miércoles, 30 de noviembre de 2016

De gira, qué chachi

De los tiempos en la escuela de La Longuera, con don Andrés Carballo como maestro, solo recuerdo una gira. Nos llevó al Botánico y a la playa de Martiánez. Allí nos dieron un bocadillo de dos galletas con un trozo de dulce. Me supo a gloria porque jamás había probado una exquisitez semejante. Los que nacimos, crecimos y nos culturizamos en medio de plataneras solo conocíamos un cacho  de pan con plátanos. Éramos ricos en potasio. Y nuestro tránsito intestinal funcionaba a las mil maravillas. Teníamos las pocetas de las huertas abonadas. Bueno, de las horas lectivas que pasábamos en aquel pedagógico salón también recuerdo, cómo no, la leche en polvo, allá a media mañana y el trozo de queso amarillo por la tarde. Inocentes, cándidos, pero bien sazonados.
Hemos cambiado con los años. Y como estos sujetos (y sujetas) de la historia que ayer nos conmovió en las redes sociales, son más modernos que un servidor, diremos que se fueron de excursión. Aunque al final, lo mismo acabaron de jira (merienda o banquete con regocijo y bulla). Satisfacción y algazara como la esgrimida por la responsable del gabinete de prensa del ayuntamiento villero cuando entraba en la guagua. ¿No viste el vídeo en Facebook? Sí, la que precede a Linares, más conocido ahora como el (des)componedor. Otros, no seré yo, lo tildan de Pinocho. Pues aquí te dejo el enlace por si te pica la curiosidad, aunque me da que ya lo estuviste viendo: https://www.facebook.com/CarlosAlonsoTF/videos/1821116961492867/.
No, Eva, no te sumes a la fiesta. Tú eres periodista. Por mucho que te debas. Y flaco favor prestas a la profesión con esas alegrías, sonrisas y cachondos buenos días. Que los políticos se avienen a festejos tales, a componendas de muy mal gusto por la burla manifiesta a los sufridores de verdad, cabría en el sucio juego de esta vorágine en la que se ha sumergido tanto culichiche. Pero a ti te pido un fisquito más de luz. Compostura, porte y buenos modales abren puertas principales. Y no siempre las de los vehículos de transporte público. Tengo una duda: ¿Iban también aleccionados los otros pasajeros del autobús? Qué ‘fisno’ me volví.
Reconozco ser un privilegiado al haber disfrutado de un trabajo cerca de casa. Y me alegro enormemente de que aquella posibilidad de ir a ocupar un puesto en la Consejería de Educación no saliera adelante. Puede que no hubiese aguantado un curso. Solo he sido víctima de estas colas cuando una vez jubilado he servido de chófer a varios familiares para trasladarse al HUC en esporádicas ocasiones.
Pero los que han soportado durante décadas este calvario, deberán hoy estar repudiando las poses de estos impresentables. Que no dudan en tomarle el pelo a todos aquellos que no les queda otra que tragarse diariamente este martirio. Seguro que a media mañana salieron de muchos consistorios norteños unos flamantes coches oficiales para ir a buscar a tan ilustres personajes y devolverlos a sus mullidas poltronas. Falsos. O, para continuar con la fiesta, retornaron en vehículos ‘cabilderos’ puestos exprofeso al servicio de sus ilustrísimas (caraduras).
Seguro que la montada estaba preparada de tiempo atrás. Y puede que la noticia haya provocado el que Aurelio (vicepresidente) y el consejero Miguel Ángel se adelantaran con otro vídeo https://www.facebook.com/aurelio.abreuexposito/videos/1012460615550190/ al respecto. Ni doy ni quito razones. Como siempre. Reconozco, sin embargo, que estos dos últimos son también víctimas de los atascos diarios. No obstante, se me ocurre preguntar –qué ingenuo soy– si no sería conveniente encerrarlos a todos en un cuarto, sin posible salida, y discutieran cuanto fuere menester hasta que el humo blanco en asunto de tanta trascendencia hiciera acto de presencia y los ahogara en las olas del mar de sus contradicciones. Ños, me quedó bonito.
Nos estás llenado la cachimba, Carlos Alonso. No entro a valorar los intentos de ruptura del pacto que te guían. Allá ustedes con cuitas y desencuentros. Pero si yo fuera uno de los que cada día me tuviese que levantar a las tantas para llegar a la capital a las cuantas, ya te habría llamado individuo. Como mínimo. Y a los que te acompañaron en la montadita de rigor, payasos. Después del espectáculo, para persistir en la tomadura de pelo, nos deleitas en Twitter con: “La culpa de 20 años de colas en el norte es mía. Resuelto el problema del culpable, ahora vamos a solucionarlo”. Todavía te gastas la cachaza (desvergüenza o descaro) de echar más leña al fuego. Yo no quisiera pensar que todo este tinglado viene a cuento de que es una consejera la que se halla al frente de las obras públicas en Canarias. Porque mira que han pasado unos cuantos coalicioneros (a lo peor tú estabas aún en el PP) sin que desde el cabildo tinerfeño se dijera mu. Y si la bombilla se te encendió y has atisbado soluciones por todas partes, no olvides otros temas sangrantes por este Norte (yo sí lo pongo en mayúscula), como pueden ser la estación de guaguas y la piscina portuenses.
Tan cabreado estoy que comulgaría ahora mismo con otro acuerdo político en el que CC fuera mandada a tomar viento fresco. Por carotas, aprovechados y jactanciosos. A freír chuchangos, que llevan toda la vida (autonómica) manejando los hilos. También los de carreteras. Y subieron a la guagua sin bono. Con el mérito añadido de pagar el billete completo. ¿No invitaba la COPE? Pues que abone Bernardo. Y que rece unas oraciones por si se produce un milagro como el de los panes y los peces. No, el del vino no, que hay que conducir.
¿Cabreado yo? Qué va. Enciende un fósforo y compruébalo. Energúmenos. Vayan a reírse de sus más íntimos, incluyendo asesores y parafernalias varias. Un par de buenas castañas serían convenientes. Como las que me eché ayer en Casa Julio, en El Mocán. A la salud de los iluminados.
Vaya manera de terminar el mes. O este artículo que hace el 1994. Queda un suspiro para subir a La Corona. Hasta mañana.

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