24 de mayo de 2025

Fuerte falta de respeto

Algo, o mucho, habrá que trasplantar en esta sociedad. Y el periodismo no es ajeno a semejante necesidad. Como realejero –y a mucha honra– me sentí ofendido con otro lance de nuestra queridísima televisión canaria.

Jueves, 22-05-25

No hay mal que cien años dure / ni cuerpo que lo resista, / eso que salta a la vista, / ya no hay quien lo asegure. / Porque puede que se cure / por avances de la ciencia / o se tenga la evidencia / de que vivamos más años / y unos cuantos apaños / prolonguen nuestra presencia.

Dentro de poco tendremos / de recambios una tienda / para ir pagando a Hacienda / los años que viviremos. / Y si jodidos nos vemos, / compramos un aparato / con que darle cuerda un rato / a todo este cuerpo humano / y seguir pa´lante ufano… / ¡como las vidas de un gato!

Interesante sería, / para que puedan pensar, / el hecho de trasplantar / alguna testa vacía. / Y lo mismo se cogía / la de cualquier concejal / –la que razone fatal– / haciéndole una permuta, / por ver si el “hijo de fruta” / deja de ser carcamal.

Yo me encuentro entusiasmado / pues quiero cambiar de cara, / porque esta no me ampara / cuando me pongo de lado. / Quiero subir al estrado / y parecerme a un edil, / para de frente y perfil / dar la talla conveniente, / así, engañando a la gente, / mi crédito sube mil.

Aprovechen los avances / y no se queden detrás, / presume por donde vas / que la vida brinda lances. / Aquello que tú no alcances, / será culpa del injerto, / pero mejor que estar muerto / o hecho muy fuerte asquito; / al trasplante yo te invito / para llegar a buen puerto.

Viernes, 23-05-25

El catorce de este mes / vergüenza volví a sentir, / cuando tuve que sufrir / del periodismo un revés. / En la Canaria otra vez / se puso de manifiesto / que muchos usan el puesto / para ser protagonista, / obviando a todo un artista / con un feísimo gesto.

Porque lleva Nicolás / muchos años en la banda / y su labor la que manda / si a reconocerlo vas. / Tú, ¿periodista?, no estás / protagonizando nada, / no dejes en la estacada / al hombre con su instrumento, / sin dejarle ni un momento / que se luzca en “su” jornada.

El zanjar el reportaje / para contar boberías, / demuestra las miopías / que cercenan el mensaje. / Siento un enorme coraje / al ver que no se respeta / la que debe ser la meta / de todo un ¿profesional?; / ese modo no es aval: / lo primordial se concreta.

Ese afán de echarse flores / del que esta tele adolece, / con humildad nos parece / dejación de sus labores. / Ustedes no son actores / del evento informativo, / son el sujeto pasivo / en medio de los agentes / que merecen los presentes / por elogioso motivo.

El reportaje en cuestión, / que pudo haber acabado / con toque proporcionado: / concluyó sin ton ni son. / Es falta de educación / hacia aquel que fue el objeto / del homenaje secreto / al dejarlo el ¿periodista?, /  porque tenía a la vista / un banquete bien completo.*

Tanto tiempo denunciando / este horroroso quehacer, / solo me ha hecho perder / la paciencia desbarrando. / Porque se viene observando / que el enfermo no mejora / y se sigue cada hora / enterrando al periodismo / en un muy profundo abismo / con tan peligrosa escora.

*Probar una ropa vieja.

A modo de conclusión:

No se merecía Nicolás, en manera alguna, este desenlace del reportaje (sorpresa) que sus compañeros de la banda le brindaron por esa dilatadísima permanencia en La Filarmónica. Y como me molestó enormemente, lo escribo. Para que quede constancia. No demando que estén de acuerdo con mis apreciaciones, pero en esta sociedad acomodaticia es bueno rebelarse de vez en cuando. Aunque, quizás, solo valga como desahogo. Porque lo de Televisión Canaria bien merece una tesis doctoral. Y en dos días, más.

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