Podía haber
titulado este post, simplemente, como ‘Moción de censura’. Por la enésima, esta
vez en La Victoria. La
noble patria chica de mi buen amigo Manuel Afonso Carricondo. Quien deberá
hallarse avergonzado del circo vivido en el salón de plenos del ayuntamiento.
Cuyo desarrollo se convirtió en una matanza. Para honor y gloria de otro amigo,
Ignacio Rodríguez Jorge, alcalde (que en verdad debía haber escrito con enormes
mayúsculas) de la población vecina. Chiquita diferencia.
No tengo el
gusto de conocer ni a los censurados ni a los censores. Y a tenor de lo leído y
visto a través de las redes, ni falta que me hace. Porque, todos, incluidos
medios de comunicación, se sumaron a una fiesta que, a mi modo de entender,
solo fue el postre o el colofón de lo que se venía fraguando bajo el auspicio y
beneplácito de otros actores. Los presentes en la sesión del pasado viernes
eran meras marionetas. Y perdóneseme la vena titiritera. Los que manejaron los
hilos, también presentes, ocupaban otros asientos y otras posiciones.
Indicarles a
estas alturas que yo me limito a emitir por escrito opiniones no tiene sentido
alguno. Y estas (las opiniones) son libres como el viento. Pero los hechos son
sagrados. Algo tan elemental y que, parece mentira, olvidan algunos periodistas
cuando agarran una alcachofa o se sientan ante un teclado a elaborar una
crónica del ‘suceso’.
Se lucieron
Diario de Avisos y La Opinión,
en sus versiones digitales, cuando incluyeron a Fermín Correa en el fichero
socialista. Ni adrede la coincidencia de ambos periódicos. Luego, tras la
pertinente ampliación, que se supone deba corregir los posibles errores de las
prisas, más juicios de valor que no deberían tener cabida en el hecho que se
narra y que requiere una descripción aséptica de la noticia.
¿Vergüenza
democrática? ¿La política llegó a extremos intolerables? No, dejen tales
sentencias para otros foros. En La
Victoria no hubo más que la constatación de una realidad
social. El bello pueblo se convirtió en el espejo de los trafullos cotidianos.
Y lo de Fermín, el colofón a un periodo de caza. El hombre quiso morir matando.
Pero jugaba en notoria desventaja. Debía batirse con los expertos tiradores de
mira telescópica que abundan en mi tierra (canaria), más concretamente, en mi
norte (tinerfeño).
El abordaje
del consejero (Clavijo sabrá de qué) Haroldo se fraguó mucho más allá de las
lindes victorieras. Fruto de muchos chanchullos tamizados bajo un marcado
compromiso católico y sin barnices pornográficos. No, que no estoy espeso. Hoy
me dio por escribir para aquellos que leen líneas, entre líneas y por arriba de
las líneas.
Quizás te
pueda ayudar con mi visita-consulta a los que más saben. Acepciones de
chanchullo: manejo ilícito para conseguir un fin, y especialmente para lucrarse
(DRAE). Y otros: acción de una persona o acuerdo secreto entre varias personas
para, de forma poco clara, conseguir un beneficio sobre un asunto en perjuicio
de otros; negocio ilícito, tejemaneje para obtener alguna ganancia. Los
instigadores, por acción o por omisión, la tendrán (la ganancia), a buen
seguro. Aunque deban, por segunda vez, renunciar a ciertos principios
intocables (salvo cuando hay pasta; blanca, negra o marrón, que para casa nada
pesa), incluidos los pornográficos antes aludidos. Porque, y vuelta al chivato,
pornografía es un tratado acerca de la prostitución (acción y efecto de
prostituir, también el reflexivo): Deshonrar o degradar algo o a alguien
abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio. ¡Ay!, Federico, eres un
alma en pena, un pobre diablo. Claro, al lado de. Odiosas comparaciones.
Las
ambiciones desmedidas implican estas consecuencias. Siempre habrá quien salga
impoluto, el guapo de la película, la mano que mece la cuna, y a otros les
corresponde el trabajo sucio, estilo Harry. De la conjunción fue víctima el
anterior pacto, el de la escalera.
Se abre un
nuevo horizonte en el que se prestará especial atención a los vecinos (¿?), la
formación continua (¿¿??) y poner en marcha acciones para generar empleo
(¿¿¿???). Pues hasta ahora solo ha habido desgobierno, parálisis, incapacidad.
Vamos a ver si nos aclaramos, Haroldo: ¿No estuvo contigo Fermín en el mandato
2011-2015 en un pacto para desbancar al PSOE, que fue el más votado (2720
votos, 6 concejales)? ¿Cómo argumentas ahora lo contrario? Te pareces a José
Manuel Soria en tus planteamientos. ¡Ah!, los contactos con Domínguez te van
inoculando el gusanillo. Vale.
Y Leo es, qué
paradoja, un valiente que ha salvado al pueblo. ¿Al pueblo o a ti? Si aplicamos
tus mismos criterios habremos de convenir que es, igualmente, un incapaz
paralítico. Mira, yo añado más, es un aprovechado. Y no necesito recurrir a
citas bíblicas ni a platos de lentejas. Para eso están los chanchulleros.
No solo es ya
inepto sino que serás generoso al asignarle competencias. Un rayo divino lo
iluminó y se va a bastar para… aparentar justificarse un sueldo. ¿O no? “Me han
llegado a desear un cáncer”. ¿Y no te frotabas las manos cuando era tu
superior, hace ocho meses, la diana de lenguas viperinas? Te salvó tu
disciplina, porque esta pasada semana volviste a ser el chico dócil por mor de
un nuevo milagro. Sigue obedeciendo y tendrás el futuro asegurado. Un consejo,
no obstante: Imita al nuevo alcalde en todo lo que puedas y una día llegarás a
ser asesor como él.
Tantos lodos y
sin llover. Como caigan cuatro gotas. Un diluvio es lo que haría falta para que
limpie toda esta porquería. Vaya manera de emponzoñar la política.
Má, ese
hombre es malo y me está diciendo cosas. Ya no me junto. Haces bien, mi niño;
¿ya te lavaste y te pusiste los calzoncillos limpios? Vaya con esta
nacionalidad ultraperiférica.
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