Lo primero
que hice este pasado lunes fue darme un salto a La Orotava. Dentista,
de un lado, y ‘repetir’ en el Centro Médico, del otro, fueron citas obligadas.
Pero antes había tenido tiempo de asomarme a la ventana de FB y sonrojarme una
vez más con la manera de escribir de algunos sujetos de las nuevas generaciones
del Partido Popular. Y me dije que si son el futuro, apaga y vámonos pa´l
catre. Mejor me quedo en el presente.
Aproveché uno
de sus lemas de campaña y me salió este párrafo: TRABAJAR la ortografía es
HACER un bien a la sociedad y podrás CRECER como persona. Si alguno se siente
aludido, ruégole que se deje de tanta niñería y que busque alguien que le dé
unas nociones con las reglas más perentorias. Yo estoy jubilado, gracias. Espero
que no me salga la concejala de EDUCACIÓN con un sugerente: No te preocupes que
se te entiende todo.
Ya puestos en
el fregado, leo que Merkel excluyó a Rajoy de la cena de líderes europeos con
Obama. ¿Y quién le dijo al periodista que redactó la información que Rajoy es
un líder? La canciller hizo lo correcto. Máxime cuando nuestro hombre se halla
en funciones, es decir, a régimen absoluto. Pero a lo que íbamos.
Sentado en la
sala de espera y mientras escuchas nítidamente el ruido de cualquier centro
odontológico –sí, ese que se te mete en la cabeza y te va minando la entereza–,
veía el canal 24 horas. Y don Pablo Iglesias, ya en campaña, brindaba
generosidad, diálogo y consenso. Claro, en su fuero interno el siguiente
planteamiento: Si quedo por delante, mano tendida; si quedo por detrás, búscate
la vida. Idéntico, por otra parte, del sostenido hasta el instante en que
redacto estas líneas. Su único afán –y el de Anguita, de paso– es que el PSOE
se hunda como el Titanic. Una vez cumplido el fin (ya IU estará en la fosa de
Las Marianas), aunque el PP vuelva a obtener más escaños que nadie (operación
matemática que aún no he sabido resolver), camino expedito para más luchas
intestinas. Porque lo de jugar al todos iguales, pensaba este iluso que era
asunto del pasado, de los viejos, de los caducos. Mas viene a resultar que lo
nuevo no lo es tanto y las formas y maneras dejan tras sí tantas lagunas que
hasta algún profesor de miembros de esta estrenada hornada no se recata en utilizar
el calificativo de tonto (del culo, que espetaría un buen amigo asturiano). Por
estos lares, currito y echado pa´lante.
Llega un buen
elemento, villero por los cuatro costados, y se sienta a mi lado. Nos conocimos
en el viejo Colegio San Agustín, el de don Rafael Yanes. Han pasado décadas
desde aquel entonces. Y me comenta que venía en el coche escuchando Radio
Realejos.
Me suelta tal
perorata acerca de lo que se emitía, pero que no difería gran cosa de lo que ya
otros me suelen contar, que le aconsejé cambiar de dial. Como primer paso y por
evidentes razones de salud preventiva. Pero como el hecho no se puede
generalizar, intenta ponerlo tú, le manifesté, en conocimiento del director de
la emisora (al anterior lo cambiaron por
pusilánime), del concejal responsable, del alcalde (si es que lo encuentras en
el pueblo)... Es que calcan los procedimientos de una televisión local, me
cortó.
Y se abre la
puerta. Me llaman y me conducen a la sala correspondiente en la que me va a
atender el doctor. Cuando salgo de la evaluación del tratamiento que llevo,
echo una mirada y el amigo ya no estaba. Seguiremos otro día, díjeme para mis
interiores íntimos.
Me va a caer
otra. Y van unas cuantas. Pero alguien tendrá que hacer algo, adoptar alguna
medida. Si se continúa con la táctica del avestruz, mal augurio. Los políticos
responsables deberían dar un paso y abandonar el ande yo caliente… Ni
deontologías ni códigos éticos, es sentido común. La libertad de expresión es
precepto recogido en la
Constitución, pero el ridiculizar, tomar el pelo,
chachondearse, insultar a mansalva y kilométrico etcétera solo se lleva en
Telecinco, la de los obispos… Y aquí, en mi tierra, o en mi norte, el infamar
adquiere carta de naturaleza en al menos dos pueblos de mi Valle. El uno me vio
nacer. El otro a la mujer con la que me casé.
¿El título?
Piensa lo que quieras. Y si me sigues leyendo, te indico que estás en peligro.
Por si acaso, compra un paraguas. O si no, habla bien de Soria, de Antona y
otros del círculo. Así, por lo menos en esos dos pueblos del Valle no tendrás
problema.
C´est la lutte finale: Groupons-nous, et demain, L´Internationale sera
le genre humain.
Au revoir. À demain.
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