Qué
esperpento, señora consejera del ramo. ¿Recuerda lo de aunque cueste cien veces
más? Ahora, cuando anuncia –sin ponerse colorada– que la unidad de Cirugía
Infantil del Hospital Insular de las Palmas no va a cerrar, lo remata con otras
guindas: si hay que llevar los niños a Barcelona, si hay que quitar o traer a
un cirujano… Usted no tiene un mínimo de vergüenza. Porque si la tuviera ya
tendría la cara a ras del suelo; caída, vamos, para que me entienda. Y el
gobierno de estas ínsulas cada vez más baratarias, ni siquiera saca a ese
portento de portavoz para intentar colarnos otra de las suyas, aunque sea para
disimular un fisco (o pizco, para acompañar las penas con un ronito).
Leí en un
periódico, con motivo de su nombramiento, que en 1999, aquella joven profesional se desplazó hasta Francia y allí
ayudó a organizar mejor el servicio de urgencias y formó a un grupo de
profesionales. Pues qué quiere que le diga, menos lo entiendo, pues no ha
sido usted un dechado de virtudes en sus últimas declaraciones e intervenciones
parlamentarias. Y si lo que predomina –también venía en la misma reseña– es su
perfil técnico, a seguir los doctos consejos del refranero español: zapatero a
tus zapatos. No le discuto sus valías, pero un servidor está cansado de tanta
ineptitud política. Que comienza por el que ahora mismo se halla al frente del
ejecutivo –cargo que cada vez le queda más ancho y alto– y concluye en los
sostenes socialistas (estacones, utilizando un
vocablo platanero).
Sí, también
se están luciendo estos últimos mencionados. Fíjense en estos dos titulares de
ayer mismo. El primero hace alusión al intento (fallido) de remediar, a nivel
nacional, el controvertido asunto de los desahucios. El segundo guarda relación
con nuestra comunidad autónoma. Estos son: El
PP acusa al PSOE de tener vértigo al acuerdo sobre desahucios; CC se impone al PSC y no habrá subida de
impuestos.
La impresión
que yo colijo es que el partido popular –aprovechando la ceremonia de la
confusión y tomándole el pelo (es un decir) a Rubalcaba en un ejercicio de
cinismo absoluto– adelanta a los socialistas por la izquierda, pretendiendo
abarcar el amplio espacio que las desangeladas y abatidas huestes
seudoizquierdosas han dejado para pastos de nuevos ganados.
Y la segunda,
la canaria, es para estallarse de risa. ¿Cómo se tragan los consejeros José
Miguel Pérez, Francisco Hernández Spínola y Margarita Ramos que sea Coalición
Canaria la que señale que subir impuestos no casa con el discurso que ambas
fuerzas sostienen en Madrid? No, al final resulta que no nos va a quedar el
consuelo de conformarnos con una socialdemocracia adulterada. Se suben al carro
de los despropósitos y se les cae el carné en la papelera del cuarto de baño.
Menos mal que se han plastificado.
De ahí el
titular, nos va a dar el yeyo (que no Abreu). Y ya no estamos en edad de ser
atendidos en el Materno. Aunque cuando se entere doña Brígida de quién es el
afectado –en el imaginario supuesto de que sea un servidor–, se retractará –no
le va a costar demasiado– de cueste lo que cueste, y me mandará a echarme un
queso de flor en Montaña Alta de su Guía natal de Gran Canaria.
Otras dos
pinceladas apenas. El Cabildo herreño demanda que se acometa ya el falso
túnel a la salida de Los Roquillos por
la boca de La Frontera. Zona
que ha causado más de un disgusto en las épocas de lluvias intensas, como las
que cogió el que suscribe unas semanas atrás. Menos mal que allí estaba la Guardia Civil para escoltarme.
Chacho, yo más currito que el carajo.
Me han
soplado, desde visitas anteriores, que en el proyecto original esa medida
estaba contemplada y que el dinero pudo haber sido desviado para otra isla
porque el consejero en aquel entonces de las obras no privadas era de allí.
¿Estarían construyendo algún puente en esa época? Por eso cuando escucho la
palabreja politicastro, ya no me
asusto. Y ahí siguen, tú. Cuarenta años en la fácil cosa pública. Y los
escuchas hablar y te da la impresión de que no han roto un plato. Mándense una
quesadilla.
La otra:
Pedro e Iniesta brillan en el amistoso ante Panamá. Con semejantes petardos
brillo hasta yo con mis más de sesenta tacos. Chiquito gasto para semejante
beneficio. ¿A cuánto ascendió el importe de la factura, señor Villar? ¿Usted
debe ser del PP, no? Como la
Botella (la alcaldesa). Y yo debo trabajar y no manifestarme.
Y sufrir los recortes. Y si no me interesa, como sostiene mi amigo Pancho, a la
calle sin derecho a cantar pío porque el despido siempre será procedente.
Mientras, a pagar los viajes futboleros, los billetes en primera clase de sus señorías,
y me cago… en la mierda del perro cuyo dueño dejó el regalo en la acera por la
que suelo transitar.
Perdón por el
final tan escatológico, pero creo tener la obligación de seguir revelando mis
opiniones. He notado un ligero descontento en mis seguidores políticos. No
responden a mis amables requerimientos. Sostienen que bastante sacrificio
tienen con ir a cobrar a final de mes (ya por el 25 con la nómina ingresada).
En contadas ocasiones pienso si merece la pena dedicar tanto tiempo en la
pretensión de que los comentarios sean bien fundados y, a ser posible, mejor
redactados. Menos mal que se me pasa enseguida. Con descansar el fin de semana,
va que chuta (como Ibrahimovic).
Lo dicho,
pues, feliz fin de semana. Vayan viendo las fotos de El Hierro. Y peguen un
salto cuando puedan. Aprovechen la paga navideña (no, coño, suelta, que me
asfixias; ¿tú no aguantas una broma?; chacho, pareces un político).
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