lunes, 3 de junio de 2024

Picando aquí y allá (y 2)

Manolo voló en parapente porque Natalia le avisó por un atasco. Y salvó nuestro héroe la cola para aterrizar en Santa Cruz. Tal cual. Las retenciones, afortunadamente, y a los hechos me remito, dejaron de ser un obstáculo desde el mes de junio del año pasado. Nada más entrar Rosa Dávila y Lope Afonso a regir los destinos insulares en el Cabildo, no tuvimos que esperar ni los 90 días previstos para solucionar el problema.  Como se cuenta, además, con la inestimable ayuda del Gobierno de Canarias, podemos dedicar el tiempo a menesteres de más provecho. Como el concejal de la silla. Otro ínclito popular que pensaba ponerse al lado de los contenedores de basura –qué mejor lugar, pienso malévolamente– para comprobar, in situ, quién deposita la bolsa de los desechos equivocadamente. O pone un trasto –otro– en ubicaciones inapropiadas. De verdad, ya no saben en qué entretenerse. Por lo visto, con semejantes boutades piensan justificar sus generosas retribuciones. Como los palmeros de ciertas teles locales los elevan a los altares por tamañas ocurrencias, se inflan como tamboriles. ¿O eran globos los peces en cuestión? Iba a empezar la campaña de vigilancia en Los Gladiolos, pero como una rama le cayó en el García Sanabria a un pobre transeúnte, cambió de parecer hasta que mejore el accidentado. Seguro que fueron las cotorras de Kramer con sus excrementos. Ya veo al señor concejal, en un futuro inmediato, subido a las ramas, cual un Tarzán cualquiera, profiriendo gritos a las invasoras e indicándoles la dirección del Loro Parque. Ay, señor, para qué traerán a los gorgoritos.

Ya no es lo que era la pegada de carteles en el arranque de las campañas electorales. Ni comparancia. Aunque tiene de positivo el que se hayan habilitado lugares para tal menester. Aquellas disputas de antaño para conseguir la farola mejor situada ya pasaron a la historia. Y las calles con sus paredes empapeladas, también. Nos basta el móvil en la actualidad. No obstante, continúan produciéndose situaciones curiosas. Como la que vislumbré la semana pasada en el pueblo más fiestero de toda España. Que no solo vamos a vivir del recuerdo de Viera y Clavijo. Cuatro huesos enterrados en Las Palmas. En fin, iba caminando tranquilamente cuando me tropiezo con uno de los varios paneles habilitados en el que ya figuraban unos cuantos carteles. De los que me hace tremenda gracia como algunas formaciones esconden al cabeza de lista. Como si la gente fuese tonta y no supiera que se trata de una única candidatura, es decir, una sola circunscripción nacional. O aquellos que van en una coalición y pretenden hacernos creer que el aspirante tal o cual será el elegido en el supuesto de que introduzcamos su papeleta en la urna y ocultando que dicho voto, con toda probabilidad, suponga un acto inútil, o, en todo caso, que el cargo de eurodiputado lo obtenga quien ocupe un puesto más elevado. En los del Partido Popular no vislumbré a Dolors Monserrat i Montserrat. El apellido repetido no engaña, creo. Pero junto al clásico Vota PP, observé un curioso lema: Se acabó la fiesta. Quizás cuadraría en los pueblos de Estamariu, Juncosa de Montmell o L´Albera. Pero no en el mío. Porque decir en Los Realejos que se acabó la fiesta es como darles dos patadas en ciertas partes a todos los componentes del grupo de gobierno municipal. ¿A quién se le ocurrió la idea de echar por tierra las señas de identidad de las que se presume las veinticuatro horas de los trescientos sesenta y cinco (uno más en los bisiestos) del año? No se han lucido, no. Me imagino que algún malintencionado seguidor del polémico Alvise Pérez quiso gastarle una broma a las huestes azuladas. ¿O lo habré soñado? Cosas de la edad.

Qué necesidad tienes tú de estar complicándote la vida. Y yo le pregunté que por qué fumaba. Estoy enganchado y no puedo dejarlo, me contestó, es superior a mí. Como decía un viejo conocido: Y a la viceversa. Si quieres te lo puedo decir más bonito:

Fuerte rebenque estoy hecho, / perdiendo el tiempo escribiendo, / si debiera estar durmiendo / y no tomándolo a pecho. / Mas aunque acabe maltrecho, / sarna con gusto no pica, / pues si al menos uno clica / para un cachito leer, / vale la pena volver / por si alguno lo amplifica.

¿Y si no? Tan amigos.

Ya estamos en junio. Se aproxima el solsticio de verano para los del Trópico de Cáncer. Que para los del Capricornio será el de invierno. Día (y noche) más largo, respectivamente. Aunque con esto del cambio climático el mundo está medio revuelto. Ya nevó en agosto. Fue a principios del siglo veinte. Por lo tanto, mis reservas en lanzarse a la aventura en las predicciones meteorológicas. Los factores son múltiples y estas pequeñas atlánticas, unas motas de polvo en la inmensidad del océano. Por lo que los fenómenos son muy localizados. Ojalá sea generosa nuestra apreciada panza de burro. Mis plantas lo agradecerán.

Un apunte último. Que es un ruego a quienes se arrogan representatividades sin venir a cuento. Doña Cristina Valido, verbigracia, suele utilizar la expresión “todos los canarios” o “el pueblo canario”. Mire, usted, sea ante Zelenski o ante el Sursum Corda, lo que piense su señoría, su formación política o todo el arco parlamentario no tiene que coincidir con mis planteamientos. O con los de mi vecino. De Perogrullo. Así que, confianzas las justas. Y haga el favor.

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