Este pasado
jueves estuve un rato en el ensayo de la Parranda
La Tajea. El amigo Ángel Luis me había invitado para que
escuchara cómo había quedado el experimento de ponerle unas perras de música a
unas letras que un servidor escribió hace un tiempo y que tituló Por las bandas
del Sur. Quedé gratamente sorprendido. Mucho más cuando me dijeron que la iban
a estrenar en la grabación del programa Tenderete este pasado fin de semana en
San Lorenzo (Las Palmas de Gran Canaria). Esperaremos pacientemente la fecha de
emisión para comprobar el resultado. Es increíble lo que unas notas en un
pentagrama son capaces de enriquecer un texto malo. Porque conociendo al autor,
ya me dirán qué podemos esperar. ¡Ah!, y allí estaba asimismo el estimado Chema
Estévez, siempre con el bajo a cuestas, con quien tenemos una conversa
pendiente y al que me siento en la obligación de comprometer para que dé un
paso muy importante. Que no, no nos vamos a casar. Al menos por ahora.
El viernes,
mientras hacía tiempo (aunque sin horario, dispongo de bastantes más ratos que
antes) para acudir a La
Carrera (después te lo cuento), me entero de que 30 personalidades
habían firmado un manifiesto de apoyo a un incipiente partido político. Y
resulta que echando una visual, observo que se denominan como tal a escritores,
poetas, doctores universitarios, sindicalistas, directores de centros públicos…
Jolines, exclamé, si me diera por publicar mis memorias, lo mismo… ¿Lo cogiste?
Y la segunda:
Román Rodríguez se hincha de criticar a PP, PSOE y CC. Como persiste en su afán
recolector, tipo aspiradora, me gustaría trasladarle (ya saben, por si alguno
tiene la oportunidad de hacerle llegar mi parecer) este sano consejo: “Mano que
te da de comer no has de morder”.
En esa tarde
me fui hasta el Pabellón de Deportes. Que desde ya, y ahí tienes la foto que lo
confirma, llevará el nombre de un atleta excelente y de una persona superior. Fue
Basilio la primera persona a la que saludé antes de entrar al recinto. Y me
preguntó: ¿Vienes al acto? El resto de la parrafada es asunto de nosotros dos.
Luego, ya en
el interior, más de uno me inquirió algo parecido. ¿Por qué? Sencillo. Aquellos
que me conocen, muy pocos, saben cuál es mi opinión al respecto de poner
nombres de personas a calles, colegios, edificios y demás. Que no solo la digo,
sino que la escribo. Y a los artículos periodísticos (El Día, La Opinión, Diario de Avisos,
amén de una brevísima incursión en La
Gaceta de Canarias) me remito. Aparte de este más de millar y
medio de asomos en Pepillo y Juanillo.
Pero lo cortés
no quita lo valiente, que se esgrime. Cuando el ayuntamiento concluye un expediente,
con más de cuatro mil adhesiones, nada que objetar. Faltaría más. Y allí estuve
para reafirmar ese sagrado concepto de la amistad. Al margen de cualquier otro
tipo de consideración. Que reitero en este instante a través del vehículo que últimamente
me permite alongarme a la realidad social del municipio.
Uno aprovecha
estas ocasiones para charlar con mucha gente. Que no voy a enumerar, porque lo
mismo me tachan de petulante. Y menos mal que me debía ir para La Guancha a
otros compromisos familiares, que si no me dan las tantas.
Quizás la
mayor satisfacción que me llevé fue la de una señora que vino a peguntarme que
si había escrito un libro. Tuve que confesarle, muy a mi pesar, que son unos
cuantos. Pero ella hizo referencia a mi estimado y mejor considerado Pepillo y
Juanillo. Fue testigo directo del parloteo el apreciado convecino (que diría
Bruno en su blog) Miguel Agustín, candidato socialista a la alcaldía de Los Realejos.
Allí
estuvimos largo rato añorando vivencias de aquellos años en que éramos jóvenes,
chiquillos aún, y hacíamos ruindades en las enormes plataneras que en cualquier
lugar del Valle hallábamos. Menos mal que Juan Jesús de Francisco no estaba por
los alrededores, que si no inmortaliza con su nueva cámara la cara de regocijo
de los que rememorábamos viejas hazañas.
Me marché
satisfecho, que quieres que te diga. Con el pensamiento de que cualquier tiempo
pasado no fue mejor, pero que permanecen como hitos trascendentales en las
varias décadas de existencia. Y con la idea de plasmarlo por escrito. Es lo que
te traslado.
¿No vas a
publicar nada? Cuestión que siempre me recuerda Pedro Ángel. Pero eso quedará
para otro momento.
Nada más,
Felicidades, Basilio. A seguir en la brecha. Y cuídate, que resta mucho por
demostrar. Y si yo puedo ser testigo de tus éxitos, seguro que me pondré muy
contento. Porque un amigo nunca te dice lo que tú quieres escuchar, te dice la
verdad. Y con ella siempre voy por delante. Sin temor alguno porque los amigos
no se pierden. Y si crees haberlo perdido, seguro que no lo era.
Mañana, si
ustedes me dejan, más. Hasta entonces.
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