Jueves, 22-05-25
No hay mal que cien años dure / ni cuerpo que lo resista, /
eso que salta a la vista, / ya no hay quien lo asegure. / Porque puede que se
cure / por avances de la ciencia / o se tenga la evidencia / de que vivamos más
años / y unos cuantos apaños / prolonguen nuestra presencia.
Dentro de poco tendremos / de recambios una tienda / para ir
pagando a Hacienda / los años que viviremos. / Y si jodidos nos vemos, /
compramos un aparato / con que darle cuerda un rato / a todo este cuerpo humano
/ y seguir pa´lante ufano… / ¡como las vidas de un gato!
Interesante sería, / para que puedan pensar, / el hecho de
trasplantar / alguna testa vacía. / Y lo mismo se cogía / la de cualquier
concejal / –la que razone fatal– / haciéndole una permuta, / por ver si el
“hijo de fruta” / deja de ser carcamal.
Yo me encuentro entusiasmado / pues quiero cambiar de cara,
/ porque esta no me ampara / cuando me pongo de lado. / Quiero subir al estrado
/ y parecerme a un edil, / para de frente y perfil / dar la talla conveniente,
/ así, engañando a la gente, / mi crédito sube mil.
Aprovechen los avances / y no se queden detrás, / presume
por donde vas / que la vida brinda lances. / Aquello que tú no alcances, / será
culpa del injerto, / pero mejor que estar muerto / o hecho muy fuerte asquito;
/ al trasplante yo te invito / para llegar a buen puerto.
Viernes, 23-05-25
El catorce de este mes / vergüenza volví a sentir, / cuando
tuve que sufrir / del periodismo un revés. / En la Canaria otra vez / se puso
de manifiesto / que muchos usan el puesto / para ser protagonista, / obviando a
todo un artista / con un feísimo gesto.
Porque lleva Nicolás / muchos años en la banda / y su labor
la que manda / si a reconocerlo vas. / Tú, ¿periodista?, no estás /
protagonizando nada, / no dejes en la estacada / al hombre con su instrumento,
/ sin dejarle ni un momento / que se luzca en “su” jornada.
El zanjar el reportaje / para contar boberías, / demuestra
las miopías / que cercenan el mensaje. / Siento un enorme coraje / al ver que
no se respeta / la que debe ser la meta / de todo un ¿profesional?; / ese modo
no es aval: / lo primordial se concreta.
Ese afán de echarse flores / del que esta tele adolece, /
con humildad nos parece / dejación de sus labores. / Ustedes no son actores /
del evento informativo, / son el sujeto pasivo / en medio de los agentes / que
merecen los presentes / por elogioso motivo.
El reportaje en cuestión, / que pudo haber acabado / con
toque proporcionado: / concluyó sin ton ni son. / Es falta de educación / hacia
aquel que fue el objeto / del homenaje secreto / al dejarlo el ¿periodista?,
/ porque tenía a la vista / un banquete
bien completo.*
Tanto tiempo denunciando / este horroroso quehacer, / solo
me ha hecho perder / la paciencia desbarrando. / Porque se viene observando /
que el enfermo no mejora / y se sigue cada hora / enterrando al periodismo / en
un muy profundo abismo / con tan peligrosa escora.
*Probar una ropa vieja.
A modo de conclusión:
No se merecía Nicolás, en manera alguna, este desenlace del
reportaje (sorpresa) que sus compañeros de la banda le brindaron por esa
dilatadísima permanencia en La Filarmónica. Y como me molestó enormemente, lo
escribo. Para que quede constancia. No demando que estén de acuerdo con mis
apreciaciones, pero en esta sociedad acomodaticia es bueno rebelarse de vez en
cuando. Aunque, quizás, solo valga como desahogo. Porque lo de Televisión
Canaria bien merece una tesis doctoral. Y en dos días, más.
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