Un pateo después de las
abundantes lluvias (El Castillo-San Nicolás), un cacho de papel en el bolsillo
y el medio lápiz que suele acompañarme igualmente. Tras casi dos meses de
sequía rimada, dos a la ida y cuatro a la vuelta (una vez cogida carrerilla…) constituyen
el bagaje suficiente –eso espero– para surtir un día más a mis estimados
chicos. Los del blog (Pepillo y Juanillo) y ustedes, los que están al otro
lado. Si por un casual el retorno decimal no ha sido afortunado, a pasar
página. Y caigan sobre el osado todas las maldiciones en forma de granizo. ¿Ya
abrieron la veda por esos altos? Vamos allá:
Escribir sin ton ni
son
no me parece
oportuno,
si no surge tema
alguno,
vendrá mejor ocasión.
En tal caso, es de
cajón,
recurrir al verseado,
ejercicio abandonado
desde el diciembre
postrero,
mas si debo ser
sincero,
no ando muy
preocupado.
Con un ligero repaso
la neurona se
enjareta,
y poco a poco
concreta
la espinela paso a
paso.
El verso, como el
abrazo,
va enlazando
sentimientos,
las rimas son los
alientos
que vencen el
desafío,
con tesón y mucho
brío,
tranquilo, sin
aspavientos.
Para inspirarte
motivos
seguro vas a
encontrar,
aunque debas desechar
los que guarden tus
archivos.
Cuando son
repetitivos
puedes cansar al
lector,
de tal suerte, a lo
mejor,
te espetarán algún
día:
No sigas con la manía
que vas de culo a
peor.
Original poco resta
y es menester
cavilar,
por lo que debes
pensar
que un esfuerzo
siempre cuesta.
Mas planteada la
apuesta,
a tirar pa´lante
ufano,
pues puedo jurar, mi
hermano:
Quien con cariño
labora,
ni el curro le marca
hora
ni se le va de la
mano.
Sin mayores
ambiciones
la quinta ya va
marchando,
y es que el magín va
dictando
sin pausas ni
retenciones.
Si te brindan
ocasiones
no dejes pasar el
tren,
saca pecho y siempre
obtén
el máximo
rendimiento,
no es bueno vivir del
cuento
y da de ti el cien
por cien.
Ya concluye un
novelero
el retorno decimal,
como ven no me fue
mal
el paseo dominguero.
No sé si fui buen
obrero
pero aré lo que yo
pude,
si la cosecha no
acude
los surcos habrá
cambado,
espero ser perdonado,
la providencia me
ayude.
Y ya está. Mañana más. Sean
felices. Si van a la nieve, no se vuelvan locos.
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