La isla de
Lanzarote ha estado salpicada, desde ha bastante, en demasiados enredos
judiciales. Puede que el ejemplo más significativo lo hallemos en quien fuera
paradigma de la política en aquellos contornos canarios orientales y hoy
recluido en un alojamiento turístico de no abundantes estrellas: Dimas Martín.
Quien, además, deberá enfrentarse a causas pendientes, con lo que la estancia
podría alargarse unos años más en Tahíche.
No ha quedado
al margen su capital. Imágenes de registro en las dependencias de su
ayuntamiento, a la vera del Charco de San Ginés, circularon por los más
variopintos medios de comunicación. Sonados casos la convirtieron en portada de
numerosos telediarios. Pero ahora vuelve a ser tristemente famosa por otros
derroteros bien diferentes. Por lo que uno se pregunta si el saqueo llegó a
tales extremos.
Una encuesta
reciente sitúa a Arrecife entre las diez ciudades españolas que tienen una tasa
más elevada de desempleo: el 38,35% (puesto séptimo). Aunque no es todo. Su
renta neta alcanza los 17.421 euros, lo que vuelve a ubicarla en puestos de
privilegio: la décima posición por la cola.
Y con estos
maravillosos datos toma posesión la nueva corporación constituida por 23
concejales. Recordemos que la población de la capital conejera, según el INE
(2014), ronda los 57.000 habitantes. Y si la has visitado, transitado sus
calles y echado el cortado en el bar de la esquina, habrás comprobado que la
procedencia es bien dispar. A veces para encontrarte un oriundo se te rompe un
ojo y parte del otro. Conozco un maestro que en su clase, años atrás, no tenía
ni uno que hubiese nacido en la
Isla de los Volcanes.
En el
contexto de pobreza antes enunciado, los trece concejales del grupo de gobierno
(PSOE-CC-PIL) estarán liberados. Insisto, recalco, repito, reitero que no entro
en ese juego de la dedicación total o parcial, porque sigo sin entender cómo se
valora o cuantifica la asignación del 75% (o 50%). Pero no conformes con tan
generoso reparto, tres concejales de la oposición gozarán asimismo de tan privilegiada
condición. En total: dieciséis. Manda las bolas del puente del Castillo de San
Gabriel.
Saben mis
apreciados lectores que a ese montante de espléndidas retribuciones (para el
alcalde, socialista él, el máximo que permite la ley, a saber, 65.000 euros, ‘menos
diez céntimos’; será este detalle para poner en práctica su máxima de devolver
la dignidad a los ayuntamientos) habrá que añadirle asistencias (plenos,
comisiones, junta de portavoces…), cargos de libre designación, seguridad
social de toda la tropa, dietas…
Como en Yaiza
y San Bartolomé, con gobiernos surgidos de pactos igualmente, también se
liberan más de la mitad de los concejales (9 y 8, respectivamente, de un total
de 17), uno se cuestiona si la vocación política es tal y como nos la quieren vender
o esto va mucho más allá. Ya no se trata del ejercicio de cargo público que yo
conocí en la década de los ochenta del pasado siglo. Y no pretendan venderme la
moto de que todo ha cambiado y que el progreso exige estas servidumbres. No, no
y mil veces no. Estos repartos dispendiosos es jugar con el dinero de los
contribuyentes. Máxime en un territorio en el que se dilapidaron presupuestos y
se enriquecieron partidos y particulares. Más claro, que se los mangaron. Y
llegadas etapas de vacas flacas, las pulgas para los de siempre.
No sostengo
que un político deba vivir del aire. Ni que no sea digno acreedor a un buen
sueldo. Pero todas estas artimañas (efectos colaterales) para que todos queden
contentos y puedan chupar con sumo regocijo, choca con otros casos. Como el de
Garachico, donde gobierna con una cómoda mayoría absoluta CC (9 concejales, de
una corporación de 13). Su alcalde, Heriberto González, no solo ostenta la
máxima representación municipal (que no es moco de pavo) sino que no ha delegado
las áreas de Economía y Hacienda, Urbanismo, Obras y Seguridad, Policía Local,
Infraestructuras, Puerto deportivo y pesquero y
Proyecto Cultural Área Garachico. O es muy bueno y los demás ni te
cuento o las cuestiones de la cosa pública fallan estrepitosamente. Ya Milagros
Pérez (Santa Úrsula) fue capaz, con otros dos concejales, de llevar la gestión
de su ayuntamiento durante casi un mandato completo por desavenencias con sus
propios compañeros de partido (PP).
Luego los
fríos datos dicen que el paro baja poco. No lo entiendo con tanto empleo en
este sector. Casi tan turístico como la joya de la corona. O del malpaís. Sostienen
los sindicatos que se trata de trabajo precario y de escasa duración. El otro,
el de las estadísticas. En este, el que se agarra no lo suelta ni de coña.
Mañana llego
yo y fundo una agrupación electoral de jubilados (para no cobrar un euro de las
arcas municipales) y no nos vota ni la familia. En este país nuestro no se
lleva lo del victimismo y preferimos ruin conocido. Desde que el otrora alcalde
de San Juan de la Rambla,
Manolo Reyes, inventara lo del “descándalo” (cuando se armó la marimorena del
traslado del edificio consistorial a San José desde San Juan), no hacemos sino
saltar de un “descándalo” a otro sin apenas descanso.
Disfruten del
fin de semana. En este Norte llovió. La fidelidad de la panza de burro sí
merece un aplauso.
Nota: La foto
es de hace dos años. ¿Dónde? En Arrecife.
No hay comentarios:
Publicar un comentario