Jubilados,
jubiladas, viejos, viejas y pensionistas todos (y todas): A preparar la maleta.
La vieja, la de años anteriores, no estén con gastos innecesarios pues ya saben
cómo las tratan en los aeropuertos. Incluido el de Castellón.
Se abrió la
veda. La temporada de caza (de viajes) se inicia la próxima semana. Los más ya
dejaron el recado en la agencia de viajes, la de toda la vida. Los menos tienen
los ordenadores a buen recaudo y calientan motores para el 13 de noviembre. En
cuanto den las ocho (las nueve en Península y Baleares). ¿Crisis? ¿Qué crisis?
Tú ignoras. Con Mariano, a cuerpo de rey.
El Imserso
(Instituto de Mayores y Servicios Sociales), dependiente del Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Alfonso Alonso, antes Ana Mato), se ha
lucido este año en el arranque de la temporada 2015-2016. Y el PP sigue primero
en las encuestas. O los mayores somos idiotas, o los jóvenes no están
preparados como presuponía, o los de mediana edad disponen todos de trabajo
asegurado y por los siglos de los siglos, o en este país las encuestas son más
falsas que una moneda de tres euros y medio. No porque las cocinen demasiado,
sino que contestamos lo que nos salga de allí. ¿A ti te llamaron?
Como ya era
tradición que el salmantino Hidalgo se comiera todo el pastel, no se tuvo
previsto que podían existir otros competidores. Y la mesa de contratación, por
lo que deduzco, se dejó llevar por la inercia de veintitantos años. En resumen:
Todo para Mundo Senior. Los tres lotes: costas peninsulares, viajes de interior
(antes, culturales) e islas. Pero hete aquí que Mundiplan –la competencia– dijo
que nones. Y recurrió. Se volvió a repartir la tarta: el apetitoso pellizco de
las islas para el consorcio liderado por Iberia y Alsa. Y ahora le correspondió
al grupo Globalia-Barceló elevar la queja pertinente al Tribunal Administrativo
Central de Recursos Contractuales (Tacrc). Que acaba de dictaminar que no queda
más tu tía: Canarias y Baleares para Mundiplan y los otros dos destinos para
Mundo Senior.
A estas
alturas, a unos días del inicio de la campaña, desconocemos si van a existir
dos plataformas en Internet o se podrá tramitar a través de una conjunta. Me
imagino que alguna autoridad estará al tanto y tendrá en cuenta que nosotros
somos simples aficionados en este tipo de navegación virtual. Y ya con cierta
edad como para aprender mucho más en estos avances tecnológicos e informáticos.
Uno, con
manía impenitente de observador, se percata de las quejas en comedores,
guaguas, aviones, aeropuertos… Da la impresión de que cuarenta o más año de
curro te conceden el dudoso honor de volverte majadero. Como ya he contado en
este blog más de un ejemplo, el hecho de sacarlo a colación viene determinado
por los comentarios nada laudatorios hacia los gobiernos de turno, pero que
luego no se establece correspondencia con castigos electorales.
Quizás, en
consecuencia, debería darle la razón a determinados medios de comunicación
impresos que inundan párrafos con el vocablo ancianos. Incuso con ilustración
fotográfica de un señor todavía de buen ver que toma el sol plácidamente en un
hotel de Torremolinos, verbigracia. Me fui al diccionario, mi confidente
lingüístico, y me dijo que dicho de una persona, un anciano es alguien de mucha
edad. ¿Y cómo se cuantifica mucha?, me pregunté. Todo dependerá de tus
condiciones físicas, pues si estás hecho un asquito a los cincuenta no es lo
mismo que uno de ochenta y tantos que aún practica atletismo y nada varios
kilómetros diarios. Así que me quedo con que somos vejetes (según el DRAE:
viejo de edad avanzada; pues menos lo entiendo) políticos y ya chocheamos al
momento de coger la papeleta, pero que la lengua sigue en buen estado.
Particular que traslado a cualquier otra edad, pues si tuviésemos la cultura de
quejarnos menos y adoptar decisiones de calado un poco más, otro gallo nos
cantaría.
Si hago
alguno antes del 20 de diciembre, aprovecharé para ir directamente al grano.
Como no estoy sujeto a directrices de partidos, haré la campaña por mi cuenta.
Lo único que puedo prometer, y prometo, es que solicitaré directamente el no
voto al PP. Éramos la niña de sus ojos en la campaña de 2011, la línea roja que
no se iba a traspasar, y hemos sufrido como el que más de los españoles, salvo
los que tú sabes. Ahí están, por ejemplo, diputados y senadores salientes
cobrando sin ejercer. Si aún tenemos nuestro tino debidamente engrasado,
sigamos una secuencia lógica de los acontecimientos.
Ayer en la
mañana tuve que ir a La
Orotava para resolver unos asuntillos de las ingentes
propiedades familiares. No, al juzgado no. Ahí irán los concejales del equipo
de gobierno de Los Realejos a denunciar a Fermín Correa. ¿No te has enterado?
Pues mueve el culo. En el indeterminado lugar tuve la oportunidad de hablar
largo y tendido con una joven. Y me quedo con esta reflexión: Yo no entiendo
cómo un trabajador puede votar por el PP. Cuando le dije que yo tampoco, nos
quedamos más tranquilos.
Por lo tanto,
viejillos y viejillas, recorran, transiten, diviértanse, disfruten de lo que no
pudieron cuando jóvenes, cuidado con los excesos y los embarazos indeseados, la
cajita de pastillas en el sitio de costumbre, coman y beban sin moderación,
manden al colesterol a tomar aire y, sobre todo, protesten. Hagamos un bimestre
tan sonado como el mayo francés. En enero, ya se verá.
Feliz fin de
semana, pero estén atentos al blog por si ocurre algo importante.
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