viernes, 6 de noviembre de 2015

A viajar

Jubilados, jubiladas, viejos, viejas y pensionistas todos (y todas): A preparar la maleta. La vieja, la de años anteriores, no estén con gastos innecesarios pues ya saben cómo las tratan en los aeropuertos. Incluido el de Castellón.
Se abrió la veda. La temporada de caza (de viajes) se inicia la próxima semana. Los más ya dejaron el recado en la agencia de viajes, la de toda la vida. Los menos tienen los ordenadores a buen recaudo y calientan motores para el 13 de noviembre. En cuanto den las ocho (las nueve en Península y Baleares). ¿Crisis? ¿Qué crisis? Tú ignoras. Con Mariano, a cuerpo de rey.
El Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Alfonso Alonso, antes Ana Mato), se ha lucido este año en el arranque de la temporada 2015-2016. Y el PP sigue primero en las encuestas. O los mayores somos idiotas, o los jóvenes no están preparados como presuponía, o los de mediana edad disponen todos de trabajo asegurado y por los siglos de los siglos, o en este país las encuestas son más falsas que una moneda de tres euros y medio. No porque las cocinen demasiado, sino que contestamos lo que nos salga de allí. ¿A ti te llamaron?
Como ya era tradición que el salmantino Hidalgo se comiera todo el pastel, no se tuvo previsto que podían existir otros competidores. Y la mesa de contratación, por lo que deduzco, se dejó llevar por la inercia de veintitantos años. En resumen: Todo para Mundo Senior. Los tres lotes: costas peninsulares, viajes de interior (antes, culturales) e islas. Pero hete aquí que Mundiplan –la competencia– dijo que nones. Y recurrió. Se volvió a repartir la tarta: el apetitoso pellizco de las islas para el consorcio liderado por Iberia y Alsa. Y ahora le correspondió al grupo Globalia-Barceló elevar la queja pertinente al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc). Que acaba de dictaminar que no queda más tu tía: Canarias y Baleares para Mundiplan y los otros dos destinos para Mundo Senior.
A estas alturas, a unos días del inicio de la campaña, desconocemos si van a existir dos plataformas en Internet o se podrá tramitar a través de una conjunta. Me imagino que alguna autoridad estará al tanto y tendrá en cuenta que nosotros somos simples aficionados en este tipo de navegación virtual. Y ya con cierta edad como para aprender mucho más en estos avances tecnológicos e informáticos.
Uno, con manía impenitente de observador, se percata de las quejas en comedores, guaguas, aviones, aeropuertos… Da la impresión de que cuarenta o más año de curro te conceden el dudoso honor de volverte majadero. Como ya he contado en este blog más de un ejemplo, el hecho de sacarlo a colación viene determinado por los comentarios nada laudatorios hacia los gobiernos de turno, pero que luego no se establece correspondencia con castigos electorales.
Quizás, en consecuencia, debería darle la razón a determinados medios de comunicación impresos que inundan párrafos con el vocablo ancianos. Incuso con ilustración fotográfica de un señor todavía de buen ver que toma el sol plácidamente en un hotel de Torremolinos, verbigracia. Me fui al diccionario, mi confidente lingüístico, y me dijo que dicho de una persona, un anciano es alguien de mucha edad. ¿Y cómo se cuantifica mucha?, me pregunté. Todo dependerá de tus condiciones físicas, pues si estás hecho un asquito a los cincuenta no es lo mismo que uno de ochenta y tantos que aún practica atletismo y nada varios kilómetros diarios. Así que me quedo con que somos vejetes (según el DRAE: viejo de edad avanzada; pues menos lo entiendo) políticos y ya chocheamos al momento de coger la papeleta, pero que la lengua sigue en buen estado. Particular que traslado a cualquier otra edad, pues si tuviésemos la cultura de quejarnos menos y adoptar decisiones de calado un poco más, otro gallo nos cantaría.
Si hago alguno antes del 20 de diciembre, aprovecharé para ir directamente al grano. Como no estoy sujeto a directrices de partidos, haré la campaña por mi cuenta. Lo único que puedo prometer, y prometo, es que solicitaré directamente el no voto al PP. Éramos la niña de sus ojos en la campaña de 2011, la línea roja que no se iba a traspasar, y hemos sufrido como el que más de los españoles, salvo los que tú sabes. Ahí están, por ejemplo, diputados y senadores salientes cobrando sin ejercer. Si aún tenemos nuestro tino debidamente engrasado, sigamos una secuencia lógica de los acontecimientos.
Ayer en la mañana tuve que ir a La Orotava para resolver unos asuntillos de las ingentes propiedades familiares. No, al juzgado no. Ahí irán los concejales del equipo de gobierno de Los Realejos a denunciar a Fermín Correa. ¿No te has enterado? Pues mueve el culo. En el indeterminado lugar tuve la oportunidad de hablar largo y tendido con una joven. Y me quedo con esta reflexión: Yo no entiendo cómo un trabajador puede votar por el PP. Cuando le dije que yo tampoco, nos quedamos más tranquilos.
Por lo tanto, viejillos y viejillas, recorran, transiten, diviértanse, disfruten de lo que no pudieron cuando jóvenes, cuidado con los excesos y los embarazos indeseados, la cajita de pastillas en el sitio de costumbre, coman y beban sin moderación, manden al colesterol a tomar aire y, sobre todo, protesten. Hagamos un bimestre tan sonado como el mayo francés. En enero, ya se verá.
Feliz fin de semana, pero estén atentos al blog por si ocurre algo importante.

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