viernes, 29 de abril de 2016

Tarifa única

Ya he dejado constancia de la fiebre reivindicativa de Curbelo tras la puesta en escena de su nueva obra teatral: ASG. Casimiro, liberado de pesada carga tras su ruptura con el PSOE, ha puesto a trabajar al funcionariado de su cortijo en aras de la consecución de su único objetivo: perpetuarse, inmortalizarse. Que lo pongan, en lugar del Cristo, en el mirador de El Machal.
Todas aquellas ideas que no pudo plasmar en su larga y descansada estancia en el Senado, surgen ahora, cual chorros de Epina, y los digitales (salvo uno proscrito: El Tambor) de aquella  isla no dan abasto ante la avalancha de notas, ruedas de prensa, intervenciones en Teobaldo Power, fotos en Agando y apropiación indebida de cuanta propuesta del adversario pueda ser aprovechada como el agua del Riachuelo a su paso por Las Mimbreras.
El último invento: la tarifa única para viajar entre las islas. Y de paso, la ampliación del aeropuerto hasta el antiguo de Rodríguez López, El Revolcadero. Para que doña Merkel no tenga que hacer escala en Tenerife y en vez de echarse el pescadito en Los Abrigos se mande un puchero en Casa Efigenia o un potaje de berros en la de Conchita.
Los estudios de mercado del mandatario gomero suelen coincidir con los de la táctica de yo me gasto las perras porque no son mías y no me duelen y si algo sale mal, a mí que me registren. ¿Ejemplos? Si me obligas a que los cite es que tú no has visitado la Colombina.
He viajado una sola vez en avión. Y del éxito del tráfico de pasajeros que se mueve en las instalaciones aeroportuarias, puede dar buena fe el que solo mi mujer y yo aguardábamos las maletas en la cinta transportadora. Debe no alcanzar un 1% del total. Si pasas un día, ve a echarte un cortado y comprobarás la cara de alegría que se le pone a la persona que está detrás de la barra.
Mientras se exige al superior jerárquico que satisfaga exigencias, varias son las instituciones públicas que cuentan con la responsabilidad en otro tipo de transporte: el de las guaguas. Sin que a presidente alguno se le haya ocurrido brindar la posibilidad de que todos los trayectos se oferten al mismo precio. Para que un vecino de Gran Rey pueda venir a La Villa costándole igual cantidad que al que se traslada desde Hermigua. Amén de unas frecuencias que no provoquen largas esperas tras la visita al médico de turno en el hospital, verbigracia.
Yo creo que a los habitantes de La Gomera les hace falta un buen meneo. Porque la gratuidad de la enseñanza (derecho constitucional, de otra parte) y el chollo (mil perdones) de los entierros no puede justificar la red de clientela que el señor Curbelo Curbelo ha ido tejiendo. Da la impresión de que se deben, más que le deben.
Claro que ha hecho cosas. El colmo, tras varias décadas de dominio absoluto, sería que no fuera así. Y los agradecimientos, hasta el justo límite. Porque al político debemos exigirle que gestione. Y que no despilfarre, como ha ocurrido en repetidas ocasiones.
Tarifa única, sí, pero aplícate el cuento. Esa situación parlamentaria actual de privilegio –tanto te da para un lado como para el otro– no debe hacerte olvidar una trayectoria marcada por múltiples jalones, no todos positivos. Y el pueblo, más tarde o más temprano, despertará. Como lo hizo Hautacuperche, que terminó de Hernán Peraza hasta los mismísimos y cortó por lo sano. Que no, hombre, eso no. Ahora hay otro procedimiento mucho más simple: una papeleta y una urna. Para que un día haya una isla que no sea silencio amordazado.
Y los pongo en antecedentes a todos los que son capaces aún de seguir este blog. Se aproxima un largo puente por este Realejos. Y un servidor, como natural y vecino del pueblo, manifiesto solemnemente:
Sábados y domingos, como es bien conocido, no trabajo desde que me jubilé. Así que 30 de abril y 1 de mayo, no me esperes.
El lunes 2 de mayo, y sin ser zapatero ni madrileño, me lo tomo libre porque el Día del Trabajo se inventó para descansar. Y yo no tengo la culpa de que lo hayan trasladado del domingo.
El 3 de mayo, martes, es día importante en la Villa de Viera. Que si él lo viera, pero me temo que desde Las Palmas no le alcance la vista. Día de Cruz, lo mentan. Lo acato y lo respeto, aunque no lo comparta. Más que nada por la noche. Pues entiendo que hay otras prioridades, pero doctores tiene la Iglesia. Lo he hablado con algún cura. Que no con el de Realejo Alto. A quien no tengo el gusto. Pero sí con otros que no ven muy descarriados mis planteamientos.
En fin, mis estimados lectores, razón de ser de este humilde blog, los dejo descansar hasta el día 4 (miércoles). Cuando vuelvan a fisgonear, háganlo con ganas. Mientras, disfruten de la holganza y cuídense de los excesos. Yo también voy a tumbarme a la Bartola. Hasta entonces.

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