Después de
redactado, y publicado, el comentario que pudiste leer ayer en este mismo
medio, se ha venido produciendo un debate en las redes sociales teniendo por
protagonistas los tan controvertidos chiringuitos del pasado baile de magos
realejero.
Los unos se
quejan de pérdidas debido a la imposición de un mismo tipo de música –eso
alegan– por el ayuntamiento, lo que provocó una menor concurrencia y una venta
que no alcanzó las expectativas previstas. Como no asisto a esos ‘eventos’,
solo tenía información, desde hace unos años, de alguien bien cercano que me
aseguraba que no pasaba por esa zona ni de coña. Lo de la música, además, creo
que no fue novedad sino que ya se había implantado al menos en la edición del
año anterior.
Los otros se
alegran de que se haya tomado alguna medida, aunque entienden que ello conlleva
más botellones en otros lugares, con los añadidos de ruidos, suciedad,
borracheras y demás. Ya lo manifesté, ni con Juana ni con la hermana. Las
multitudes (elemento del que presumen los organismos para medir el éxito del
acontecimiento) traen siempre molestias, roces, dimes y diretes. Hay muchos
jóvenes, o no tanto, cuya única preocupación es saciar la sed con bebidas de
alto contenido en alcohol. Las fotos en Facebook nos muestran que cuanto más
grande es el recipiente que las contiene mayor es la diversión.
Acoten dos
espacios para futuras ocasiones. En una, barra libre. En lo imaginable y en lo
que no. En la segunda, vestidos de mago y a bailar. Exclusivamente. Por probar
que no quede. Y que ambas disten al menos dos kilómetros. Para que los que
optan por el pendoneo, superado el listón de la tercera copa (medida más que
normal), no atinen a llegar al área de las tradiciones. Pongan, como medida
preventiva, unos obstáculos (zanjas con agua infestada de cocodrilos,
verbigracia) por si algún atrevido lo intenta. Y ya está. Hasta 2017.
Miren, no le
den más vueltas ni se compliquen la vida. Ni siquiera hace falta que vayan a
votar el 26-J. Tengo los datos de una encuesta bien calentita que me han sido
remitidos de la capital de la Villa y Corte (uno posee sus contactos). Los
resultados guardan relación directa con las declaraciones de los líderes, sus
deseos, sus proyectos y el poder de convicción en un electorado ávido por
manifestar su parecer en forma de voto. No se producirá empate técnico porque
el voto de CC será decisivo a la hora de conformar gobierno. Y valdrá doble por
nuestra ultraperificidad (no está en
el DRAE, pero queda bonito). El PP obtendrá 175 diputados y el matrimonio
(gracias a Zapatero, todo hay que decirlo) del comunista Garzón y el cada vez
menos definido Iglesias, denominado Unidos podemos (de afiliación no
comunista), 174. Y no hay más.
Cada vez que
se convocan elecciones generales, a la paralización de casi toda la actividad parlamentaria
y gubernamental, se debe añadir el que las cámaras autonómicas también toman
vacaciones. No es invento mío, no. El asturiano (en la foto) ha acordado
suspender plenos y comisiones hasta que se resuelva la segunda intentona. Y
habrás observado que los diputados –todos y de todos– están de una frenética
diligencia. Pero en asuntos orgánicos o partidarios. Y nosotros, ni derecho a
un trabajo fijo, cuestión decimonónica (al parecer de los dirigentes
empresariales).
Vamos con el
último (chiringuito). Han expulsado por el periodo de dos años a los cuatro
sujetos (CC) –cualquiera se atreve a escribir sujetas– que apoyaron a Lope (PP)
en Puerto de la Cruz. Ya
no pertenecen a la organización ni ostentan cargos dentro del organigrama
‘nacional’ (que bien les gusta el vocablo a estos patrioteros). Pero seguirán
siendo concejales de Coalición Canaria. Porque el sueldo, el prestigio y las
prebendas, amén del porcentaje por cuota participativa, es tanto o más
importante que rellenar socavones o la limpieza viaria.
Ya llevamos
un año del actual mandato. Más los dos de dorado retiro harán tres. Y en el
cuarto, una vez retornados al redil, se estará en la precampaña de las
próximas. Que no, no es tomadura de pelo, es lo siguiente.
Chiquito
“marrón” este de los chiringuitos. Que no el de Pepe ni el de Pedrerol. Que yo
creía resuelto con los planes de seguridad y emergencias. Que son puestos en
práctica por entes variopintos y formados, mayoritariamente, por voluntarios.
Bueno, me voy
a echar un par de güisquis para estabilizar la tensión. Y sin con los buches me
baja más de la cuenta, qué menos que unos coñacs. Así se empieza. Arrancas como
alcohólico anónimo y terminas de borracho conocido.
Y se acerca
la romería. Casi en campaña otra vez. Se prevé mucho ganado. Y chiringuitos,
claro. Y gente que vende rifas. Una invasión, tú. Acabo de ir a La Cruz Santa y han
marcado para ubicar unos ‘tropecientos’.
Bueno, mañana
más.
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