¿Y tú crees
que valdrá la pena? Yo entiendo que no, pero si te empeñas.
Menos mal que
ayer lunes estuve algo escaso de tiempo. Tuve que ir, por ejemplo, dos veces a
la capital (mañana –oficinas de Adeslas– y tarde –Clínica Parque–) y para un
jubilado acostumbrado a la buena vida, esos trotes (amén de llevar el coche al
taller para el cambio de aceite y la visita obligada al centro de
rehabilitación portuense –ahora le tocó a mi mujer–) suponen demasiados
sacrificios. Si luego te asomas a lo que dice la prensa y a los disparates que
publicamos en el amplio espectro de Internet, quita, quita.
Los
resultados deben ser respetados. Premisa primera. El que los compartamos o no
es otro cantar. Y el partido que obtuvo más escaños ha sido el PP. ¿Mi opinión?
Que debe gobernar. Eso es lo que el voto ha dictado. Da la impresión de que
somos muchísimos los que no entendemos cómo ha sido posible, pero hallé la
respuesta en el texto que seguidamente entrecomillo y que sale de la pluma de
un ilustre vendido al mejor postor (a su trayectoria profesional me remito): “Yo
voté al PP, que aunque me ha crujido a impuestos y me ha jodido la vida, y ha
sido corrupto, y algunos de ellos han mamado lo que no está en los escritos,
tengo la esperanza de que siga escapando a este país, tendente siempre al
caos”.
No hace falta
ser matemático para deducir que el PP perdió 63 escaños y que el PSOE se dejó
20. Lo que, junto al descalabro de IU (formación a la que siempre le queda el
recurso de criticar la injusticia de la ley electoral), ha supuesto la
irrupción de Podemos y Ciudadanos. Intuyo que ambos no están felices del todo.
Eran más ambiciosos. Soñaban con zamparse al bipartidismo para parir su
bipartidismo, el nuevo orden.
Lo de los
chicos, lo previsto. Aunque se habían ahogado con los efluvios de encuestas y
sondeos y ya se veían en los jardines de La Moncloa. Como mínimo. Después
del aterrizaje, algo brusco, vuelven a cometer errores de principiante. Ya
están reclamando al PSOE que se abstenga para que deje gobernar a Rajoy. Si los
suyos no lo fagocitan antes. Y me pregunto qué necesidad tienen de estar
metiendo sus narices donde no los llaman.
Podemos puede
ahogarse en sus propias mareas. Porque unificar tantos perfiles dispares puede
resultar tan complicado como acompasar la terrible amalgama que constituye la
situación en Venezuela. Se me ocurre. Demasiados vientos y en muy variados
frentes. De ahí la opinión anterior de que gobierne el PP. Claro que debe
buscarse la vida para intentar los necesarios apoyos parlamentarios con los que
llevar adelante su gestión. Pero harto difícil columbro el conglomerado que se
requiere para que la otra parte del espectro asuma responsabilidades
gubernamentales. Y es que no atisbo armonía en ese totum revolutum, máxime cuando la propia marca de Iglesias ya lo es
per se. Lo intentó Anguita, con el auxilio de Aznar. Y ahora, incluso el día
después del veredicto, la marca de los impolutos persiste en atacar al PSOE.
Quieren, a toda costa, acabar con una singladura centenaria. El objetivo no es,
no ha sido, desbancar en buena lid a las huestes de Mariano. Y en ello
continúan. Pues lo dicho, que gobierne el PP. Formación por la que nadie votó.
Como cuatro años atrás.
Ahora bien,
que no se le ocurra al PSOE, por aquello de la salvaguarda nacional, ir de la
mano con el Partido Popular porque no distará mucho de que deba acompañar a
Garzón en el rezo de los misterios dolorosos del santo rosario.
¿Panorama
complicado? Ya se verá. Por lo pronto dejémoslo en paisaje no habitual. Al que
no estamos acostumbrados pero que puede ser el dibujo durante bastantes
décadas. Lo que nos obliga al diálogo como manera de conducir la nave. Que no
se atisba, por mucho que nos pretendan vender angelitos preñados. Las
necesarias confluencias no se vislumbran. Sigue existiendo demasiado resentido.
Cuyos recorridos y aterrizajes los delatan con toda crudeza. El sí se puede, si
solo se reduce a que los de la rosa mueran de pinchazos, podría acabar como el
rosario de la aurora. Qué religioso y didáctico estoy hoy. A no ser que tengan
en su horizonte otra pinza. Total, han cambiado tanto que nada me sorprendería.
Ya Soraya se marcó sus bailes por si fuera menester girar unos grados. Y en
casa guarda dos pares de pantalones vaqueros sin lavar desde hace meses por si
se tercia.
La excursión
de este lunes por las redes sociales me ratifica en que Facebook no gana las
elecciones. Me deja con mal sabor de boca. Menos mal que me distraje al
oscurecer con el trayecto de El Castillo a Los Barros. Más que los kilómetros
desde el Parque García Sanabria a la entrada al pueblo. Desde el consistorio
alegarán en su descargo que es debido al intenso tráfico de estas fechas. Para
mejorar la situación propongo una nueva rotonda al final de Los Cuartos, otra
en El Castillo a la salida de La
Longuera, unos semáforos en…
Observen en
la ilustración los resultados de Los Realejos. Comparen con los de 2011. Ya sé
que no son extrapolables a unas municipales. Pero al edificio comienza a
entrarle aluminosis. El resto de valoraciones te corresponden a ti.
Hasta la
próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario