miércoles, 17 de julio de 2024

Me rindo

Me puede la presión. Es superior a mis escasas entendederas y mi raquítica preparación. Académica, profesional y ¿política? Soy un don nadie. Bueno, desde siempre, pero ahora venido a menos. Casi escoria en un basurero. Mera brizna de trigo tras una sesión de trilla en Icod el Alto. El lugar de los siete cuarteles. Más hueco y vacío que los bajos del Roque Chico. Más seco que la balsa de La Cruz Santa. Menos cultivado que las huertas de Los Llanos de Méndez. Un cero a la izquierda.

Tendré que darme de alta en toda la amplia estructura de las RR.SS. Eso, todas. Horizontales y verticales. Porque no puedo, ni debo, quedarme atrás. No hay derecho a que un servidor no se equipare, verbigracia, a cualquier eminencia que me indica con total rotundidad que Vox a cavado su tumba. Sí, uno de los tantos que tras la ruptura de los pactos autonómicos respiran aliviados porque “se han quitado un peso de encima”. Eso mismo, semos gallegos, porque todo se pega como el raboburro (o rabodiasno, que decíamos en la platanera).

¿Fue Cantinflas el que decía lo de la falta de ignorancia? Pues lo mismo es eso. Chacho, que no solo meten la pata cada vez que se alongan un fisco al dichoso ‘caralibro’, sino que arriba presumen de sabiduría a la enésima. Y hagan el favor de no seguir poniendo de modelo a doña Isabel, que Alberto acabará por mosquearse. Ya está bien. Tengan en cuenta lo de las odiosas comparaciones.

Mi padre siempre decía que al que nace barrigón, ni aunque lo fajen chiquito. Y mi madre, cuando veía a un currito meterse en berenjenales, sentenciaba que como llegara al ayuntamiento había que hacer la puerta más grande. Los viejos se me fueron, desgraciadamente. Pero si hubiesen llegado a esta época en la que ser propietario de un móvil te convierte en catedrático de cualquier disciplina, es bastante probable que su sentido común e inteligencia natural… (si tienes más de sesenta años –edad prudencial– te considero apto para poner en los puntos suspensivos lo, lo, lo, lo que te salga del hemisferio izquierdo y del sistema límbico).

No me atrevo ni a sugerir lo de las clases particulares. Quita, aparta de mí esos malos pensamientos. Resulta que no está nada bien que comentemos los asuntos de un particular. Léase, novio de Ayuso. Lo de Nacho y Malinche es posterior. Pero sí es lícito machacar a una tal Begoña Gómez. Que parece ser la mujer de otro tal Pedro Sánchez. Cuyo pecado principal es haber mandado a un registrador de la propiedad a su despacho de Santa Pola. Que es doctor en Economía y Empresa, pero logrado con la defensa de una tesis falsa, al decir de la novia del novio. Palabra de la católica (Isabel). Y de los que reproducen sus boutades. Incluidos realejeros que no se miran al espejo siquiera para no caer en contradicciones de bulto como la que se dirá.

La ley del embudo en estado puro. Dónde va una mujer sin titulación. Y yo indagando cuál es la del actual consejero de Educación del Gobierno de Canarias. Pesquisas que me llevaron a un graduado escolar en un CEIP (de Moya). Manda testículos. Se lo debieron dar cuando acabó sexto de primaria por sus altas capacidades. Manda glándulas genitales.

Pues sí, la esposa del presidente nacional solo posee estudios de Mercadotecnia cursados en una Escuela Superior de Marketing y Negocios. En Madrid. Por ello, esos títulos de Dirección de Empresas y Administración de Negocios de Begoña Gómez no sirven para nada. Papel mojado. O tissue (el de limpiarse el culo, para entendernos). Los que poseen validez son los de don Manuel Domínguez, que los pidió directamente a la Universidad de Wyoming y se los remitieron contra-reembolso. Así él es licenciado en Dirección y Administración de empresas en la especialidad de Marketing, pero en una Escuela Superior de Management. Por supuesto que el título que certifica los estudios del señor vicepresidente lleva adheridos sellos y pólizas que avalan y constatan una credencial (que me gustaría ver)  de superior categoría en toda regla. Papel del bueno. Mínimo cuché o estucado, cuando no satinado.

Así es, satinado (satinar: rabiar) me pongo cuando observo, leo y constato. Y como conozco a convecinos, cobijados, como yo, a la sombra del Macizo de Tigaiga, que se lanzan al ejercicio del y tú más sin adoptar las debidas precauciones y colocarse un buen casco, me da un noséqué cruzarme con eminencias tales.

El colmo es leer cómo se justifica desde sectores populares el odio de Vox hacia los que con desprecio y mala bilis llaman menas, recurriendo nada más y nada menos que a la ley del aborto. Alegando que están en contra con unas interpretaciones surrealistas. Tanto como presumir de familiares, cercanos, hogareños y católicos practicantes. Hipocresía a la enésima. ¿Cómo se atreven a mentar –que se les llena la boca de bichos– las leyes del matrimonio igualitario, divorcio o esta misma del aborto, señores del PP? Cállense, que están más guapos. Falsos, cínicos y, al tiempo, aprovechados. ¿O no? ¿Pongo ejemplos no muy lejanos?

Y cuando hablen de titulaciones, no repitan las consignas isabelinas como cacatúas que no saben lo que dicen y cerciórense primero de las más cercanas. Incluyan a los que asesoran. Como las secretarias particulares o de gabinete. ¿De qué? Menos mal que nos quedan los dominios de lenguas extranjeras. Ya tuvimos la oportunidad de ver a un Rajoy arrinconado, una Botella tomándose un café con leche y un Aznar con las patas sobre la mesa. Nos falta Feijóo. Lo malo es que no le queda tiempo para practicar porque se le va en esquivar dardos envenenados.

Ante tanto nivel, me rindo. Me iré para La Gomera y me cobijaré en cualquier rincón de El Cedro. Al menos sé por dónde respira Casimiro. Qué remedio. Nadie es profeta en su tierra. Salvo que seas muy popular merced a los plácemes de los correveidiles.

Hoy me operan del ojo derecho. Vaya casualidad. Me extendí algo en este por si descanso el viernes. De ser ello así, no se preocupen. Lumbreras en las redes sociales que suplan a este mago de La Gorvorana, a porrillo. Cuyo primer título lo adquirió bajando aceite para los motores de Gordejuela. De escalones me van a hablar a mí. Luego ascendió y cada verano, como premio por haber aprobado el curso en el Colegio San Agustín, a trabajar en la platanera. La de mi padre, claro. Herencia de mi abuelo Antonio, el primer Marqués de La Florida (la del puchero). Mecachis en la mar.

¡Ay!, licenciados y doctores. Mentores en su mayoría.

3 comentarios:

  1. DESEO, UNA VEZ MÁS, QUE SALGA BIEN ESA CIRUGÍA OCULAR Y UNA PRONTA RECUPERACIÓN.
    MUCHA SUERTE.

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  2. Deseo que la cirugía salga perfecta y que tengas una pronta recuperación.

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  3. Gracias, Santiago. Empezamos a hacer pinitos delante del ordenador. Algo turbio aún por la dilatación de la pupila, pero con pantalla grande vamos escapando.

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