Te confieso un secreto. Hace unos días cumplí años. Y me
negué a las fotos de rigor. Tampoco nada de mensajes de WhatsApp. No quiero que
me feliciten por si buscan un trasfondo en el texto. Puede que haya algún juez
sin nada que hacer y busque cualquier relación con Aldama, Koldo o Begoña. Así
que llevo una temporada con el móvil apagado. Con lo tranquilo que yo vivía sin
él, quién me habrá mandado a cambiar de opinión y entrar por el aro. Cuando
salgo a caminar, no me cruzo con nadie. Por si acaso. Voy zigzagueando que
parezco borracho perdido o alcohólico conocido. Aunque estoy pensando quedarme
encerrado en casa. Tengo miedo a tropezarme con MAR, el que califica a Sánchez de
corrupto y dictador. Así, sin más. Sin anestesia. Y cuídate, Teresa Ribera,
flamante comisaria europea, porque ya el PP español (no el europeo que te
nombró) adelantó que tendrás que ir a declarar por corrupción. ¿Aviso a
navegantes? Y como el gallego ya ha comenzado a hablar catalán en la intimidad…
Estoy de los nervios. Porque en esta permanente disputa por comprobar quién los
tiene más grandes (los exabruptos), las salpicaduras de los efectos colaterales
pueden causar estragos.
La Consejería de Educación ha presentado su plan de
infraestructuras (2024-2035) con una dotación económica de 235 millones de
euros. Son once años. Mucho tiempo. Y como todo sube. En suma, una poquedad.
Porque Casimiro –que seguirá ahí como el dinosaurio de Monterroso– los tiene
más grandes. Sus presupuestos superan esas nimiedades. Y no los suyos propios
del cabildo gomero, sino los que ordeña de la teta autonómica. Ahora mismo,
aparte de la nueva vía de acceso al hospital, y que ya te he comentado en
anteriores entregas (unos treinta millones, grosso modo), se halla embarcado en
otro proyecto (solo 18 millones) para enlazar La Lomada (La Gallarda) con la
zona de El Clavo y la playa de Avalos. Así los gomeros, ya que el centro de
talasoterapia de Hermigua resultó un fiasco, tendrán la oportunidad de ir al
spa del Hotel Bancal, donde, a buen seguro, disfrutarán de suculentos descuentos
–si no es gratuito, como los entierros– ya que esa importante cantidad no viene
a solucionar nada. No se justifica tal inversión, salvo que los clientes del
hotel lleguen a su destino dos minutos antes. Bueno, quizás puedan beneficiarse
igualmente los pobres animales que llevan al matadero insular y les acortan el
sufrimiento unos 60 segundos. O lo mismo, vaya usted a saber, se tiene previsto
urbanizar Avalos, para luego, desde ahí, excavar un túnel hasta Puntallana y
evitar los desprendimientos de la pista existente, no sea que le caiga una
piedra a Curbelo en uno de sus paseos y se corte la lluvia de millones. Porque
no atisbo heredero o heredera que los tenga…
Volveré el martes y despediremos 2024. Pienso hacer una fiesta en casa y el grupo de gobierno del ayuntamiento de mi pueblo –en peso, con asesores y cargos de confianza– ha confirmado su presencia. Pero no haremos fotos ni vídeos. Por si acaso. Eso sí, fuegos artificiales a destajo.
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