Lunes, 12-mayo-2025
Han dejado ya de ser / de nuestro pueblo las fiestas, /
ahora cantan las gestas / de quienes, al parecer, / no solo, ostentan poder, /
sino que viven de fotos, / y nosotros, sus devotos, / los debemos adorar; /
por ellos toca rezar, / pues serán nuestros pilotos.
Nos manejan a su antojo, / pero somos muy felices: / ¿quién
se come las perdices / aderezadas con mojo? / Y si le pones cerrojo / a dicha
parafernalia, / llegará la represalia / de sector tan moderado, / que quiere
verte exiliado / con canguros en Australia.
Es el propio ayuntamiento / el que organiza y dirige / y,
por lo tanto, quien rige / el programa en su momento. / Que supondrá el
lucimiento / de todos los gobernantes, / que mostrarán bien tunantes / palmito y
porte orgulloso… / es el aspecto tramposo / de los desfiles triunfantes.
Lo que eran regocijos / en general populares, / se olvidó
por estos lares / por mor de unos tíos pijos. / Se imponen los ritos fijos /
para que luzcan algunos / su pavoneo bien tunos; / incluso el santo en cuestión
/ debe prestar atención / a los festivos tribunos.
Mejor harían los curas / en subir a los altares / a estos
nuevos ejemplares / adalides de conjuras. / Extienden a sus anchuras / un
auténtico montaje, / donde siempre tiene encaje / el despliegue más obsceno /
al que nadie pone freno: / falta en el pueblo coraje.
Martes, 13-mayo-2025
Cuando pintan mal las cosas: / “competencias no tenemos”, /
mas cuando al alcalde vemos / echándose encima rosas / con frases empalagosas /
por haberse reducido / el paro, cuando el partido / que en nuestro pueblo
gobierna / le pegó un tiro en la pierna / al que ahora es bendecido.
Hasta aquel que uno creía / un poquito diferente, / se
muestra tan anuente / como quien se nos perdía. / Y ambos siguen todavía /
cumpliendo las instrucciones, / esgrimiendo sin razones / lecciones del bien
quedar / y el ridículo rozar / con tantas contradicciones.
Ni el más mínimo recato / en decir que no a todo / ─porque a Sánchez yo lo jodo─ / para luego, en un rato, / se da un
cambio en el relato / y se apropian sin rubor / de aquello que con dolor / pudo
salir adelante, / demostrando qué semblante / se gasta tal urdidor.
Pero cuentan la
aquiescencia / de diez mil encandilados, / que se mueven embobados / pues perdieron
la conciencia. / Debemos tener paciencia / ya que han de despertar / y se
requiere ayudar / a quien no da más de sí, / porque a mi edad ya viví / más de
un hecho similar.
Cuando la gente
se dé / cuenta del vil engaño / ─con trapicheo y amaño─ / ilusionado veré /
cómo aquello que pensé, / tras bastante meditar: / el que se vaya a votar / con
la cabeza bien fría, / pues no es una bobería
/ la labor de gobernar.
Este vacío
existente / ya debe tener final, / que no puede ser normal / el escenario
presente. / En que exista tanta gente / con escasez de neuronas, / no se debe a
las hormonas / sino al lavado del coco, / lo que provoca un sofoco / que
escasean las tumbonas.
A modo de conclusión:
Cada vez estoy más convencido: nos toman por idiotas. Y
creen que es así. Sin más. Aunque lo malo es que, a mayores posibilidades de
acceso a la formación, se nos está poniendo cara de eso… de imbéciles.
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