(La Región, 17 de febrero de 1915, página 3)
Cosas
del Carnaval
Aquí nos tienen ustedes, retrasados
en nuestra cotidiana salida por mor de estas Carnestolendas, que para
tranquilidad de algunos y bien de todos ha dado con sus huesos en el sarcófago de
los recuerdos.
El martes de Carnaval es de general
huelga.
Redactores, cajistas, maquinistas y
repartidores, en este día diabólico esfúmanse como por encantos y hasta el
conserje desapareció con la llave, como pudiera desaparecer las escaleras del
teatro de un pueblo cualesquiera.
Menos mal que esto no pasa más que
una vez al año.
Consérvese
el peso
Cuando el hombre cesa de crecer,
empieza á disminuir de tamaño.
A lo menos, así lo asegura un doctor
alemán, y lo prueba con cifras. Pero mientras podamos renovar nuestro cuerpo en
la misma proporción en que se está gastando, no se variará mucho de peso ni de
medidas. Cuando se está demasiado grueso, será bueno sin duda perder unas cuantas
libras; cuando se está demasiado delgado, es conveniente, por el contrario, combinar
el régimen alimenticio y las costumbres para conseguir ganar algunas libras.
Muchas personas pierden carnes –carnes que necesitan– sin comprender el por
qué. Comen mucho, pero siguen flacas y débiles del mismo modo. La causa de ello
es una digestión imperfecta.
Unas cuantas tomas de la PREPARACIÓN de WAMPOLE
lo arreglarán todo. Está hecha para combatir esos casos de enflaquecimiento.
Es tan sabrosa como la miel y
contiene una solución da un extracto que se obtiene de Hígados Puros de
Bacalao, combinados con Jarabe de Hipofosfitos Compuesto, Extractos de Malta y
Cerezo Silvestre. Es nutritiva y fortificante. No crea únicamente gordura, sino
músculos también. Para las Impurezas de la Sangre, Anemia, Debilidad General y Tisis, es un
remedio cuyo uso engendra la gratitud de las personas que lo ensayan. El Dr. E.
Castilla, de Buenos Aires, dice: "Me complazco en certificar que he usado
siempre la Preparación
de Wampole que constituye un precioso recurso dietético para los débiles y
convalecientes quienes la toleran perfectamente". Es científica, no un
específico cualquiera.
Su olor y sabor satisfacen y agradan
al paladar. Es siempre uniforme, siempre de toda confianza y de eficacia
inmediata. No engañará á nadie y es eficaz desde la primera dosis. En las Boticas.
(Gaceta
de Tenerife 17 de febrero de 1915, página 1)
Miércoles
de Ceniza
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYF_YO9pv7v47de_xBAoI9lpk9Y-rAIM-m7PMrK6ivJpNZXYot7zr4eW0Z8i4PdGsF-y7dmrIQnUT0CD29enQCpE7wAPIwg08kC3K-KgCic419Hbtdwogn62VT88LRWr1wU_t84OT-sDJh/s1600/Diario+de+Tenerife,+17+febrero+1915,+p%C3%A1gina+3-1.jpg)
La Iglesia la encontramos revestida
de sus ornamentos de tristeza, los morados, esperándonos con la ceniza bendita
para infundirnos, al rociar con ella nuestra cabeza, el pensamiento salvador de
nuestra pequeñez y nuestra nada.
El templo semeja entonces la casa paterna
en la que tras la borrasca de la vida, puede siempre un hijo derrochador de su
fortuna y de su salud, hallar el trabajo y los sudores de un padre que le den
el pan que él no tiene ya bienes con que comprarlo, y las manos de una madre,
que a bálsamo medicinales unan el bálsamos mil veces más suave de la solicitud
y el cariño para curar las llagas del vicio por ulcerosas que sean.
Y entonces sin que ninguno de los dos
lo repita, ni el padre ni la madre, la vista sola de la madre que se acerca a
nosotros con los ungüentos sanadores de nuestras heridas, es un reproche mudo y
enérgico el parque cariñoso, es una lección práctica de experiencia enseñándonos
que todo el bullicio de los pasados días con su cortejo de impurezas e
infidelidades, de embriagueces y lujuria, de derroche y de escándalos fue amarga
vanidad que pasa sin dejar tras de sí otra cosa que las heces del remordimiento
y la visión triste de almas y cuerpos que se deshonraron; de cariños santos que
se traicionaron, de ojos amantes a los que cruelmente se les hizo verter lágrimas
a costa de las nerviosas carcajadas de personas interesadas o mercenarias.
Volvamos, volvamos al templo para
celebrar unos el triunfo de los hermanos que vuelven, e ir otros en busca de la
paz de la gran familia del cristianismo: allí nos espera la Iglesia, nuestra
madre, con el bálsamo de la absolución sacramental, y allí en la mesa del altar
nos aguarda el pan Eucarístico que Cristo, nuestro padre, nos ganó a costa de
los sudores y lágrimas de su Pasión; y sobre todo, como cerniéndose en el
ambiente, y evocada por toda la escena de almas que nos rodean, acongojadas las
unas por el arrepentimiento, las otras como víctimas inocentes de los
desenfrenos del Carnaval, la máxima, el consejo de la experiencia; “Acuérdate
hombre, que eres polvo y en polvo te convertirás”.
Antonio A. de Linera
Las ilustraciones: Diario de
Tenerife, 17 de febrero de 1915, página 3.
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