lunes, 19 de septiembre de 2016

En clave de qué

Es embarazoso para los que aparentemente no tenemos problemas de cierta importancia en la vida ponernos en la piel de aquellos que sufren personalmente circunstancias adversas o en su ámbito familiar se encuentran con situaciones que producen demasiados quebraderos de cabeza. Cuando no notorias mermas en la salud ante los obstáculos que deben salvar.
Con el invento de las denominadas redes sociales, los canales de información se han ampliado hasta límites hasta anteayer desconocidos, pero, al tiempo, el incremento de la picaresca no se ha quedado a la saga. Y los avisos del peligro que corremos ante posibles engaños parecen no haber hecho mella. Es decir, seguimos pecando de incautos y las tretas y astucias nos acechan en cada esquina.
Reconozco no ser asiduo del programa televisivo En clave de ja. Que el grupo Instinto Cómico realiza para la televisión canaria desde hace muchos años. Tantos que en un servidor han provocado tal hartazgo e indigestión que prefiero unas buenas papas arrugadas. Ya ves, manías.
Uno de los protagonistas de la citada emisión me ha acabado por llenar la cachimba este fin de semana pasado. Una información en Canarias7 me pone al día de la suspensión de la (pen)última campaña en favor de su hijo Eidher, aquejado de una enfermedad rara que requería (lo pongo en pasado) atenciones y por lo que leí, cinco operaciones en un hospital de Boston, capital de Massachusetts. No debemos olvidar que antes ya había llevado a cabo un maratón de monólogos, amén de postularse para que fuera admitido en la versión vete tú a saber de Supervivientes (Telecinco), en clave de mi(erda).
En esta reciente, y que acaba de interrumpir, pretendía recorrer en mes y medio todos los pueblos de Canarias (88) en busca de 200.000 personas que aportaran 2 euros cada una, a fin de recaudar los 400.000 necesarios para traslados, estancias  e intervenciones en el centro médico de Estados Unidos.
Pero resulta que su exmujer cuelga un vídeo en YouTube en el que viene a poner en entredicho la cruzada, porque Eidher ha mejorado bastante en este último año y “no está en una situación urgente de peligro de vida”, por lo que el equipo médico ha estimado que podría ser atendido en Navarra. Por ello entiende que circulan muchos bulos en torno a este particular.
Me llama, asimismo, poderosamente la atención que tras la paralización de la campaña, el humorista se descuelgue con que había mantenido una conversación telefónica con Jessica (su exmujer) antes de iniciar el periplo por las islas. Este hecho califica, y clarifica, bastantes aspectos de cómo la improvisación no puede ser guía de un asunto de tanta trascendencia. Para zanjar el desaguisado, cuelga nuestro protagonista otro vídeo en el que plasma el deseo de que el dinero recaudado sea desviado hacia otros niños que lo necesiten.
Yo no soy más listo que nadie. Pero más torpe tampoco. He desconfiado siempre de estas ‘montadas’. Máxime cuando se aderezan con fotografías en las que el aspecto desaliñado (andrajoso me parece exagerado) pretenden demostrar durezas, calvarios, penurias y privaciones.
Con este triste desenlace, uno, que ya se mostraba escéptico, se sumerge en tal mar de dudas que no va a comprar ni la rifa de la hartanga de la Calle El Sol. Y crudo lo van a llevar todos los chicos que pasan por casa para el consabido viaje de fin de curso.
Hablé siempre en reducidos círculos familiares acerca de que no entendía cómo la televisión pública de esta tierra o, en todo caso, el programa que tanto tiempo lleva en antena, no se erigieron en adalides de la causa. No sé, algo me chirría.
Ahora bien, me imagino que padre y madre de la criatura recapacitarán tras el vergonzoso espectáculo montado (¿o debo escribir circo?), hablarán vis a vis, se echarán en cara cuanto crean oportuno y pedirán disculpas a un pueblo noble que se ha sentido engañado. No sería lícito que debamos conformarnos con otra gracieta en la que el resto de compañeros actores participen activamente al estilo de échate un ron, Eloísa.
Flaco favor le han prestado a Eidher. Y de aquí en adelante, harto complicado lo van a tener los que deban recurrir a la generosidad de vecinos, amigos y simpatizantes. Se impone, pienso, otro periplo –de rodillas– para desandar los pasos mal dados. No basta, entiendo, con vídeos y comunicados en las redes.
De cualquier mata…

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