lunes, 26 de septiembre de 2016

Torcido

Ayer me levanté raro. Torcido. A lo peor fue debido a que el anuncio de la Aemet acerca de las lluvias en el Norte me tenía predispuesto a un cambio emocional acusado. Y cuando al cabo de una hora de haber puesto la pata (buena) en el suelo contemplé que las nubes se disipaban, me entró tal bajona que no sentí el más mínimo deseo de escribir las consabidas líneas.
Aun así, hice un esfuerzo, leí la prensa digital (unas cuantas cabeceras) y comprobé que en la Primitiva había obtenido idéntico premio al de todas las semanas anteriores (0 euros). Y soy tan rebenque que vuelvo a jugar. Por Internet, que ya uno domina los adelantos informáticos. Eso, que el desánimo no me venza.
Como este que lees es el comentario (o artículo, o post) número 1929, tengo casi decidido alcanzar los dos millares (a lo mejor para finales de año andaré por ahí) y dar el carpetazo a este blog. Los chicos (Pepillo y Juanillo) han crecido y me están pidiendo un relevo. Pero como uno es bastante tradicional, puede que abra otro (no me he marcado aún el enfoque) en el que rescate el lema que utilicé cuando colaboraba en el periódico El Día: Desde La Corona. Le pediré una de las buenas fotos que tiene Isidro Felipe desde ese mirador y la utilizaré de cabecera. Por cierto, felicidades por ese proyecto (Fiestas tradicionales del norte de Tenerife) que pronto verá la luz y que esperamos con impaciencia.
De aquellas incursiones por la prensa tinerfeña he recopilado unos centenares de artículos que guardo en una carpeta de mi ordenador bajo el título Desde La Corona hasta El Asomadero. Pero hasta que no tenga dinero para publicarlo, ahí dormirá. Lo mismo se muere conmigo. Lo más seguro.
Y ya que nombré a Isidro, su ingente colección de fotos me da pie para señalar que no entiendo cómo es posible que de Diario de Avisos (edición digital de ayer domingo) haya podido rescatar todas estas instantáneas ‘cambadas’. Que lo haga yo (reitero lo de rebenque de unas líneas más arriba), nada que objetar a quien no da más de sí. Pero tanta torcedura me da que es una nueva modalidad que deberé consultar con Carlos Hernández cuando volvamos en octubre a la piscina. A consideración de los entendidos las dejo.
Inserto la de Julio Cruz al principio porque me extrañó que un juez haya puesto en entredicho el código ético del PSOE por ser demasiado exigente. Cree, incluso, que va en contra de la Constitución al no permitir presentarse a cualquier militante que tenga abierto juicio oral. Entiende el magistrado que hasta que no se dicte sentencia, nadie puede cercenar el derecho a ser elegible. Cierto, todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario. Pero que las candidaturas estén conformadas por personas sobre las que no caiga sospecha alguna, me parece estupendo. Porque coincide con mi planteamiento de la ejemplaridad. Si logramos que los políticos sean los espejos en los que el entramado social pueda mirarse, mucho habremos avanzado. Máxime en una época en la que los cargos públicos no pueden sentirse satisfechos al contemplar la cantidad de casos que salpican su quehacer.
Pues no, de Galicia y País Vasco no toca. Para eso están los sesudos analistas. Enciende la tele para que veas. Yo estoy para otras menudencias.
Bueno, entramos en la última semana de septiembre. A la vuelta de la esquina el trimestre postrero del año. Y suma y sigue. Hasta mañana.

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