Manifiesto abiertamente que mi confianza en la justicia se
halla bajo mínimos. El proceder (político, sin recato alguno) de muchos
magistrados está poniendo a los pies de los caballos uno de los poderes del
Estado. Ejemplos para dar y tomar. No obstante, habrá que confiar en que la
cordura acabe por imponerse. Y que los cauces de la normalidad vuelvan a ser tónica
dominante. Aun así, aunque invadido por el escepticismo, tolerancia cero con
las malas prácticas políticas. De un extremo a otro, me da lo mismo. Desde el
fiscal general al último mono. Pero no olvidemos –y lo hacemos con frecuencia–
que todo país democrático toma como base en su ordenamiento jurídico el
principio de presunción de inocencia. Durante todas las fases del proceso por
que atraviese el investigado y deberá ser la parte acusadora la que tiene la
responsabilidad de presentar la carga probatoria suficiente para la condena.
Pero el variopinto panorama no invita al optimismo. El juez
Eloy Velasco se suma a las representaciones teatrales de su colega Peinado y
carga contra Irene Montero y la tilda de analfabeta, amén de calificarla como
la cajera de Mercadona. Por lo visto hay que estudiar Derecho para tener el
ídem de expresar libremente ideas y opiniones. Y enfundarse una toga para
disertaciones de cualquier porte. Esas salidas de tono en plan bravucón y
superdotado las conocemos en Canarias como pollabobadas de pijos. Respeto, sí;
sumisión, no. Que no son ustedes, señorías, una casta superior, intocable y
sagrada. Golfos, en todos lados.
Juan Lobato sigue los pasos de Tomás Gómez. Lo del PSOE
madrileño es asunto de tesis doctoral. Menuda jaula de grillos. Y Ayuso, p´alante.
En las próximas elecciones autonómicas obtendrá más diputados que asientos
existen en la Asamblea.
Feijóo asistió al congreso de UGT y salió trasquilado por
Yolanda Díaz: ¿van a hacer lo mismo con
la reducción de la jornada que con la reforma laboral? Y con la misma se
ausentó el gallego porque tenía que hablar con el subordinado de Canarias a
cuenta del realojo de los negritos. Quien le había puesto en conocimiento que
la carta que Ángel Víctor envió a una tal Ursula von der Leyen era ridícula y
vergonzosa. Búscate una excusa y alargamos esto hasta que algún magistrado… No
sigas, insensato, que los pinchazos telefónicos…
MD: “El PP va a estar a la altura que se merecen los
canarios y españoles y personalmente voy a poner toda la carne (¿de conejo?) en
el asador para hacer ver que Canarias necesita ayuda”. Una reconfirmación de
“me cueste lo que me cueste”. ¿A quién tomas por idiota, Manolillo? ¿A la clase
media trabajadora? Seguro que dejas fuera a los votantes de lo que Luis María
Ansón llama centro-derecha, conglomerado en el que incluye a VOX. Ver para
creer. Claro, los medios de desinformación.
Estoy harto. Y cometo cada día el pecado de ver (y escuchar)
unos cuantos telediarios. Y se parecen cada vez más a pasarte dos horas ante el
Canal 24 Horas. Cogen una matraquilla y repiten hasta la saciedad. Y se han
acostumbrado –peligrosamente– a dar visiones de un solo lado del hecho
informativo. El contraste, amén de lo de beber en todas las fuentes, brilla por
su ausencia. O se lo pasan por el arco del triunfo. Solo les falta el aderezo
musical con Tambor de sequías, ese maravilloso poema de Pedro García Cabrera, al
que Los Sabandeños elevaron como un nuevo himno gomero. Y que sirvió de
premonición para que los Chorros de Epina se secaran del todo.
En fin, ante la avalancha de denuncias, ¿quién resarce el
honor y la dignidad de los falsamente acusados? Porque me temo que va a haber
unos buenos cuantos. ¿Y quién sanciona a los jueces inquisidores? Porque me temo, de nuevo, que existen otros buenos cuantos.
No obstante, caiga quien caiga. Derechosos, izquierdosos y
los que van por el centro de la carretera.
Hasta el jueves, que no hago puente. Eso es para los
maestros de escuela.
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