Después de adoptar
la decisión de no presentarme a las próximas elecciones de mayo, para no
dispersar aún más la composición del ayuntamiento, tengo sobre la mesa la
primera oferta seria para ocupar unos de los limitadísimos cargos de confianza
con que contará la nueva corporación. Que según un sondeo hecho este pasado
domingo, a la prisa y corriendo, en el tramo final de la romería de Tigaiga
(que es cuando el personal entrevistado responde con más conocimiento de causa
por razones obvias), será un tanto peculiar. Y habrá que recurrir, como mínimo,
al pacto entre tres grupos políticos para conformar una mayoría de gobierno.
Estarás, ineluctablemente, deduciendo que el PP va a perder tres o cuatro
concejales, algo que no le preocupará demasiado a Manolo porque los garbanzos,
y resto de productos alimenticios, los tiene bien asegurados en el Cabildo o en
el Parlamento. Falta la decisión final de (in)cierto periodista, enemigo
acérrimo tiempo atrás de digitales y redes sociales, pero que ahora vaticina
que es un disgusto.
Pues sí, no
las tiene todas consigo el Partido Popular realejero. Las difidencias o
reconcomios suelen provocar malentendidos, cuando no escisiones. Y por muy
callado que se lo tengan, bastantes han sido las salidas de miembros de las
denominadas nuevas generaciones. Y algunos han recalado en Vecinos por Los
Realejos. Entre los que se encuentran varios exalumnos. Quien encabezará la
candidatura, incombustible líder (político) desde que transitaba las aulas del
IES en Primero de la ESO,
buen amigo e inminente Licenciado en Derecho, ha creído oportuno que puedo
servirle para, al menos, redactarle los discursos. Y con este tándem, estimado
alcalde, poco tienes que rascar. La experiencia, de un lado, y el empuje, de
otro, provocarán el cisma definitivo.
Hemos
realizado ya los primeros contactos y tanto PSC como IUC no han puesto muy mala
cara. Con Enrique falta otro empujón. Lo vemos algo indeciso. Es verdad que
cuando tuvimos la primera charla se hallaba en puertas de acudir al Taoro.
Donde debía aplaudir, a regañadientes, a Clavijo, por orden expresa de Linares,
otrora acérrimo riverista y hoy bailando el Tango de La Florida, que tan bien le
enseñara Eduardo en la Escuela
de Folclore de Higa (La
Perdoma).
No
descartamos un gobierno de concentración, para ver si de una vez sacamos al
pueblo del ostracismo al que nos tienen sometidos desde los organismos insular
y autonómico, tendencia generalizada con este Norte que pierde habitantes de
manera progresiva y que requiere de un impulso vitalista que lo ubique en lo
más alto de El Cabezón, para desde allí, con La Fortaleza como leitmotiv,
volvamos a iluminar los senderos del progreso y cargar de profundas dosis de
ilusión a los habitantes de la muy noble e histórica Villa de Viera. Chacho,
con este párrafo ya me gané el puesto.
Dispuesto
como estoy a semejante sacrificio, solo he puesto una condición (y enlazo con
lo manifestado renglones atrás): Dos serán los cargos de esta índole, no más. Y
con el alcalde, un reducido equipo de concejales con dedicación exclusiva:
tres. Como vamos con la frente bien alta y nada tenemos que ocultar, me
acompañará en estas lides de asesoría otro veterano, pero joven y fresco de
ideas: Juan Borges. A ver quién puede superar esta apuesta.
Escrito lo
cual, como hállome más desahogado, felicitar a doña Susana, presidenta andaluza,
por ese embarazo que muchas portadas ha ocupado. Tantas que Pedro anda medio
mosqueado por si no es otra jugada para restarle protagonismo en sus presencias
televisivas. Yo creo que no, pero de los periodistas se puede esperar cualquier
cosa. Oh, les pongo un ejemplo:
Un político
(el madrileño Barranco) se retira, como antes lo hizo Alfonso (Segura está al
caer), y se inicia un proceso de elucubraciones semejante al que se genera
cuando siguen aupados por los siglos de los siglos. Si lo sabré yo. Conozco
realejeros que pusieron a José Vicente como un zapato por permanecer cuatro
mandatos en el Consistorio, amén de otros dos en el Cabildo. Los mismos que me
llamaron gilipollas cuando cumplidos mis cuatro años reglamentarios retorné al
Colegio de La Longuera. Que
los compre quien los entienda.
Bueno, mañana
volvemos. Si la nieve nos deja. Ños, vaya manía con las imágenes. ¿Te has dado
cuenta de cómo colocan a la del micro? Le preguntaron a un viejito de un pueblo perdido entre las montañas
acerca del fenómeno meteorológico. Y el buen hombre le espetó (a la intrépida
reportera, claro) que si acaso esperaba que nevara en agosto.
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