¿Qué,
cómo han pasado este largo puente? Yo, muy bien, sin ruidos y tranquilito. Ya
te contaré.
Este
post del reencuentro va con todo mi afecto a los que declaran abiertamente que
solo escribo artículos en contra de los actuales dirigentes. Sobre todo de aquellos
que pertenecen a una formación política diferente a la que yo milité allá por
los ochenta. Qué flaca es la memoria. Para que el ejercicio de tener que acudir
a las hemerotecas no sea demasiado pesado, aquí les dejo una muestra:
«Siguen
insistiendo las malas lenguas del pueblo que el alcalde realejero es accionista
del repetidor de La Corona. O tiene algún familiar en el negocio televisivo.
Muchacho, te pones delante de la caja tonta y lo ves aparecer en los sitios más
insospechados. ¿Estará haciendo prácticas por si pierde las elecciones?
Otro de
los candidatos a sucederle en la poltrona, que antes no tenía tiempo para nada
y ahora dispone de más tiempo libre que los maestros de escuela, no queriendo
ser menos, ha estado de un precalentamiento subido. No solo hacía acto de
presencia para hablar de fútbol, sino que, incluso, se nos convirtió en
profundo conocedor de vinos. Al estimado amigo Américo García Núñez no le
perdono el que no me haya invitado a contemplar a tan selecto personal reunido.
Cuando escribí lo de selecto personal me acordé del peligro que entraña
simultanear las elecciones con las Fiestas de Mayo de Los Realejos. La
avalancha de carteles anunciadores puede provocar más de un malentendido al
electorado. Creo que esta vez acertaron al poner los de la Feria de Ganado y
Concurso de Arrastre lo más lejos posible. Por si acaso.
Ganó
por goleada la calle de El Sol, dicen las gentes de Realejo Alto. Ganaron por
goleada los fogueteros, decimos los del resto del pueblo. Igualito que en años
anteriores. Ganan todos los años. Unos más y otros menos. Unos años con una
calle y los otros con la otra. Yo no entiendo a esa gente. Me refiero a los de
cada calle. Son capaces de dejar de comer para echar un ‘fueguito’ más que los
otros. Hasta a mí, que vivo en la parte baja del municipio y ni siquiera subo a
contemplar el espectáculo, me vinieron a buscar para sacarme unos duros. El
Pachón es un pirotécnico de mucho cuidado. Algún día de estos volveremos juntos
a la política. En fin, me quedé en casa y vi la exhibición por la tele del
alcalde. Así lo dice la gente. ¿Por qué no puedo hacerlo yo también? ¿Sabes de
lo que me acordé ahora mismito? Pues te lo digo: ¿Estará empezando otro
Berlusconi en la zona norte de la isla?
No
podrá ser la romería el último domingo de mayo. Se adelantó una semana por mor
–expresión de otro candidato– de las elecciones. Quisieron aprovechar todos
esos últimos días para la traca final. Este año hubo más público en las calles
de Realejo Alto. Probablemente se estrenaron muchos trajes típicos. Aparecieron
más magos, venidos de muchos puntos de la isla...
Aquí en
mi barrio, Longuera-Toscal, no sé si debido a las Fiestas o, quizás, a la
fiebre electoral, dieron inicio unos sentimientos del bien quedar, que
sorprendieron a todos los que hemos mamado muchos procesos de vecindad. El
paroxismo alcanzó su punto álgido en expresiones como la siguiente: "Con
todo lo que hemos luchado por la construcción del Centro Social". No estén
diciendo boberías; nadie, absolutamente nadie ha movido un dedo por ese
flamante edificio con el que hoy contamos. Es más, si no estoy en lo cierto,
acudan a este medio de comunicación y comiencen a dar nombres y apellidos.
Porque yo también quiero enterarme de ese alguien que ha trabajado, codo con
codo, con el Ayuntamiento para llevar a feliz término esa realidad que en la
actualidad contemplamos. Ya está bien de cachanchanes que mean por fuera de la
bacinilla cada vez que abren la boca. Incluso algunos, a los que hemos abierto
los brazos y aceptado en la comunidad el otro día mismo, resulta que vienen
luchando desde hace mil quinientos años. Para adquirir propiedades sí que somos
rápidos. Dejen que el local cumpla su función, que sirva de refugio a toda la
colectividad –viejos, chicos y menos chicos–, que el Ayuntamiento gestione
–para eso ha sido democráticamente elegido– su funcionamiento y lo demás vendrá
por añadidura. Y el que no esté conforme, que se presente cuando haya próximas
elecciones para la Junta de Gobierno de la Asociación de Vecinos o al Ayuntamiento.
Y si quiere opinar, que lo haga, pero que no diga gilipolleces, que según el
DRAE significa “dicho o hecho propios de un gilipollas”.
Debe
ser el mes de mayo que pone el cuerpo desvaído. Con qué facilidad se nos
dispara el órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados,
y que sirve para gustar, para deglutir y para articular los sonidos de la voz.
Y ya que llegué, nuevamente, al DRAE, concluyo:
Las
malas lenguas ni siquiera hablan a medias lenguas. Porque si a malas lenguas,
tijeras, no me busquen la lengua, ya que también sé darle a la lengua si me
destraban la lengua. No me tiren de la lengua las lenguas viperinas, porque si
me suelto la lengua, no me habrá de trastrabarse la lengua. Si acaso me viene
la lengua, no me morderé la lengua, y al que se le vaya la lengua porque sea
ligero de lengua, no me saque la lengua, sino que procure tragarse la lengua.
¡Ah!,
DRAE significa: Diccionario de la Real Academia Española. Felices Fiestas y que
ganen aquellos que el pueblo libremente decida».
Fue
publicado en El Día el 25 de mayo de 1995. Días más tarde hubo elecciones
locales y volvió a salir elegido José Vicente.
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