jueves, 28 de abril de 2016

RR

Lo primero que hice este pasado lunes fue darme un salto a La Orotava. Dentista, de un lado, y ‘repetir’ en el Centro Médico, del otro, fueron citas obligadas. Pero antes había tenido tiempo de asomarme a la ventana de FB y sonrojarme una vez más con la manera de escribir de algunos sujetos de las nuevas generaciones del Partido Popular. Y me dije que si son el futuro, apaga y vámonos pa´l catre. Mejor me quedo en el presente.
Aproveché uno de sus lemas de campaña y me salió este párrafo: TRABAJAR la ortografía es HACER un bien a la sociedad y podrás CRECER como persona. Si alguno se siente aludido, ruégole que se deje de tanta niñería y que busque alguien que le dé unas nociones con las reglas más perentorias. Yo estoy jubilado, gracias. Espero que no me salga la concejala de EDUCACIÓN con un sugerente: No te preocupes que se te entiende todo.
Ya puestos en el fregado, leo que Merkel excluyó a Rajoy de la cena de líderes europeos con Obama. ¿Y quién le dijo al periodista que redactó la información que Rajoy es un líder? La canciller hizo lo correcto. Máxime cuando nuestro hombre se halla en funciones, es decir, a régimen absoluto. Pero a lo que íbamos.
Sentado en la sala de espera y mientras escuchas nítidamente el ruido de cualquier centro odontológico –sí, ese que se te mete en la cabeza y te va minando la entereza–, veía el canal 24 horas. Y don Pablo Iglesias, ya en campaña, brindaba generosidad, diálogo y consenso. Claro, en su fuero interno el siguiente planteamiento: Si quedo por delante, mano tendida; si quedo por detrás, búscate la vida. Idéntico, por otra parte, del sostenido hasta el instante en que redacto estas líneas. Su único afán –y el de Anguita, de paso– es que el PSOE se hunda como el Titanic. Una vez cumplido el fin (ya IU estará en la fosa de Las Marianas), aunque el PP vuelva a obtener más escaños que nadie (operación matemática que aún no he sabido resolver), camino expedito para más luchas intestinas. Porque lo de jugar al todos iguales, pensaba este iluso que era asunto del pasado, de los viejos, de los caducos. Mas viene a resultar que lo nuevo no lo es tanto y las formas y maneras dejan tras sí tantas lagunas que hasta algún profesor de miembros de esta estrenada hornada no se recata en utilizar el calificativo de tonto (del culo, que espetaría un buen amigo asturiano). Por estos lares, currito y echado pa´lante.
Llega un buen elemento, villero por los cuatro costados, y se sienta a mi lado. Nos conocimos en el viejo Colegio San Agustín, el de don Rafael Yanes. Han pasado décadas desde aquel entonces. Y me comenta que venía en el coche escuchando Radio Realejos.
Me suelta tal perorata acerca de lo que se emitía, pero que no difería gran cosa de lo que ya otros me suelen contar, que le aconsejé cambiar de dial. Como primer paso y por evidentes razones de salud preventiva. Pero como el hecho no se puede generalizar, intenta ponerlo tú, le manifesté, en conocimiento del director de la emisora  (al anterior lo cambiaron por pusilánime), del concejal responsable, del alcalde (si es que lo encuentras en el pueblo)... Es que calcan los procedimientos de una televisión local, me cortó.
Y se abre la puerta. Me llaman y me conducen a la sala correspondiente en la que me va a atender el doctor. Cuando salgo de la evaluación del tratamiento que llevo, echo una mirada y el amigo ya no estaba. Seguiremos otro día, díjeme para mis interiores íntimos.
Me va a caer otra. Y van unas cuantas. Pero alguien tendrá que hacer algo, adoptar alguna medida. Si se continúa con la táctica del avestruz, mal augurio. Los políticos responsables deberían dar un paso y abandonar el ande yo caliente… Ni deontologías ni códigos éticos, es sentido común. La libertad de expresión es precepto recogido en la Constitución, pero el ridiculizar, tomar el pelo, chachondearse, insultar a mansalva y kilométrico etcétera solo se lleva en Telecinco, la de los obispos… Y aquí, en mi tierra, o en mi norte, el infamar adquiere carta de naturaleza en al menos dos pueblos de mi Valle. El uno me vio nacer. El otro a la mujer con la que me casé.
¿El título? Piensa lo que quieras. Y si me sigues leyendo, te indico que estás en peligro. Por si acaso, compra un paraguas. O si no, habla bien de Soria, de Antona y otros del círculo. Así, por lo menos en esos dos pueblos del Valle no tendrás problema.
C´est la lutte finale: Groupons-nous, et demain, L´Internationale sera le genre humain.
Au revoir. À demain.

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