Ayer tarde
estuve en La Dehesa. O
Las Dehesas. En un entierro. Y, entre las conversas habidas, el recuerdo de un
libro publicado con motivo del 75º aniversario del casino del barrio, la Sociedad Valle de Taoro. De
cuya edición no menciono las vicisitudes sufridas para no llorar nuevamente. Y
que es la única portuense que desde 1922 permanece con las puertas abiertas. Me
apetece recuperar unos pasajes:
“Fue en la Junta General de 15
de enero de 1972, cuando se adopta el acuerdo de celebrar este magno acontecimiento.
Para ello se establece una derrama especial de 100 ptas., cada tres meses, pero
con carácter voluntario.
Dada lo
importancia del evento, transcribimos, íntegramente, el acta de la reunión de
Junta Directiva:
En Las
Dehesas, del Puerto de la Cruz,
a 8 de abril de 1972, siendo las veintiuna horas de la noche, se reunieron en
esta Sociedad, bajo la presidencia de D. Manuel Delgado Ramón, los directivos
que al margen se relacionan (se obvian por razones de espacio), debidamente
convocados;
También asisten,
el Iltmo. Sr. Alcalde, D. Felipe Machado González de Chávez; el Excmo. Sr.
Presidente de la
Mancomunidad del Valle de la Orotava, D. Isidoro Luz
Cárpenter; los concejales de la
Corporación, D. Antonio Castro García, D. Pedro González de
Chaves y Rojas, D. Marcos Brito Gutiérrez, D. Melchor Hernández Perdigón, D.
José García Guillén, D. José Antonio Lubary Curbelo, D. Matías Hernández García
y D. Carlos Acevedo Estévez. Excusaron su ausencia los señores concejales, D.
Antonio León González (por luto) y D. Pedro Rodríguez Mesa (por enfermedad).
Asiste
también el párroco de la
Parroquia de San Pablo, D. Pedro González Mesa, así como
varios socios fundadores, socios en general, acompañados de sus distinguidas
esposas, amigos y un grupo de señoritas de este barrio, con el fin de celebrar
Junta Directiva, de acuerdo con los puntos de la convocatoria que seguidamente
se enumeran:
1.- Se dio
lectura al acta de la sesión anterior, que fue aprobada por unanimidad.
2.-
Celebración de los actos de motivo de las Bodas de Oro de la fundación de la Sociedad.
Tomó la
palabra el Sr. Presidente, quien declaró inaugurados los actos con motivo de
las referidas Bodas de Oro, dando seguidamente la bienvenida a todos los
asistentes.
Asimismo tomó
la palabra el Sr. Teniente de Alcalde por el Tercer Distrito, D. Marcos Brito
Gutiérrez, quien pasó a dar lectura al acta de fundación de esta Sociedad, la
cual fue oída por todos los presentes en el más estricto silencio. También
manifestó el Sr. Brito Gutiérrez la labor desarrollada por el Excmo.
Ayuntamiento para con el barrio, al dotarle de agua y luz, así como la
reparación del local social.
Seguidamente
tomó la palabra el Iltmo. Sr. Alcalde, quien dio las gracias por habérsele
invitado al acto, el cual resaltó como modelo de organización, invitando a los
señores directivos y socios a exponerle sus problemas, los cuales serán siempre
oídos para buscarles una solución satisfactoria.
Asimismo, dio
cuenta hacerse cargo de las facturas que se deben a D. Tomás Reyes Díaz, tres
en total: 17.406,55, 7.863,00 y 2.925,20 ptas., así como la donación de un
tresillo por valor de 8.341 ptas., lo que hacen un total de 36.535,75 ptas.
A
continuación se ofreció una cena a todos los asistentes, que fue del agrado de
todos, y, seguidamente, se celebró un animado baile, hasta la madrugada,
amenizando el referido baile el Grupo ‘Los Espaciales’, cedidos, gratuitamente,
por el Hotel Miramar.
Y no habiendo
más asuntos que tratar, se da por terminada la reunión a las 3 horas y veinte
minutos del día siguiente, de lo que yo, el Secretario, certifico.
Curiosa
manera de redactar el acta. Pudo haberse puesto punto final a la reunión tras
las palabras del alcalde y no al final del animado baile. Porque acabarla a las
tres y media de la mañana, no parece muy heterodoxo.
Carta de
Florencio Sosa
Para esta
ocasión se había invitado a D. Florencio Sosa, que residía en Sevilla, quien en
atenta carta, de fecha 4 de abril, se excusa por no poder asistir.
Es la emoción
contenida de alguien que sintió el Casino desde sus inicios. Y que los hados
del destino le hicieron acabar sus días muy lejos de La Dehesa. Así se
expresaba Florencio Sosa en 1972:
Estimado Sr.
y amigo:
Me es muy
grato acusarle recibo de la invitación que me ha enviado Vd. para los actos de
conmemoración de las BODAS DE ORO de esa para mí tan querida Sociedad.
Muy grandes
son los deseos de concurrir a esos actos en la noche del día 8 de abril y
pasarlo junto a vosotros. Pero no me es posible en esos días desplazarme a
Tenerife por motivo de mis ocupaciones. He de contentarme en hacer el viaje y
estar con vosotros en espíritu. Le ruego a Vd. y a todos los socios me
consideren presente en los actos, y acepten mi modesta ayuda económica para los
mismos.
A tal fin,
hoy mismo le envío por giro telegráfico 1.500 ptas., cantidad más pequeña que
la de mis deseos. No vean en ella el valor material, sino el cariño que siento
por esa vieja Sociedad; por mi barrio y mi pueblo; por mis paisanos y antiguos
vecinos.
¡50 años han
transcurrido ya desde aquellos días en que organizamos y dimos vida un puñado
pequeño de entusiastas deheseros, a la Sociedad VALLE DE TAORO (El
Casino de la Dehesa,
como le llamábamos)! Una montaña de
recuerdos guardo de los años vividos ahí en mi niñez y juventud. Mucho tiempo, como
Vds. saben, dediqué a ese Casino, y cuánto me alegra ver que sobrevive después
de tantos años y peripecias, siendo actualmente la única sociedad recreativa y
cultural que se mantiene en pie en nuestro PUERTO DE LA CRUZ.
Mis votos más
entusiastas porque sigáis todos los socios actuales manteniendo este Centro de
esparcimiento y cultura, orgullo de nuestro tan querido barrio, lugar de unión,
paz, pasatiempo y sana alegría para todos.
¡Viva la Sociedad VALLE DE TAORO!
Muchas
gracias Sr. Presidente y amigos todos por la invitación. Un cordial saludo a
todos los socios y a todo el barrio. Un recuerdo para los socios fallecidos.
Quedo a la disposición de todos y de ese viejo Casino tan querido para mí.
Le abraza con
todo afecto y consideración.
Podrá
observarse como, a pesar de tantos años de separación, seguía vivo el espíritu
desinteresado, de la colaboración económica para una noble causa. Florencio
Sosa lo definía como ‘Centro de esparcimiento y cultura, lugar de unión, paz,
pasatiempo y sana alegría’.
En pocas
décadas la sociedad –y con ella, la
Sociedad– ha realizado un giro radical sobre sus cimientos.
Las mentalidades han cambiado de manera sustancial. La apertura ha permitido
nuevas válvulas de escape y otro tipo de entretenimientos. Aun así, pasando por
graves crisis, por acusadas carencias, por directivos acomodaticios, por
posturas distantes de lo estatutariamente previsto, el Casino sigue abriendo
cada día. Y las gentes de La
Dehesa, y los que por allí pasan, lo observan. Y no es poco,
no”.
¿Saben el
porqué de esta remembranza? En los corrillos habidos en la pequeña plaza, como
en cualquier reunión que se precie, no quedaron los políticos muy bien parados.
Y si hasta aquí llegaste, lo que te agradezco infinitamente, puede que, al
igual que yo, te estés preguntando qué hace todavía Marcos Brito subido al
coche oficial. Incluso don Pedro, el cura, se retiró.
Hasta mañana.
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