domingo, 23 de junio de 2024

Patético

Dudé entre este titular y el de Gente maravillosa. Sí, ese programa estrella –programón que diría algún encumbrado– de la televisión canaria. Porque hay situaciones que provocan rechazo. Siempre y cuando los opinantes se rijan por criterios de normalidad. A saber, cuando la neurona progrese adecuadamente. Con los otros, déjalos quietos. Se bastan. Y si desciendes al terreno del iletrado, te llevará al huerto. El trafullo (traduzco: alboroto, barullo, lío, negocio turbio) es un arte y no todo el mundo está facultado para nadar en lodazales. Salvo que te asemejes al ogro Shrek, ese ejemplar de los pantanos, solitario y huraño, pero que acaba, menos mal, por caernos simpático.

Las palabras de Rivero defendiendo a Garrido causaron sonrojo y vergüenza (ajena y propia). Quien fuera presidente de Canarias debiera retirarse a sus predios sauzaleros antes de que alguien le espete si ya chochea. Un sueldo, y los privilegios que conlleva ese puesto en el organigrama del Tenerife, no lo puedes justificar con semejantes baboserías. Sentí lástima, de verdad. Y mira que no fuiste santo de mi devoción en tus andanzas políticas.

Si el principal accionista del club está metido hasta las trancas en líos judiciales, y ha reconocido que los delitos por los que lo han sentado en el banquillo de los acusados son ciertos, no nos vengas con milongas ni disculpas del tres al cuarto. Eso de que sus problemas judiciales no afectan a la marcha de la sociedad, no se lo cree ni Mariano. Pero como en Las Palmas ha ocurrido una situación parecida y Ramírez sigue pilotando la nave, naveguemos que la tormenta ya amainará.

Será cuestión de hablar con Eloísa para que te lleve a su programa. Como hizo con Clavijo. Sí, a esa deriva sensiblera que bate récords de audiencia. Porque nos va el morbo y le sacamos el jugo a situaciones de compasión y lástima. ¡Ay!, pobres negritos. Qué puntazo la foto con la patera hasta los topes. Como cuando abres una papaya.

Debieron, sin embargo, llevar a Domínguez. Porque estamos en situación de guerra. Ya no aguantamos más. Y yo –sostiene Manolo– defenderé el reparto de menores cueste lo que cueste. Y a darse cuatro golpes en el pecho, falso e hipócrita. Cuando tus compañeros en la Península no quieren saber nada del tema, máxime cuando el pusilánime de Feijóo sigue bailando la yenka, ¿crees que te van a dejar? No nos tomes por ingenuos. Alargarán el particular hasta que caiga de maduro.

Dijiste una vez que no te gusta perder ni siquiera al dominó. Efectivamente, es que no haciendo nada, sino dejando pasar el tiempo a verlas venir, resulta harto complicado que te puedan vencer. Si acaso un empate técnico, denominación al uso. Y en esa programa te hubieses encontrado en tu salsa. Porque es lo tuyo. Y ya echamos en falta los besitos del Mercadona con aquellos paseos triunfales por los pasillos de La Gañanía.

¿Te imaginas un abrazo con un menor –negro, por supuesto– como modelo de reconciliación en un mundo desigual? Y Fernando detrás de ti –qué ilusión– llorando a moco perdido. Hubiesen escaseado los pañuelos. La solidaridad de los canarios –objetivo del programa– habría quedado patente en grado superlativo.

No pienses, estimado lector (algunos hay), que estoy abusando de tintes amarillistas. Qué va, todo lo contrario. Intento hacerte ver que detrás de estas parafernalias solo existe la tramoya del bien quedar. Cuando el programa concluye, tupido velo y a otra cosa, mariposa. La falsedad destila por todos los poros.

Me parece que ya lo he contado. Pues lo repito. Ocupando un cargo directivo en el colegio público de Longuera-Toscal, llamaron de cierta tele para preguntar si no teníamos en el centro alumnos con minusvalías (con algún defecto o problema, sostenían) a los que entrevistar. Tal cual. Se trataba de otro programa de características similares a los culebrones actuales. Porque el asunto tiene tela y se persiste en explotar este tipo de… indecencias. Creo que le dije de todo y más. ‘Más nunca’, tú. Nuestro colegio, afortunadamente, no se prestó a tales juegos y componendas. Pero otros, amén de colectivos diversos, sí.

Así nos va. Mientras tanto, y lo damos por normal, siguen despilfarrándose los dineros públicos en bodrios. Al tiempo demandamos a Madrid que efectúe giros y transferencias. Paulino seguirá veraneando en Puerto Calero, Garrido continuará comprando acciones, Clavijo y Domínguez participarán en la carrera de obstáculos (Hipódromo de Las Llanadas) y Eloísa acumulará méritos para las campanadas de los próximos cincuenta fines de año.

Patético. Por contar verdades. Como no me debo. En 48 horas, de vuelta.

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