Acabo de
llegar. Estuve por tierras conejeras durante ocho días. Las entradas del blog
habían sido previamente programadas. Un trabajo extra que bien mereció el
descanso señalado. No me gusta dejarte abandonado y como no te podía llevar
conmigo –la pensión da para lo que da– te dejé en compañía de los chicos
(Pepillo y Juanillo). Aquellos que durante estos días han celebrado algo,
queden debidamente felicitados.
Desde
noviembre de 2002 vivo en mi actual domicilio. La novedad me hizo contemplar la
exhibición pirotécnica realejera del 3 de mayo durante los dos primeros años, a
saber, 2003 y 2004. En los siguientes he desaparecido del pueblo. Lo siento. No
se me acaba de arraigar eso de la tradición. Mucho menos la religiosidad. A lo
mejor, con el paso del tiempo… empeoro.
Me hubiese
gustado estar esta noche en el XXII Festival de la Copla de la Agrupación Folclórica
Guanapay, de la Villa de Teguise. Acto que debe celebrarse en el Convento de
Santo Domingo a las nueve y media (21:30). Pero la programación del Bintazo
es tan aleatoria como escasa. En fin, espero que les salga tal y como lo
tienen programado. Eso sí, estuve en un ensayo el pasado martes. Para saludar,
que se dice.
Me dio
tiempo, dentro de la normal gandulería que se mete en el cuerpo en los días de
asueto, de escribir unas décimas. Esta primera, por el 25º aniversario de Sara
Bermúdez, a quien conocí siendo una chinija y dentro de poco me sigue:
La conocí una chinija
y ya cumple
veinticinco;
solo te gano por
cinco,
salvo que usted me
corrija.
Mirándolo bien, mi
‘jija’,
como diría un mayor,
de la vida lo mejor
es la salud e ir
sumando,
que el tiempo pa´ir
restando:
cuanto
más lejos, mejor.
Las otras
–algunas más caerán, seguro– surgen de vivencias, recorridos, recuerdos, porque
las islas constituyen un faro que guía andares:
perdido estuve
vagando,
sus paisajes
admirando
en jornadas
placenteras.
Admiré las
plataneras,
los cactus y
tabaibales,
y los hitos
principales
del solar del gran
Manrique,
el del sonoro palique
a gestores
subnormales.
En la Villa de
Teguise,
mercado dominical,
concurrencia
primordial
como un circo, que no
el Price.
Un hecho fundamental
que al visitante
concita,
al que en el casco se
invita
a muestras
artesanales,
son razones
principales
para una nueva
visita.
Monumento al
campesino,
los vinos de
malvasía,
los palmerales de
Haría,
jalones de mi
destino.
A recorrerla te
animo,
pues parajes
sorprendentes,
junto al calor de sus
gentes,
surgido de los
volcanes,
colmarán nuestros
afanes
en tan cálidos ambientes.
Te acompaño a Los
Dolores,
pero no en la
romería,
que es pura novelería
con vestimenta de
horrores.
Le rendiremos honores
de manera simple y
llana,
y después, de buena
gana,
haciendo escala en
Tinajo,
tiraremos para abajo,
a La Santa, cosa sana.
Por la tarde, en el
retorno,
en Muñique pararemos,
a Isidro saludaremos,
que es el patrón de
este entorno.
De no haber mucho
bochorno,
en Tiagua está el
museo
con importante
muestreo
de la labor
campesina,
muy fatigada y
cansina;
y
su resulta: un recreo…
El recorrido
continuará en cuanto haya un rato libre. Me pongo al día y luego…
Y las fotos
que no falten. Unas cuantas (muchas) vinieron. ¡Ah!, feliz fin de semana.
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