8 de mayo de 2025

De próstatas y jardines

Como pasé por la experiencia –por el calvario, mejor– cada vez que escucho o leo la expresión de marras, siento escalofríos por todo el cuerpo. Y ojalá que quien la use, no se tropiece jamás con la tesitura de los que algún día nos quedamos trancados.

Martes, 06-05-25

A quien usa la expresión / de mear y no echar gota, / le deseo, y no es chacota, / un prostático trancón. / Porque no es un vacilón / jugar con tema tan serio / y aquí estoy de magisterio / demandando sensatez, / porque somos más de diez / los que hablamos con criterio.

No es que gran cosa sepamos, / aunque tras quedar trancados, / pasando tiempo sondados, / las expresiones cuidamos. / Y de los nervios quedamos / cuando nos viene el recuerdo; / te aseguro que no muerdo / en mi caso bien concreto, / pero quedo en un aprieto / y hasta el don de gente pierdo.

Te quisiera recordar / que es algo desagradable / vivir pendiente de un cable / cuando tengas que evacuar. / Me gustaría pensar / que se hace sin maldad, / pero ya con cierta edad / ves los temas con sosiego, / sin esperar a que luego / nos hablen de calidad.

El pasar por dicho trance / con una impotencia atroz, / es como darte una coz / que en ciertas partes te alcance. / Se hace difícil el lance / de hacer fuerzas sin poder / y en la vejiga tener / depósito a reventar, / pues se llega a acumular / más de un litro y… ¡padecer!

Cuando introducen la sonda / y encuentra vía la orina: / ¡uf, qué alivio, cosa fina, / qué meada más redonda! / Una experiencia tan honda / merece el mayor respeto, / por ello yo pongo el veto / a esa frase recurrente / con que se expresa la gente / sin pensar, así interpreto.

Miércoles, 07-05-25

Hace tiempo que sembré / un cafetal en maceta / y bella flor muy coqueta / esta mañana observé. / Una taza de café / para siempre me aseguro / y para el tueste, te juro, / el material ya he comprado, / que lo tengo preparado / para el próximo futuro.

Con pipas de calabaza, / aunque aún no han germinado, / pienso montar un tinglado / pa´ venderlas en la plaza. / Y si el ayún me rechaza / la licencia pertinente, / cogeré esa masa ingente / de bayas esplendorosas / para exponerlas lustrosas / a todo bicho viviente.

Las calas no venderé, / pues orejas ya hay bastantes / de burro, con sus desplantes / sino de adorno usaré. / Con dalias combinaré, / amén de camelias varias, / pero serán las notarias, / de este congreso floral, / las hortensias sin igual / de nuestras Islas Canarias.

Ya saben que el jubilado / suele tener un terreno / donde se pone moreno / si el tiempo está soleado. / Como yo nací cansado, / no tengo necesidad / de sufrir esa ansiedad / sembrando papas bonitas, / por lo tanto, unas floritas / por mera curiosidad.

Macetas en la azotea / y huertos en Las Abiertas, / expectativas cubiertas / con suficiente tarea. / Cada uno el tiempo emplea / en lo que crea oportuno, / si no gusta el higo tuno / puedes un kaki comerte, / lo importante es no perderte / en un trámite bajuno.

A modo de conclusión:

Que sigamos echando gotas –mejor, chorros– y que sigan cayendo (las de la naturaleza) en los terrenos de secano. Al menos hasta que los organismos oficiales posibiliten el riego ampliando la red existente hasta los lugares y huertas que aún deben mirar a lo alto por si la nube generosa no se ha trancado y puede mear libremente. Que así sea.

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