Ayer, martes
y trece, me dediqué a husmear en periódicos de años muy idos. Tanto que
seleccioné estas pinceladas de hace un siglo, exactamente. Que fue miércoles,
por cierto.
Comenzamos
con un bando de Pancho Villa. Lo publicó La Opinión en su página 1:
“Desde
Méjico. Un bando de Villa. Pocos documentos como el siguiente bando, de Villa,
para juzgar de la situación por que atraviesa Méjico.
Ejército
constitucionalista. Cuerpo de ejército del Norte. Prevenciones á todos los
miembros del ejército constitucionalista, sin distinción de grado, que se
encuentren dentro de los límites del distrito federal de Méjico.
1. Queda
estrictamente prohibido á todo jefe, oficial é individuo de tropa allanar casas
en busca de automóviles, muebles, coches u objetos que pertenecen á los
habitantes del distrito federal.
2. Igualmente
se prohibe terminantemente á todo miembro del ejército constitucionalista, sea
cual fuere su grado, ocupar casas habitadas ó no habitadas, salvo el caso de
pagar la renta correspondiente y con consentimiento del dueño.
3. Se
previene á todo miembro del ejército constitucionalista, sin distinción de
grado, que queda prohibido todo género de escándalos, atropellos, abusos y manifestaciones
hostiles castigando al responsable ó responsables de ellos.
4. Queda
estrictamente prohibido á todo miembro del ejército constitucionalista, sin
distinción de grado, hacer préstamos forzosos ó exigir al comercio la entrega
de mercancías por vales personales, salvo el caso de llevar una orden explícita
del Cuartel General de las fuerzas á mi mando.
5. Se prohibe
á los individuos de tropa andar montados y usar sus armas dentro de los límites
del distrito federal, salvo el caso de encontrarse prestando servicio.
6. Se prohibe
estrictamente la venta de bebidas alcohólicas y fermentadas, de todo género,
dentro de los límites del distrito federal.
7. Toda queja
de los habitantes del distrito federal contra un miembro de las fuerzas á mi
mando debe ser presentada al Cuartel General, para su investigación. El que
contraviniere alguna de las anteriores prevenciones quedará á disposición del
Cuartel General y será castigado con la pena de muerte.
Campamento de
Huichapán, Noviembre 24 de 1914. El general en jefe, Francisco Villa”
Y en la misma
página, La Opinión copia (algo frecuente en la época) de Diario de Tenerife:
“Una cura
interesante (Del Diario de Tenerife).
Fué la
realizada ayer en el Hospital de niños por el Director del Establecimiento don
Diego Guigou, auxiliado por los señores Naveiras y del Río, en el niño de ocho
años José Benítez y Díaz, de Güimar.
El paciente
sufrió la caída de un burro el dia 1.° y lo trajeron al Hospitalito el día
nueve.
Por efecto de
la caída había sufrido una fractura estrellada del cráneo, con gran hundimiento
del hueso parietal y hemorragia sobre la cubierta del cerebro.
El señor
Guigou le hizo la trepanación en el centro de la fractura, para el levantamiento
de los fragmentos del hueso y extracción de los coágulos de sangre.
El niño
soportó bien la operación a pesar de la gran importancia y gravedad de ésta y
de la lesión.
Y en el mismo
periódico, pero en su página 2, este ‘estampido’:
“Volando. Un
aviador alemán que se presentó haciendo vuelos sobre Amiens, fué perseguido por
un aeroplano francés. Este logró vencer en la lucha. El aeroplano alemán se
vino a tierra y el piloto quedó estrellado”.
Vamos a El
Progreso, página 3:
“Sirvientas. Se
necesitan dos para una casa inglesa, una cocinera y una para dentro. Es preciso
que sepan su obligación.
Razón Marina
11 , entre nueve y doce de la mañana”.
Por último,
en Diario de Tenerife, página 2:
“Se nos pide
que llamemos la atención de quién corresponda, acerca de la necesidad de que se
coloque una lamparilla eléctrica en el antiguo callejón de la Recova, convertido
hoy y siempre, en letrina pública, ó de no conseguirse esto, procederá su
clausura por ser un inconveniente para la higiene pública”.
Las
ilustraciones también se corresponden a la citada fecha de 13 de enero de 1915.
La primera, de Diario de Las Palmas, página 3, y la segunda apareció en Gaceta
de Tenerife, página 3.
Sean felices
y nos volvemos a encontrar mañana.
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