que desearíamos se repitiesen
con mucha mayor frecuencia, porque, la verdad sea dicha de paso, cuando se
producen vienen a constituir algo anómalo en el cotidiano quehacer. Y no es
lógico que ello así sea.
El pasado 8 de los
corrientes tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Los Realejos, la
presentación oficial del libro Cancionero
popular, del
que es autor Álvaro Hernández Díaz. El libro, que vio la luz el pasado mes de
mayo pero que por diversas razones no había podido ser presentado
oficialmente, ha sido editado merced a un
convenio de colaboración entre el Ayuntamiento realejero y el Centro de la Cultura Popular
Canaria.
En el salón de
actos de la Casa
de la Cultura
tuvo lugar el hecho referenciado ante un numeroso público. Allí se dieron cita
las diferentes entidades y colectivos del
municipio para mostrar el apoyo decidido a este tipo de iniciativas.
Antes de seguir
adelante sería cuestión de resaltar la ausencia de muchos miembros de la Corporación. Quiero pensar
que habría razones ineludibles para no encontrarse presentes. Cualquier otro
motivo no sería, en manera alguna, justificable. Y es que viendo como acuden a
cuantos actos convocan nuestro Ayuntamiento
y están siempre al pie del cañón, Rafael Yanes, Hijo Predilecto de la
Villa, y Guillermo Camacho –a pesar de su avanzada edad– cuyo nombre figura en
una de nuestras calles, no llegamos a comprender esas ausencias. En fin.
Hizo uso de la
palabra, en primer lugar, el alcalde, don José Vicente González, quien animó
al autor a continuar en el camino emprendido, al tiempo que hacía votos por el
progreso cultural del municipio.
Tras unas
brevísimas palabras de la representante del Centro de la Cultura Popular
Canaria, el periodista Pancho García –el cronista de la isla de El Hierro–
glosó al que tendría a su cargo la presentación, el periodista Domingo García
Barbuzano.
Domingo, con su
verbo fácil y ameno, nos sorprendió con una disertación corta –como él mismo
la catalogó– pero, a la vez, emotiva y plena de contenido de alta significación
cultural, donde no faltaron las citas literarias, así como diversos pasajes
del libro que se presentaba.
El turno de
palabras lo cerró el propio autor, Álvaro Hernández Díaz, quien tras agradecer
a todos los viejos que hicieron posible esta recopilación –muchos de ellos,
desgraciadamente, ya fallecidos– tuvo la feliz ocurrencia de poner en voz de
sus protagonistas, merced a los adelantos de la técnica, alguno de los trabajos
recogidos. Altamente emotivo el contemplar el rostro de Pedro Díaz, El Veguero,
cuando se escuchaba en la grabación de un punto cubano, y que aplaudía a rabiar
en el convencimiento de que, para siempre, se quedará con nosotros en esa
pequeña caja sorpresa.
La velada se cerró
con la actuación de la agrupación folklórica Tanagua y el grupo Tigaray que
pusieron música a algunas coplas del
autor referenciado. Digno colofón a un acto que, ojalá, como bien decía Álvaro, pueda verse con más
frecuencia por estos pagos.
Por eso
exclamamos: ¡Por fin! Al mismo tiempo, esperemos que sólo sea el comienzo.
…
El 13 de
octubre de 1988 (como diría mi madre, ya próximo a los 27 años), y en una
sección de la página de opinión del periódico El Día (Desde La Corona), se publicó el
artículo que dejo reproducido. Como ayer domingo echaba una visual a un grupo
de esas apariciones en la prensa tinerfeña, y que podrían constituir el germen
de algo titulado Desde La
Corona hasta El Asomadero (solo vería la luz en el caso de
sacarme un premio notable en La
Primitiva –no juego a nada más–, porque ya me cansé de
‘llorar’ ante administraciones públicas y/o empresas), y dado que estuve
hablando con Álvaro hace un par de días, amén de una aparición de otro de sus
libros (Canturías, adquirido en la
Feria de Pinolere) en un pasaje de Facebook (otro común
entretenimiento), díjeme: Ya está.
Pues
dicho queda. Aprovecho la ocasión para manifestar, asimismo, mi apoyo al runrún
que ya corre por el pueblo (parece que la iniciativa ha partido del también
amigo Isidro Pérez) para que el ayuntamiento de la Villa de Viera cree la
figura de Cronista Oficial. Y una vez instituida, proceda al nombramiento de
don Álvaro Hernández Díaz. ¿Dónde hay que firmar?
Hasta
mañana.
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